PSOE
Guerra de barones por la abstención
Ocho dirigentes territoriales envían una carta a la gestora para pedir que sólo haya once abstenciones en la investidura. Los oficialistas exigen que sea en bloque y reclaman dureza con el PSC si rompe la disciplina de voto
Ocho dirigentes territoriales envían una carta a la gestora para pedir que sólo haya once abstenciones en la investidura. Los oficialistas exigen que sea en bloque y reclaman dureza con el PSC si rompe la disciplina de voto
La división que arrojó el domingo la votación del Comité Federal en la que se decidió la abstención –por 139 votos a favor y 96 en contra– vaticinaba que el próximo punto de fricción entre los «bandos» en que ha quedado dividido el PSOE vendría por la fórmula en que se concretará la decisión de facilitar un gobierno de Mariano Rajoy. No en vano, ya a la salida del cónclave, varios dirigentes territoriales pidieron a la gestora que buscara una forma «inteligente» de llevarla a cabo para no «ahondar más en la fractura». Ayer, esa petición se materializó en forma de misiva dirigida a la dirección interina que preside Javier Fernández. En ella, los secretarios generales de ocho federaciones –Baleares, País Vasco, Castilla y León, La Rioja, Navarra, Murcia, Madrid y Ceuta– solicitaban formalmente a Fernández que la abstención sea «técnica», esto es, «con el número indispensable de diputados, pero sin que la totalidad del grupo deba expresarse en el mismo sentido».
La hipótesis no es nueva y nace de la necesidad de maquillar el cisma existente en el partido, que quedaría de relieve si se impone la abstención en bloque y los diputados díscolos cumplen su amenaza de no acatar la disciplina de voto. Los firmantes –Francina Armengol, Idoia Mendia, Luis Tudanca, César Luena, María Chivite, Rafael González Tovar, Sara Hernández y Manuel Hernández– reconocen «la dificultad de esta situación» y plantean su propuesta de 11 abstenciones técnicas como la fórmula para «superarla con el menor coste para el PSOE». Consideran que, tras la dimisión de Pedro Sánchez, la multitud de asambleas de militantes en las que se ha rechazado la investidura de Rajoy y el 40% de miembros del Comité Federal que optó por el «no» existe un clima de «fuerte tensión» y de «división» que quieren contribuir a relajar, y para ello emplazan a Fernández a convocar una reunión para discutir su propuesta. Entienden que para dar cumplimiento al mandato del máximo órgano entre congresos, esto es, facilitar la investidura del candidato popular, no es necesario, una abstención de todo el grupo, lo que «reforzaría el sentido político de nuestra acción y sería claramente beneficiosa en el objetivo compartido de empezar a superar la situación de división actual».
Aunque todos los firmantes son reconocidos «pedristas», destaca la ausencia del primer secretario del PSC, Miquel Iceta, firme defensor del veto a Rajoy y que lidera la principal corriente díscola, la cántabra Eva Díaz Tezanos, que apostó por la resolución del «no» en el Comité Federal, y la presidenta de la gestora gallega, Pilar Cancela, que también valora la opción de las 11 abstenciones técnicas.
La misiva va dirigida con tono cordial e informal a Javier Fernández, quien a priori no valora otro escenario que el de la abstención en bloque. Así lo manifestó en la rueda de prensa posterior al Comité Federal, en la que explicó que el mandato del máximo órgano entre congresos es «imperativo» y no interpretable bajo fórmulas alternativas. De la misma opinión participan otros dirigentes territoriales, alineados con la gestora, que, aunque el domingo prefirieron no intervenir, ayer salieron en tromba para defender la necesidad de que todo el grupo facilite la investidura de Rajoy. De esta opinión es el presidente valenciano, Ximo Puig, que considera la abstención como una «decisión instrumental» que «nos compromete a todos». «Es colectiva, no a nivel personal», dijo, en relación con la intención manifiesta del PSC de desobedecer la resolución del Comité Federal. Menos conciliador que el valenciano, que dijo «no ser partidario de expulsiones ni confrontaciones», es el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que advirtió a los socialistas catalanes de que «el divorcio, con que lo pida una de las dos partes, vale». Para el castellanomanchego, los pronunciamientos del PSC «suenan mal, no fraternal». Por su parte, el también presidente Guillermo Fernández Vara fue más allá al advertir de «las consecuencias» de su decisión, porque si deciden incumplir el mandato del Comité Federal «habrá que buscar una solución, sentarse a hablar y replantear algunas cuestiones que es necesario replantear». Más crítico y vehemente se mostró su antecesor en el cargo, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que afeó que la estrategia de Iceta no está dando unos resultados «brillantísimos». «Nos hacen perder votos en Cataluña y en España», criticó al tiempo que señalaba el perjuicio que causan los socialistas catalanes al partido.
Mucho más conciliador, el presidente de Aragón, Javier Lambán, apeló al «seny» –buen sentido– del primer secretario del PSC y al poder de «persuasión» de Fernández para resolver la situación.
«Si es por parte del PSC, no habrá ruptura con el PSOE»
Pese a la decisión del Comité Federal del PSOE, los socialistas catalanes siguen con su idea de votar «no». Es lo que dejó claro ayer la secretaria de organización del PSC, Assumpta Escarp, al afirmar, primero, que su partido no quiere romper con el PSOE pese al desencuentro por la investidura de Rajoy, al tiempo que pedía a Ferraz que «comprenda que hay una realidad catalana» que hace que no puedan facilitar un gobierno del PP. «El PSC también pide a los compañeros del PSOE» la capacidad de diálogo, negociación y pacto a la que siempre apela como receta para desbloquear las relaciones entre la Generalitat y el Estado. «Si es por parte del PSC, no habrá ruptura con el PSOE», sentenció.