Negociaciones

El PSOE corteja a Puigdemont en Suiza

Los socialistas buscan reconducir la relación con Junts y asegurar su voto al techo de gasto la próxima semana

El PSOE intenta reconstruir los puentes con Junts. Y busca hacerlo al máximo nivel, después de contactos parlamentarios que no han surtido efecto. Una delegación del PSOE, con el secretario de Organización, Santos Cerdán, a la cabeza, se ha trasladado hoy a Suiza para reunirse con Carles Puigdemont. El viaje, adelantado por "eldiario.es", venía gestándose en los últimos días ante la necesidad de recomponer la relación con los posconvergentes, después de que asestaran un nuevo varapalo parlamentario al Gobierno este martes y amenacen con tumbar el techo de gasto la próxima semana.

A pesar de que Pedro Sánchez trate de proyectar autonomía de sus socios para agotar el mandato, lo cierto es que los siete diputados de Junts son imprescindibles para la viabilidad de la legislatura. Tras quedar relegados de la gobernabilidad de Cataluña, con la llegada de Salvador Illa a la Generalitat, y con una ley de amnistía que no termina de desplegar sus efectos jurídicos, Carles Puigdemont no pierde la ocasión de demostrar su influencia en Madrid y su capacidad de complicarle el horizonte al PSOE.

Los contactos de este fin de semana en Suiza tienen un objetivo más prospectivo que práctico, los socialistas quieren testar si el castigo que inflige Junts con relativa asiduidad al Gobierno se limita a una mala digestión de la actual coyuntura catalana o amenaza con cronificarse. En Moncloa han asumido que les espera un "otoño caliente" hasta que la formación encare su proceso interno. Junts celebrará su congreso en octubre, en el que tienen que alumbrar un liderazgo renovado y una hoja de ruta política a medio plazo. Entonces, habrá interlocutores y condiciones de negociación nuevas, pero hasta entonces es Puigdemont quien marca el paso.

La relación se ha enfriado en los últimos meses y la desconfianza ha vuelto a imponerse después de que Junts cambiase su voto a tres minutos de la votación el martes, tumbando por sorpresa la toma en consideración de una iniciativa sobre alquileres con el sello de Sumar. La imagen de la derrota se dibujó en la cara del propio presidente del Gobierno, que acudió al hemiciclo a votar -nada habitual un martes- por lo ajustado de la aritmética. Esta humillación sentó mal en Moncloa, donde reconocen cierto desconcierto porque no saben a qué atenerse con sus socios.

En este contexto, el Gobierno volverá a llevar la próxima semana el techo de gasto al Congreso, después de que Junts lo tumbara el pasado mes de julio. Los de Puigdemont ya han adelantado su voto negativo, pero en el Ministerio de Hacienda están dispuestos a seguir adelante con la tramitación de los Presupuestos, aunque tengan que elaborarlos con el objetivo de déficit vigente. Será, sin embargo, cuando haya que aprobar las cuentas públicas cuando se teste si Junts realmente está dispuesto a hacer política o se ha instalado en el bloqueo definitivamente.