Regencia suave
La estrategia de Carlos III para acallar los rumores de abdicación
El príncipe William adquiere más protagonismo.
Los rumores sobre la posible abdicación de Carlos III, tras el anuncio de que padece cáncer, no cesan en la sociedad británica. El rey continúa su tratamiento en Londres, tras unos días de descanso en Sandringham, y ha querido soliviantar el runrún de su abdicación a través de un comunicado en sus redes oficiales en el que mostraba su gratitud por el cariño recibido: "Como todos aquellos que se han visto afectados por el cáncer sabrán, las palabras amables son el mayor consuelo y aliento". Y añadió: "Compartir mi diagnóstico ha ayudado a promover la comprensión pública y dar luz sobre el trabajo de todas las organizaciones que apoyan a los pacientes con cáncer y a sus familias, tanto en Reino Unido como en el mundo".
Su aparición el pasado domingo camino de la iglesia de Santa María Magdalena, junto a Camilla, siempre junto a ella, era una prueba más de que seguía en activo y trabajando. Su principal tarea es ocuparse de las conocidas como "cajas rojas", donde recibe documentación y estampa su rúbrica, tal y como hacía su madre, la difunta Isabel II.
El príncipe William acapara un mayor protagonismo ahora en esta etapa conocida como "regencia suave". El heredero puede refrendar leyes y representar a su progenitor en actos presenciales. Así lo dispone la ley aprobada en el Parlamento sobre los consejeros de Estado.
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