Doña Letizia no es "Reina" en París: el "feo" de su acreditación en los Juegos Paralímpicos

La Reina Letizia ha vuelto a París. Tras pasar unas semanas de vacaciones privadas en un lugar desconocido, completamente alejada de la opinión pública, Su Majestad ha regresado a la capital francesa para representar a la Corona en los Juegos Paralímpicos y mostrar así su apoyo a nuestros atletas, que de momento han conseguido 16 de medallas; 4 de oro, 3 de plata y 9 de bronce.

La última vez que doña Letizia estuvo en París llamó la atención su ausencia de acreditación. Al contrario que la princesa Leonor, la infanta Sofía, el Rey Felipe VI y la Reina Sofía, ella no colgó de su cuello la identificación que todo el personal trasladado a los Juegos Olímpicos debe portar por razones de seguridad.

Sin embargo, parece que doña Letizia recibió un toque de atención y ahora su acreditación es visible en todo momento a lo largo de su ronda por los Juegos. Se ha observado un llamativo detalle que marca una importante diferencia con sus credenciales y las de sus predecesores, y es la ausencia de título en la identificación.

La infanta Sofía y la princesa Leonor fueron identificadas como S.A.R. (Su Alteza Real) la infanta Sofía y la princesa de Asturias, y don Felipe VI y doña Sofía como S.M. (Su Majestad) el Rey Felipe VI y la Reina Sofía. Sin embargo, en la identificación de doña Letizia solo se puede leer su nombre y apellidos, sin título: Letizia Ortiz Rocasolano.

Un “feo” cuyas razones se desconocen, puesto que doña Letizia es la Reina de España a todos los efectos. De hecho, mientras que en otros países se apela al término de “consorte” para referirse a la mujer del rey por sucesión, en el nuestro el Real Decreto 1368/1987 de 6 de noviembre establece que “la consorte del Rey de España, mientras lo sea o permanezca viuda, recibirá la denominación de Reina y el tratamiento de Majestad”.

Un título que, sin embargo, no recibiría el marido de una mujer que hubiera alcanzado el trono por sucesión. En ese caso, su esposo ostentaría el título de príncipe y el tratamiento de Alteza Real.