Gente
Aniston, Kardashian, Adele, Robbie Williams... Las estrellas que huyeron de sus casas embrujadas
Cate Blanchett vive en una casa considerada uno de los 15 lugares más espeluznantes de Reino Unido
Los actores están acostumbrados a meterse en la piel de otros para interpretar de forma creíble todo tipo de personajes. Pero el problema es cuando algunas de las historias de ficción se vuelven realidad. Es el caso de las películas de terror. A pesar de que muchos de ellos están convencidos de que los fantasmas no existen, otros no lo están tanto o han cambiado de opinión después de vivir una serie de experiencias esotéricas. Y no son pocos. La lista es larga. Jennifer Aniston, Cate Blanchett, Adele, Robbie Williams e incluso personajes de casas reales como el Príncipe Guillermo y Kate Middleton.
Esta semana, Cate Blanchett ha obtenido permiso de la administración para derribar una cabaña y un cobertizo de su casa, en la que se había instalado una colonia de murciélagos y no podía utilizarlo para otros fines. La vivienda, situada en Crowborough, East Sussex, es una casa victoriana, construida en 1890 y que formaba parte de los 15 lugares abandonados más espeluznantes de Gran Bretaña e incluso tiene una página de Facebook propia donde se relatan los sucesos fantasmales que supuestamente se han producido allí.
La estrella de “El señor de los anillos” compró la propiedad hace más de 4 años por 4,6 millones de libras (unos 5,2 millones de euros). La casa ya había sido restaurada pero antes de eso era conocida como Potters Manor, la casa de las siete camas, y tenía pentagramas en el suelo, símbolos de ceremonias paganas, y muchas historias de fantasmas vinculadas a ella.
Una de las mansiones más populares para los espectadores es la de las “Kardashians”, protagonistas del reality show más seguido de la historia de EE UU. Pues bien, Kendall Jenner está convencida de que la mansión de su familia en Los Ángeles está encantada.
La modelo, de 25 años, reconoce que no puede haber otra explicación para el sonido de pasos misteriosos y el por qué la ducha se abría sola. En 2018 confesó a la revista Vogue que Kylie y yo siempre escuchábamos pasos en el techo cuando no había nadie en casa. La ducha de Kylie solía estar abierta todo el tiempo y nunca supimos por qué”.
Jennifer Aniston también ha reconocido que su primera casa en Los Ángeles estaba encantada. Durante una entrevista en el “Late night” de James Corden explicó que: “de repente, empezaron a pasar cosas raras... el lavavajillas se puso a funcionar solo, la cafetera igual... fue aterrador”.
La protagonista de “Friends”, de 51 años, estaba tan convencida de que había un espíritu viviendo en el piso que compartía en Laurel Canyon y le pidió a su compañero de piso que limpiara el lugar de malos espíritus, una costumbre que ha repetido cada vez que ha cambiado de casa. “Ahora, en cada casa a la que voy, tengo un brujo o un médium que viene conmigo. Esto me hace parecer un ser humano absolutamente loco“.
Extraña menos el caso del cantante Robbie Williams, que lleva años obsesionado por los fenómenos paranormales y los ovnis. De hecho llego a tener contratado a un “cazador” de OVNIs para que le informara de todos sus avances y avistamientos. Actividad que Williams ha hecho alguna vez.
El cantante de “Angels” no tuvo problemas para compartir su vasta mansión de Wiltshire con fantasmas. De hecho, llegó a afirmar que en su casa habitaba el fantasma de Catherine Parr, sexta y última mujer de Enrique VIII de Inglaterra, cuya afición por las mujeres y las constantes bodas provocó el cisma entre la Iglesia anglicana y la de Roma.
Williams, su mujer Ayda, de 41 años, y sus cuatro hijos han pasado la pandemia en su piso de Los Ángeles, lo que ha supuesto un alivio para su hija mayor, Teddy, ya que compartía su habitación con el fantasma de Catherine.
El verano pasado, en Instagram Live, Robbie, de 46 años, dijo que “había una habitación de la que sospecho y me da escalofríos. Teddy, nuestra hija, dormía allí. Ahora ya no”. Robbie compró la casa del siglo XVIII en 2009 y dijo que había sentido una presencia. También afirma haber visto el fantasma de su vieja perra, Trixie, por allí.
Pero no se acaba aquí la cosa porque la obsesión del cantante le lleva a defender que en su casa de Mulholland Drive, en Los Ángeles, también habita un fantasma llamado Bertie.
Adele tuvo que dejar el año pasado su mansión de West Sussex porque estaba convencida de que estaba poseída. La cantante de “Hello” vivía sola hasta que se mudó con ella su exmarido Simon Konecki y se negaba a dormir allí cuando estaba soltera o sola. No se atrevía a salir de la cama. Le daban escalofríos. Estaba convencida de que estaba encantada y no le quedó mas remedio que contratar a un guardaespaldas para sentirse segura en casa. Cuando se divorció de Konecki vendió inmediatamente la casa.
Pero nadie está a salvo de los espíritus, ni siquiera los que tienen sangre real. Es el caso del príncipe William y Kate Middleton. Los palacios reales están llenos de reliquias y quizás también de algunos habitantes venidos de otro mundo. Los duques de Cambridge se mudaron de Norfolk en 2014, un año después del nacimiento del príncipe George, pero su remodelación de 1,5 millones de libras no pasó por alto la espeluznante historia de Anmer Hall.
En la época isabelina, el lugar perteneció a San Henry Walpole, quien se convirtió al catolicismo y, después de estudiar en el extranjero, quiso volver a Norfolk para predicar a pesar de la amenaza de persecución. Al regresar al Reino Unido, lo llevaron a la Torre de Londres, donde lo torturaron en el potro. Cinco años después, en 1595, fue ahorcado y descuartizado en York. En 1970, fue santificado.
Se cree que a su fantasma le gusta vagar por los jardines de su antigua casa, y la leyenda dice que cuando soplan los vientos de Norfolk, se le puede escuchar hablar.