Hace 12 años, en 2010, Victoria de Suecia y Daniel Westling dieron el ‘sí quiero’. La heredera al trono sueco se casaba con el amor de su vida, su profesor de gimnasia, algo que al principio no sentó muy bien al rey Gustavo. A lo largo de su noviazgo, la princesa tuvo que convencer a su padre durante más de 7 años para hacerle ver que era el elegido para ella.

La ceremonia fue un evento muy emotivo que rompió con los tópicos de que los nórdicos eran personas frías. El evento estuvo marcado por las lágrimas, más allá de los novios, de todos los invitados. Los novios pasaron por el altar de la Catedral de San Nicolás en Estocolmo y tuvieron multitud de invitados de honor, como la Familia Real española. Ni el Rey Don Felipe VI, junto a la Reina Doña Letizia, ni sus hermanas, las infantas, quisieron perderse el enlace matrimonial.

Victoria de Suecia quiso romper con la tradición sueca y recorrió el camino hacia el altar primero, del brazo de su padre el rey Gustavo y, la segunda mitad del recorrido, junto a su prometido. En apenas media hora, la pareja daba el ‘sí quiero’, emocionados y temblorosos, llorando ambos de emoción.

Uno de los momentos más recordados de la ceremonia fue cuando, el arzobispo, llamó por primera vez príncipe a Daniel Westling y éste no pudo evitar soltar una carcajada tras escucharlo. El marido de Victoria de Suecia adquirió el título automáticamente tras casarse con ella. Tras convertirse en marido y mujer, los novios salieron de la Catedral de San Nicolás sin grandes honores: ni confeti, ni globos ni fuegos artificiales. Así fue el deseo de los novios, que, inmediatamente, la opinión pública catalogó el enlace como una “boda verde”.

Tras salir del templo, Victoria de Suecia y Daniel Westling recorrieron en una carroza de caballos todo el centro de la ciudad de Estocolmo. Toda la ciudadanía salió a la calle para celebrar con ellos la unión matrimonial y más de 6.000 soldados desfilaron en honor a los novios. Después, se embarcaron en la barcaza vikinga Vasaorden y llegaron al Palacio Real, donde los más de 600 invitados los esperaban para celebrar su recién matrimonio, recibidos por un coro de más de 300 voces que amenizaron la llegada de los novios. Una vez allí, comenzó el banquete dentro del palacio y la celebración se alargó hasta altas horas de la madrugada. Sin duda, fue un día mágico para Victoria de Suecia y Daniel Westling que hoy, hacen 12 años de casados.