Belleza
¿Qué es mejor el bótox o el ácido hialurónico?
Cada una de las sustancias se usa de una manera aunque ambas consiguen el mismo efecto: eliminar la arruga
En diciembre muchas mujeres se ponen las pilas en cuestión de rejuvenecimiento facial. Bótox y ácido hialurónico son los tratamientos estrella
Es frecuente confundir la toxina botulínica (o bótox, su nombre comercial), con el ácido hialurónico. Muchas personas piensan que tienen el mismo efecto, pero no es del todo así. Especialistas en Medicina Estética, como la Dra. Mery Lamah, el Dr. Amselem y la Dra. Moreno, ofrecen los detalles de ambas sustancias y sus usos en la piel.
El ácido hialurónico se encuentra de forma natural y permanente en la piel. Se encarga de mantener la piel hidratada, siendo su principal función la de retener el líquido, rellenando la dermis desde dentro. Sin embargo, con el paso de los años disminuye su concentración, y van apareciendo las arrugas. Para evitar este efecto pueden aplicarse cremas que contengan dicha sustancia o puede inyectarse. Cuando se inyecta se rellenan las arrugas y surcos. La Dra. Mery Lamah, médico estético en Zaragoza, explica que es una molécula de glucosa de origen natural cuyo objetivo es ligar y absorber las moléculas de agua para aumentar el volumen del rostro. “Los rellenos se utilizan para atenuar arrugas y/o pliegues faciales, y mejorar también el aspecto de los labios”, añade la doctora.
La toxina botulínica (o bótox, su nombre comercial) es una toxina que tiene como objetivo paralizar los músculos temporalmente. Al paralizar la musculatura facial no se realizan movimientos que causan las arrugas, tales como las de alrededor de los ojos o el entrecejo. De ahí que se inyecte en pequeñas dosis allí donde existen arrugas, para eliminarlas o atenuarlas, y prevenir la aparición de nuevas líneas de expresión. No se trata de un material que rellene las arrugas, por lo que no las elimina aportando volumen, sino que actúa en los músculos de la cara y los relaja. Actúa devolviendo tersura y luminosidad, con una expresión natural.
Qué zonas se pueden tratar con bótox y cuáles con ácido hialurónico
La toxina botulínica se indica para atenuar las arrugas de la frente, el entrecejo y las patas de gallo. Sin embargo, la Dra. Moreno Luna, explica que “también permite modificar ligeramente la posición de las cejas, elevando su posición, aportando luminosidad y haciendo más atractiva la mirada. A la vez, otras de las aplicaciones del bótox es el tratamiento de la excesiva sudoración o hiperhidrosis en las palmas de las manos y pies, o en las axilas”.
Los usos del ácido hialurónico son similares, pero no iguales. Al ser un tratamiento de relleno permite atenuar las arrugas del rostro y rellenar otras zonas, como los labios. Está especialmente indicado para eliminar las patas de gallo, por ejemplo. El Dr. Amselem, médico estético, explica en su artículo que “la zona de las patas de gallo se caracteriza por ser muy fina, por lo que la aplicación se puede hacer mediante pequeñas partículas que sirven para inyecciones superficiales. El tratamiento habitual es, en primer lugar, tratar la arruga más marcada e ir tratando el resto”.
¿En qué consiste el tratamiento con bótox y con ácido hialurónico?
Ambos tratamientos son rápidos, y no duran más de 30-45 minutos en consulta. La Dra. Moreno asegura que el tratamiento con bótox es sencillo y prácticamente indoloro, sin ser necesaria anestesia. En el ácido hialurónico, la Dra. Lamah explica que, antes de la inyección de ácido hialurónico, “se prepara la piel limpiando el área para a continuación aplicar la anestesia tópica o local para adormecer el área durante el proceso. El tratamiento se lleva a cabo con una aguja fina o mediante una cánula en la dermis a lo largo del borde del área del tratamiento. Esto le proporciona a la piel un aspecto más terso y joven”.
Los resultados serán visibles, con ambos tratamientos, a partir de los dos o tres días de someterse al procedimiento. La durabilidad del bótox suele ser de entre 4 y 6 meses, por lo que será recomendable repetirlo dos veces al año, más o menos. El ácido hialurónico dura también, entre seis meses y un año, según explica el Dr. Amselem, por lo que sus efectos no son definitivos y hay “vuelta atrás”.
Las principales diferencias entre el bótox y el ácido hialurónico son las siguientes:
El bótox paraliza la musculatura y evita las arrugas producidas por dichos movimientos. En cambio, el ácido hialurónico funciona con la inyección de la sustancia, por lo que rellena la arruga.
La toxina botulínica se aplica en los músculos faciales que queremos relajar y el ácido hialurónico directamente en la arruga.
El bótox suele emplearse en el tercio superior de la cara y el ácido hialurónico en el tercio inferior.
El ácido hialurónico es una sustancia natural que produce nuestro cuerpo, por lo que es totalmente biocompatible. El bótox, en cambio, es una proteína externa.
Paralelamente, ambas sustancias tienen muchas similitudes. En primer lugar, ambas tienen un efecto rejuvenecedor, por lo que pueden aplicarse incluso conjuntamente, para mejorar los resultados. Por otra parte, ambas deben ser aplicadas por un especialista en Medicina Estética que garantice los resultados deseados. Finalmente, ambas sustancias tienen una duración determinada y se reabsorben progresivamente.