Juan Carlos I ya disfruta de las Rías Baixas junto a Pedro Campos

Todas las miradas están puestas en Sansenxo, donde, como ya adelantó este periódico la semana pasada, se esperaba la llegada de Juan Carlos de Borbón no más tarde del miércoles. Así, con puntualidad británica, el Emérito llegaba a la casa de Pedro Campos a las tres en punto de la tarde, justo para abrir los informativos y llegar a mesa puesta a casa de su anfitrión.

La bienvenida, como no podía ser de otro modo, por todo lo alto: cigala, percebes, navajas y rodaballo gallego, sus platos favoritos. Por la noche, se organizó una cena en el jardín algo más multitudinaria ya que a la residencia ha llegado una camioneta de un catering local.

Como era previsible, Don Juan Carlos se limitó a saludar con la mano y dedicó unas breves palabras a los periodistas que se congregaban en la carretera de Pontevedra, a la altura de Nanín, municipio al que pertenece el chalet donde se aloja. Hasta allí se acercaron algunos amigos y miembros de la tripulación del Bribón para charlar con el monarca. Se espera que mantendrá un perfil lo más bajo posible durante su estancia en la población gallega para evitar tensionar a la Casa Real.

La situación política en estos momentos tras las elecciones generales del pasado 23 de julio no facilitan mucho la imagen de prudencia y seriedad que ahora mismo le toca asumir al Jefe del Estado, que ya se encuentra en Palma de Mallorca.

Por estas razones es más que probable que Don Juan Carlos se deje ver lo mínimo durante todos los días que dure su estancia en Galicia dentro de los muros que le brinda la intimidad de su incondicional amigo Pedro Campos.

Hoja de ruta

El tiempo previsto de estancia en España sigue siendo un misterio y aunque muchos medios dan por seguro que abandonará Galicia tras finalizar las regatas, sorprendería que no aproveche su estancia para ver a otros amigos y familiares. El avión privado, cortesía de la familia real de Emiratos Árabes Unidos, está a su disposición y no le faltan invitaciones de amigos para alargar su visita a España.

La competición en la que participará Juan Carlos I comienza el sábado, pero se espera que entrene con el resto del equipo jueves y viernes. Toda la tripulación del barco se encuentra ya en Sanxenxo preparada para la regata y para posteriormente trasladarse todos al Reino Unido, adonde el exmonarca prevé llegar a mediados de agosto. Allí también podría alojarse en casa de algún amigo donde esté garantizada una cierta intimidad, lejos de los focos de los medios. Aunque espera que la presión mediática en Reino Unido sea menor, lo cierto es que tras la denuncia por acoso de Corinna Larsen, su presencia no pasará desapercibida en los tabloides ingleses.

No es el mejor momento para venir a España ni para viajar a Reino Unido. La vicepresidenta del gobierno, Yolanda Díaz, ya ha declarado que la visita del Emérito debería ser aprovechada para que «rinda cuentas ante los españoles». Unas declaraciones que, sin duda, estarán poniendo en una difícil situación a Felipe VI, quien probablemente lo último que desea en momentos políticos tan delicados es tener que ver cómo la clase política, especialmente la del gobierno en funciones, pone el dedo en la llaga del asunto.

Pero esto no parece frenar al patrón del Bribón que no está dispuesto a ceder a la presión y, tal y como se comenta en su círculo marinero, en estos momentos sólo un problema de salud o la mala mar pueden dar al traste con su sueño de alzarse con el Campeonato de España y el Mundial en la clase 6MR.

Mientras tanto, su hijo Don Felipe VI sigue su plan anticipado en Mallorca. Esta mañana comenzará con las primeras audiencias a las autoridades baleares en el Palacio de la Almudaina. Doña Letizia, junto a sus hijas, aterrizará en la isla el fin de semana y se reencontrarán con Doña Sofía en Marivent. El próximo domingo 30 de julio, la Reina Letizia presidirá la clausura del Atlàntida Film Fest, uno de sus actos favoritos en Palma de Mallorca. Lo que parece difícil es que allí Don Felipe se encuentre con sus dos hermanas.