El día que Millán Salvedo actuó en privado para la infanta Elena y bailó la lambada con Cristina

Los últimos cumpleaños de la infanta Elena han sido muy mediáticos, especialmente cuando sopló las 60 velas de su tarta rodeada de toda la familia. Una estampa inusual tras muchos años sin coincidir todos en la misma mesa y con un motivo feliz. Dio mucho que hablar y se rescataron muchas anécdotas de la cita de los Borbón en un restaurante de Madrid, donde se apostaron los fotógrafos para dar buena cuenta de los invitados, las reacciones y cualquier curiosidad susceptible de generar un titular. Décadas atrás los cumpleaños eran quizá más entrañables, pero sobre todo más herméticos, pues era prácticamente imposible que trascendiesen detalles de lo que sucedía en las estancias privadas del palacio de la Zarzuela. Ni tan siquiera cuando la primogénita del Rey Juan Carlos y la Reina Sofía cumplió 30 años, ocasión especial para la que se contrató al dúo cómico ‘Martes y Trece’ para un pase exclusivo.

Así lo ha confesado ahora, tres décadas después, uno de los protagonistas de aquella velada que había permanecido lejos del conocimiento popular. Para festejar los 30 años de la infanta Elena, se orquestó una fiesta sorpresa en Zarzuela en su honor. Nunca había trascendido que la Familia Real contrató los servicios de Millán Salcedo y Josema Yuste, integrantes del dúo cómico de moda en aquella época, hasta que en 1997 se separasen. Ha sido Millán quien ha desvelado lo que hasta ahora había sido tratado como un secreto, cuando les convocaron en palacio para actuar en privado para la hermana del actual Rey Felipe VI y sus amigos.

“Nos llamaros y pensamos Josema y yo que era una broma del programa ‘Inocente, inocente’ y dije, qué cosa más rara”, comienza a detallar Millán Salcedo en conversación con el programa ‘Hora Veintipico’ de la cadena SER. Les informaron de que en el día señalado, a medianoche un coche oficial pasaría a recogerles en su domicilio para llevarles hasta la residencia de la Familia Real en el cumpleaños de la duquesa de Lugo. Aceptaron, aun creyendo que detrás de todo se encontraba el mítico programa de bromas a famosos que se emitía como especial cada 28 de diciembre. Así, incluso explica al presentador Héctor de Miguel que al entrar al coche oficial se puso a tararear la sintonía del programa para dar pistas a las cámaras ocultas de que se había percatado del engaño. Pero sus esquemas se vinieron abajo cuando llegaron a Zarzuela, a lo que recuerda como “una especie de bungalow”. Era real y no se lo había tomado en serio. Nada importante teniendo en cuenta que acudía a la cita a hacer reír con su humor.

Y es que la infanta Elena era una auténtica fanática de sus sketches humorísticos, que han marcado una generación acompañándolos desde el televisor: “Ella era muy fan nuestra y nos iban a recibir la infanta Cristina y Simoneta Gómez Acebo, acompañada de su marido José Miguel Fernández Sastrón, que terminó imitando a Gurruchaga. Conforme nos fuimos acercando vimos que eran ellas y es que era un regalo sorpresa que le daban a la infanta Elena”, continúa desvelando una anécdota que nunca antes se había contado. Era un evento privado, solo para los más íntimos de la primogénita de los Eméritos, quien agradeció mucho el gesto de los suyos al llevar a sus ídolos a la fiesta: “Estaba encantada por el premio sorpresa, luego era cierto, ¡teníamos que actuar!”. No se habían preparado nada pensando que iban directos a la broma de ‘Inocente, inocente’.

“No habíamos traído nada, así que les dijimos que haríamos lo que nos pidieran”, lo que les hizo rememorar sus mejores momentos televisivos, sin faltar el mítico ‘Encarna y las empanadillas de Móstoles’ o meterse en la piel de Isabel Pantoja. Tanto se metió en el papel, que Millán Salcedo quizá se salió del tiesto con la Reina Sofía, pero ahora lo recuerda con simpatía: “Me puse delante de la Reina y le dije ‘Majestad, Majestad General, Majestad. Dolor de cabeza, seborrea, yo también tengo una infanta en mi casa, la infanta de naranja en la nevera. Y ella flipó en coloretes”. No puede más que sentenciar que la experiencia “fue maravillosa” y es que incluso terminó bailando la lambada con la infanta Cristina. Eran otros tiempos. Tiempos divertidos en los que se preocupaban menos y disfrutaban más.