Aniversario
Isabel Preysler y Julio Iglesias: giras en autobuses, malas carreteras y un final previsible
Hoy se cumplen 50 años de su boda. Él se llevó «lo mejor de su vida» y ella atesoró tres hijos en los que centró toda su atención. «A Isabel se la culpó de la separación, pero no fue justo, es él quien no estuvo a su lado». Esta es la verdadera historia contada por sus íntimos de la época
Isabel Preysler tiene una escritura elegante, como un pendolista, producto de su educación en un colegio de monjas. Le gusta el chocolate negro. El viernes se da el día libre para comer lo prohibido: hamburguesas o sándwiches. Termina el día con una dosis fija de pastillas, junto a una tortilla francesa, y añade una pastilla de calcio de color rosa –“La tomo porque a mi edad es muy bueno para los huesos”–, más una de colágeno, que es de color beige clarito –“y es necesaria para la piel porque el colágeno lo vamos perdiendo, así ayudo a regenerarla, ganar masa y tono muscular y, de paso, fortalezco los huesos, articulaciones y arterias”–. Completa el pastillero con una redonda y blanca de magnesio “que ayuda a fijar el calcio en los huesos, además de ser un antiácido y laxante”.
Por último, le da las buenas noches a Marioy se retira para hablar con alguno de sus hijos que viven en Estados Unidos. Estas particularidades de Preysler las hemos ido conociendo a lo largo de los cincuenta años que han pasado desde que llegara a nuestras vidas a raíz de su boda conJulio Iglesias.
El cantante, diez años mayor que Preysler, había ganado Eurovisión con “Gwendolyne”, la canción que le dedicó a Isabel el día que comenzó a cortejarla. Un encuentro del que fue testigo Tomás Terry: “Ellos se habían visto en casa de los Olmedilla, los padres de la actual condesa de Terranova, pero donde se hablaron por primera vez fue en la fiesta que organicé en el stand de los vinos de mi familia del Puerto de Santa María, en la Feria del Campo. Invité al marqués de Cubas, Paco de Lucía, Jaime de Mora, Julio Ayesa, que vino acompañado por Julio Iglesias, Camarón y Lola Flores. Y en un momento dado, Julio cogió el micrófono y le cantó ‘Gwendolyne’ a Isabel, pero el momento estrella no fue ese, sino cuando Lola Flores se levantó y le dijo: ‘Ahora voy yo’, y se arrancó con un ‘Gwendolyne’ a su manera”, recuerda Terry.