El gobierno nacionalista de Santiago se niega a instalar pantallas para ver la final de la Eurocopa

Nunca llueve a gusto de todos. Y menos, por lo que se ve, en esta Galicia en la que el verano no acaba de repuntar. Algo que sí ha hecho, y con nota, la España futbolística, plasmada en esa selección que el domingo, contra viento y pronósticos, disputará la final de la Eurocopa en Berlín, contra Inglaterra, y buscando hacer historia.

Un momento único que, de consumarse, haría de los de Luis de la Fuente un equipo único al haber conquistado el campeonato venciendo a todos los campeones del mundo en liza. Para vivirlo, ayuntamientos de toda España han anunciado la instalación de pantallas gigantes que permitan a vecinos y visitantes disfrutar de la ocasión. Pantalla que, sin embargo, no verá la luz en Compostela.

La capital de Galicia, gobernada desde junio del año pasado por el nacionalismopor primera vez en su historia, no ofrecerá esta posibilidad. El motivo, argumentan, que no ven necesario “destinar dinero público” a este fin.

Una excusa a la que suman otros matices que, al menos por audiencia, tampoco parecen sostenerse: no se instalaron pantallas gigantes para seguir la final del mundial disputada por la selección femenina en 2023, ni para el último partido de la Liga Endesa de Baloncesto en la que el equipo local, el Obradoiro, se jugaba la permanencia.

De este modo, el gobierno de la nacionalista Goretti Sanmartín, en coalición con Compostela Aberta, se desmarca de la tónica general y responde a una petición que había planteado el PP en el Ayuntamiento.

Petición del PP

Ante la llegada de la selección a la final, los populares solicitaron al Gobierno local la instalación de pantallas gigantes en la Plaza Roja para que la ciudadanía pudiese seguir el encuentro. Una petición que realizó el concejal José Ramón de la Fuente, que calificaba el espacio propuesto como “céntrico, de fácil acceso y gran capacidad”.

“La posibilidad de ver la final en un ambiente comunitario, en un lugar público, fomentará la espíritu de unión y compañerismo entre los vecinos y ofrecerá una alternativa segura y controlado para personas que deseen disfrutar del evento en compañía”, argumentaba.

En un primer momento, el gobierno local eludió la polémica y afirmó estar “estudiando la propuesta”. O al menos eso afirmó al ser cuestionada la concejala de Fierstas, Pilar Lueiro. Una fase de estudio que ha concluido sin pantalla gigante para los vecinos y que, como era previsible, ha desatado las críticas.

Críticas de la oposición

En este sentido, el PSOE compostelano no ha tardado en demandar al Gobierno municipal de Sanmartín que “rectifique de inmediato” e instale pantallas para que los vecinos puedan seguir “en colectividad” la final de la Eurocopa.

Así lo ha manifestado esta misma mañana el secretario general de la agrupación local, Aitor Bouza, que ha explicado que los socialistas han recibido “sorprendidos” la decisión del gobierno municipal de no instalar esas pantallas.

Sobre esta base, Bouza ha defendido que la final del domingo es un evento que “representa a todos” y que los vecinos de la ciudad tienen “derecho” a compartirlo con otros vecinos.

Así, y después de incidir en los “buenos valores” y la “buena imagen” de España que transmite el deporte, el socialista ha solicitado las pantallas para poder ver a una selección “que nos representa a todos”.

Por su parte, el líder del PP de Santiago, Borja Vera, ha tachadoo de "radical y triste" al BNG por nergarse a colocar la pantalla en la plaza Roja. "Todos sabíamos que en Santiago hay una alcaldesa independentista y, por lo tanto, no le gusta la Selección Española, lo que no conocíamos es que podía ser aún más radical que Bildu, que gobierna en Pamplona y sí va a poner pantallas gigantes", ha señalado.

"Son tan previsibles, el BNG y la alcaldesa, son tan tristes que representan, incluso siendo independentistas, a ese independentismo en blanco y negro, en analógico", ha indicado para recordar que hace un año su formación pidió habilitar pantallas para la Selección Femenina: "Tampoco quisieron, al poderles más el antiEspaña que el propio feminismo".