Las personas mayores en España representan un sector crucial de la sociedad, no solo por su número creciente, sino también por el valioso legado que aportan a la vida cotidiana, la cultura y la economía del país. Con una esperanza de vida que supera los 80 años, España se encuentra entre los países con la mayor longevidad del mundo, lo que significa que cada vez más personas alcanzan la tercera edad y continúan siendo activos, aportando a sus familias, comunidades y a la sociedad en general.

Pero hay una ciudad que sobresale del resto, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay una provincia gallega que cuenta con centenares de personas que han superado los 100 años, cifra que, según los expertos, podría seguir creciendo en los próximos años.

¿Cuál es la ciudad de España con la esperanza de vida más alta?

Ourense, una ciudad situada en el noroeste de España, ha logrado destacarse como un ejemplo de longevidad, convirtiéndose en uno de los lugares con la mayor esperanza de vida del país.

Esta ciudad gallega es hogar de una tasa de centenarios que supera la media nacional, situándose como un referente en el envejecimiento saludable. En algunas comarcas de la provincia, como Tierra de Celanova, el número de personas que alcanzan los 100 años es tres veces superior al de otras regiones, lo que coloca a Ourense en una posición única dentro del panorama demográfico español.

Los secretos de longevidad de Ourense

Ourense es conocida por ser una de las zonas con mayor concentración de aguas termales de Europa. Diversos estudios han demostrado que el uso regular de estas aguas puede contribuir a la prevención de enfermedades crónicas, como la hipertensión.

Otro aspecto fundamental es el entorno natural de Ourense. La ciudad goza de un aire limpio y puro, lejos de la contaminación de las grandes ciudades. El contacto frecuente con la naturaleza, la tranquilidad de su entorno rural y la calidad del aire son factores que favorecen la salud física y mental, contribuyendo a una vida más larga y saludable.

Ourense, con su combinación de factores ambientales, sociales y culturales, demuestra que la longevidad no es solo cuestión de genética, sino también de cómo vivimos y nos relacionamos con nuestro entorno.