La Fiscalía asegura que se trata de una «cuestión privada» y el presidente le respalda

Al 25 por ciento de la empresa domiciliada en Panamá, Duchesse Financial Overseas, perteneciente al fiscal jefe de Anticorrupción, Manuel Moix, según unas recientes publicaciones, se une la herencia de un chalet valorado en medio millón de euros, ubicado en la localidad Collado Villalba, y que Moix justificó así ayer en unas declaraciones a La Sexta: «Es ético que los hijos hereden de los padres». Según el fiscal, la casa habría pertenecido a una sociedad de gananciales de sus progenitores, que tuvieron hasta 1988.

La polémica volvió a servirse ayer y el foco se dirigió a la Fiscalía General, pero fuentes del ministerio público señalaron que el fiscal general, José Manuel Maza, no se pronunciará al respecto ya que aseguran que pará él es una cuestión privada y que «no afecta» a la Fiscalía General del Estado. «Es un asunto personal».

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que siempre ha mostrado su apoyo al fiscal, se limitó en Portugal a responder «sí» sobre si sigue confiando en él. Por su parte, El ministro de Justicia, Rafael Catalá, eludió pronunciarse respecto a «las cuestiones tributarias o patrimoniales de ningún fiscal» y apuntó que aunque siempre está dispuesto a comparecer en el Congreso de los Diputados por asuntos de su competencia, si es para hablar de cuestiones tributarias o patrimoniales le parece «un poco inadecuado». La noticia, sin embargo, no ha acallado las voces de los grupos de la oposición que se manifestaron a lo largo del día de ayer reivindicando la dimisión de Moix y reavivando la crítica política sobre el fiscal, al que ya le llovieron críticas por su gestión en los casos de corrupción que afectan al PP, en especial el caso Lezo, por el que está en prisión el expresidente madrileño Ignacio González, y por el intento de relevo de los fiscales que investigan el caso del 3 por ciento.

En el Congreso de los Diputados, el grupo socialista miró hacia el ministro de Justicia, Rafael Catalá, y pidió directamente su comparecencia y el cese de Moix, quien, a juicio de la portavoz adjunta, Isabel Rodríguez, debería «seguir el camino» del ex ministro de Industria José Manuel Soria, que dejó su cargo por tener también intereses económicos en Panamá, informa Efe. No bastó con la manifestación del grupo socialista, sino que el recién elegido secretario general, Pedro Sánchez, abogó por lo mismo en las redes sociales.

Para el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, lo ocurrido puede ser «una gota que se suma al vaso lleno». La formación naranja quiere presentar la semana próxima una reforma de la ley del Ministerio Fiscal para tener fiscales independientes. El portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano, no quiso quedarse fuera de la «indignación» política y consideró que la sociedad necesita fiscales «intachables».

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, criticó que Moix «tenga intereses en paraísos fiscales», en también en los pasillos del Congreso. «Es vergonzoso que quien está llamado a perseguir la corrupción, y resulta que lo que hace es dificultarla, tenga intereses en Panamá. Los paraísos fiscales sirven para robar a los ciudadanos y no pagar impuestos en España». Los ataques no fueron solamente políticos: las tres asociaciones de fiscales le exigieron al fiscal anticorrupción explicaciones urgentes y convincentes, informa Efe.

«Tiene que dar ya explicaciones pertinentes», afirmó Jesús Alonso, portavoz de la Asociación de Fiscales, la asociación mayoritaria en la carrera y cuyo apoyo fue clave para el nombramiento de Moix. Más «bélica» fue la Unión Progresista de Fiscales (UPF), que directamente habló de «falta de ética», en tanto que la Asociación Profesional e Independientes de Fiscales (APIF) tiene claro que ni ahora ni nunca «al frente de la Fiscalía Anticorrupción puede estar una persona que esté vinculada con un paraíso fiscal».