Opinión
El diario de Amilibia: Agoniza, pero nunca muere
Ahí lo tienen, hecho un pimpollo, luciendo paquete le aprueben o no le aprueben el paquete fiscal
Este Leo: «El Gobierno agoniza: fin a la mayoría de Sánchez». No sé si su mayoría conocerá fin al fin, pero el que no conoce final es Él, que lleva agonizando toda su vida política y ahí lo tienen, hecho un pimpollo, luciendo paquete le aprueben o no le aprueben el paquete fiscal. Una vez más, la ciencia viene en mi ayuda. Lo que podemos detectar del universo es solo una pequeña parte de lo que realmente existe. En el universo político sucede lo mismo: ahí tenemos al Apolo, casi imposible de detectar por Alberto Núñez Feijóo. En el lado oculto están la materia oscura y la energía oscura, la primera como una especie de pegamento que mantiene unidas las galaxias y la segunda como fuerza que empuja al universo a seguir creciendo, separando las galaxias entre sí cada vez a mayor velocidad.
No sé si el Apolo de la Moncloa es materia oscura, no sé si pega las galaxias o las separa (Él puede hacer las dos cosas a la vez, es cuántico), pero casi seguro que, al margen de chuletones de buey al punto y las cocochas al pilpil que le prepara la Bego, se alimenta de energía oscura, esa que le ayuda a resucitar una y otra vez como un Lázaro en bucle, como el hijo de la viuda de Sarepta que fue vuelto a la vida por el profeta Elías, quien luego sería arrebatado por un carro de fuego. Según mi vecina Carlota, fan de Iker Jiménez, fue un ovni, pero no tiene pruebas. En fin, podríamos deducir que Él cobra fuerzas de las agonías, como si éstas fueran batidos verdes vigorizantes. Dice Javier Cercas: «En mi próximo libro hablo con el Papa del mayor enigma que conozco: la Resurrección». Desconozco qué sabe Francisco de resucitados, pero yo antes hablaría con el Apolo.