La otra cara de la estrella
El biógrafo de Rafaella Carrá: “La palabra libertad siempre primó en su vida"
La cantante italiana tendría ahora 80 años, pero falleció de cáncer de pulmón hace tres años.
Rafaella Carrá era un ser de luz, una mujer empoderada que amaba la vida y nunca perdía la sonrisa. Una biografía, "Nada es eterno salvo la Carrá", desvela aspectos inéditos de la diva italiana y española de corazón. Su autor, Pedro Ángel Sánchez, nos descubre la otra cara de la gran estrella, la más humilde y oculta. Y es sorprendente.
- ¿Como era la Rafaella más íntima?
- Muy diferente a la artista mediática, aunque una y otra tenían en común la libertad y la alegría. En su faceta más íntima era una mujer muy hermético, le gustaba muy poco hablar de sí misma, se rodeaba de un círculo privado muy pequeño, porque necesitaba que aquellos que estaban a su lado fueran muy leales. De hecho, su número de teléfono personal lo tenía muy poca gente. Se refugiaba en su casa de la Toscana, en un pequeño pueblo que se llama Porto Santo Stefano, donde hoy reposan sus restos mortales…
- Su padre la abandonó.
- Dicen que le afectó muchísimo, pero ella siempre decía que había vivido una infancia y adolescencia muy felices con sus dos mammas, su abuela y su madre.
- Su progenitora fue una precursora…
- La primera mujer que se divorció en Bolonia. Era muy moderna, aunque, al principio, no quería que su hija se dedicara al mundo del espectáculo, pero finalmente acabó apoyándola.
- ¿Por qué no tuvo hijos?
- Curiosamente, apoyaba la adopción de hijos por parte de parejas homosexuales, pero ella tenía miedo a quedarse embarazada porque pensaba que ser madre cortaría su carrera profesional y que el público la olvidara. Además, tenía muy claro que de tener un hijo lo cuidaría ella y, por tanto, tendría que llevárselo a todas sus giras. No lo veía claro…
- Pero cumplidos los cuarenta se planteó seriamente quedarse embarazada.
- Y su médico le dijo que no era posible.
- Se enfrentó al puritanismo italiano de la época.
- Totalmente. Era transgresora de forma natural, la palabra libertad siempre primo en su vida. No solamente se enfrentaba al puritanismo, sino también a una sociedad patriarcal y machista, era muy valiente y protestaba contra cualquier injusticia. Fue un símbolo del empoderamiento de la mujer.Y los mensajes liberatorios de sus canciones no eran por casualidad. Por ejemplo, fue la primera en cantar sobre la masturbacion femenina o el sadomasoquismo y el respeto a los homosexuales. Lo hacía de una forma muy sutil y consiguió calar en la opinión pública.
- El colectivo gay la consideraba un icono.- Fue un símbolo para ellos. Ya en la década de los setenta le escribían chavales homosexuales para contarle sus problemas por su opción sexual, en su casa no les aceptaban y hasta se querían suicidar.
- Algunos de sus mensajes molestaron al Vaticano.
- Como la canción y el baile del “Tuca, tuca”, que consideraron excesivamente provocativo. Se organizó tal escándalo que llegó a temer que se truncaba su carrera. Al final, hasta las monjas lo bailaban con sus alumnos en los colegios.
- Fue la presentadora de televisión mejor pagada de Europa.
- Efectivamente, y despertó muchas envidias. Es que ganaba unos seiscientos millones de pesetas anuales.
- Se sentía española de corazón.
- Amaba a España, presumía siempre de lo que le había dado nuestro país. En Italia la bautizaron como “la española”. En todos sus programas aparecía algún artista español, apoyo a David Bisbal, a Mónica Naranjo, Monserrat Caballé, Mecano, José Luis Moreno… sentía verdadera pasión por nuestro país. Es más, poseía un piso estable en Madrid, dos apartamentos unidos en el hotel Eurobuilding.
- En su paso por Estados Unidos conoció a Frank Sinatra. Dicen que se enamoró de ella.
- Es cierto. Intento conquistarla y no lo consiguió. Sinatra era una leyenda, un hombre muy poderoso, y Rafaella no quería ser “la mujer de…”
- ¿Tuvo muchos amantes?
- Ella dijo que sí, y que eran hombres muy poderosos, pero que nunca desvelaría sus nombres. Realmente, en su currículum sentimental solamente aparecen tres amores oficiales, Gianni Bomcompagni, que fue su primer amor, Sergio Japino y Gianluca. Este último era su secretario y vivieron un amor discreto y tranquilo.
- Rafaella estaba muy enferma pero decidió ocultar su cáncer…
- Un cáncer de pulmón se la llevó de este mundo. Es que se lo ocultó hasta a su gente más cercana, porque no quería que sufrieran, y lo disimuló muy bien. Yo fui el último periodista español, que la entrevistó y ni mencionó que sufría una enfermedad. Seguía hablando de proyectos futuros y actuaba como si estuviera sana. Ella fumaba mucho y puede que eso influyera en contraer el cáncer… pero tenía tanta fortaleza que siguió trabajando casi hasta su muerte. Rafaella dejó escrito en su testamento que cuando muriera metieran sus restos en un ataúd muy sencillo, sin barnizar, que la incineraran y que las cenizas se llevaran a Porto Santo Stefano. Le diagnosticaron el cáncer durante la pandemia, y falleció en apenas un año…lo mejor es que todos la recordamos en plena forma y sin sufrimientos.
- Hizo miles de entrevistas. ¿Cuál de ellas le marcó especialmente?
- La que le hizo a la madre Teresa de Calcuta, a la que admiraba profundamente.