Entrevista
Saúl Craviotto: “Me va todo redondo”
El deportista ha concedido una entrevista a ‘LA RAZÓN’ en la que aborda todas y cada una de sus facetas.
Saúl Craviotto (Lérida, 1984), puede presumir de ser el piragüista olímpico más laureado del deporte español así como el más mediático, pero ni el mundial logrado el pasado 6 de agosto en Canadá ni las otras veintidós medallas que se ha colgado al cuello a lo largo de su trayectoria han logrado que pierda ni un ápice de la humildad que le caracteriza. «Yo lo veo con normalidad y naturalidad, tampoco hay que creerse nunca nada. Al final es mi vida, mi pasión, lo que me gusta y cuando lo hago no soy ni más ni menos que nadie. La esencia del equipo también es disfrutar del éxito. Y por eso entrenamos tanto tiempo, meses y años, y una vez lo consigues hay que saborearlo y disfrutarlo, pero enseguida poner los pies en el suelo y seguir trabajando con respeto a los rivales y nunca creerse más que nadie porque entonces es cuando te relajas y te comen la tostada, una y otra vez», confiesa en una entrevista a LA RAZÓN.
Ilusionado y feliz por la reciente victoria del K4 español masculino, a sus 37 años se encuentra inmerso en la preparación de París 2024, una medalla que podría suponer su retirada como deportista: «Yo por mucho que quisiera seguir, la que manda es la naturaleza... Si he decidido ir a París es porque voy a ir a por una medalla, después hay que ser realistas. No quiero anunciar mi retirada y oficializar que va a ser allí, pero llegaré con 39 años... aunque yo quisiera seguir, los chavales de veintipico ya me están apretando las tuercas... imagínate con 44 años, ¡ya no tengo nada que hacer!». Además, confiesa que formar parte del Team Visa es un orgullo porque esta férrea apuesta supone, «a parte de una responsabilidad, una motivación para seguir adelante».
El piragüismo es un deporte que su padre le inculcó desde bien pequeño, ya que éste se dedicaba a ello, el cual reconoce que podría tener mayor repercusión, aunque «yo no me puedo quejar por otros motivos quizás ajenos al deporte». Y es que cabe recordar que el ilerdense participó y ganó la segunda edición de «MasterChef Celebrity», una experiencia de la que guarda un bonito recuerdo y la cual le situó en el foco mediático hasta el día de hoy: «No había descansado nunca desde los 15 años, que fui al equipo nacional junior, hasta 2017 que fui a ‘’MasterChef’'. Me surgió la oportunidad de este programa, yo no tenía ni idea de cocinar pero me eché para adelante y al final descubrí un mundo diferente que me ha abierto muchas puertas a nivel publicitario e imagen, di a conocer mi deporte y a mí... me ha nutrido muchísimo y me he llevado grandes amigos de allí». Y aunque «fue una etapa maravillosa», el deportista tiene claro que no repetiría en un «reality»: «Ya he cumplido el cupo de televisión», dice tajante.
Si hablamos de su faceta como modelo, enseguida Craviotto matiza que le da «un poco de apuro» conversar sobre ello, ya que aclara que ha hecho sesiones de fotos para diferentes marcas pero no se considera modelo. Tampoco le pesa el sambenito de aparecer año tras año en los rankings de los hombres más deseados del país: «A mí no me llega eso, no le doy importancia y no creo que sea así, ni mucho menos», zanja sin darle importancia.
Y es que, aunque reconoce que está metido en «mil y una historias para tener bien armado el plan B» —«tengo participaciones en restaurantes, en tecnológicas, inversiones inmobiliarias...»— a día de hoy se encuentra centrado en el deporte y en la familia. Ya que, tal y como desvela, la familia crece y a finales de octubre o principios de noviembre llegará Olivia, la tercera hija fruto de su matrimonio con su mujer, Celia García. Una feliz noticia que afronta con ilusión y ganas, y con la que reconoce que «se planta» en cuanto a paternidad se refiere.
Mientras disfruta de sus vacaciones de verano en familia, termina nuestra entrevista con una frase que demuestra el gran momento que se encuentra viviendo tanto a nivel profesional, tras su victoria en el Campeonato del Mundo de Sprint Olímpico, como personal: «De momento, me va todo redondo».