Vuelo bajo
Parecer y no ser
Yolanda Díaz ejerce de líder de Sumar, pero no lidera nada
La «mobility» era definida por Gellner como un artilugio conceptual mediante el cual la clase privilegiada de la sociedad adquiere parte del prestigio de ciertas virtudes respetadas sin la inconveniencia de tener que practicarlas. Una descripción perfecta del parecer y no ser.
Este fenómeno también se puede aplicar a toda la clase política, especialmente a aquellos que representan la ideología de izquierdas o de extrema izquierda. Lo hemos visto con la amnistía, la malversación, la corrupción, la igualdad, el pacto de la inmigración para Cataluña o el yo sí te creo. El summum de la «mobility» lo encarnaría la vicepresidenta segunda y ministra Yolanda Díaz. Ejerce de líder de Sumar, pero no lidera nada, excepto a sí misma, y esta es una afirmación que no deja de ser un suponer.
Fue, pero ya no es líder de Sumar, aunque sí un poquito. No lidera la parte orgánica después de los malos resultados electorales cosechados en todas las convocatorias a las que ha concurrido la formación, pero lidera, en teoría, el grupo parlamentario, de aquella manera.
Lo lidera cuando no tienen que votar ni el grupo parlamentario pronunciarse sobre una medida política que cuestione los principios ideológicos que parecen ser, pero no son. Tiene más miedo que a un nublado a los 27 diputados de su grupo. La tarea que Europa le ha impuesto a Sánchez de acelerar el aumento del gasto militar la tiene en un sinvivir.
Ya no puede tirar del bla, bla, bla para no decir nada, usando la retórica planetaria de buenos deseos que ni la utilización errónea de los datos la pueden salvar. Cabalgar con la contradicción de cómo abrazar al señor de la guerra, aumentar el gasto en defensa vistiéndolo de que no disminuye el gasto social, sin posicionarse la agrupación Sumar, solo lo puede hacer quien parece ser y no es.