Estrasburgo
Los Franco irán a Estrasburgo si Moncloa veta la Almudena
Acudirán al Tribunal Europeo de Derechos Humanos si el Gobierno impide que los restos sean trasladados a la cripta que la familia tiene en la catedral de Madrid. Advierten de que «no pueden tomarse la Justicia por su mano».
Acudirán al Tribunal Europeo de Derechos Humanos si el Gobierno impide que los restos sean trasladados a la cripta que la familia tiene en la catedral de Madrid. Advierten de que «no pueden tomarse la Justicia por su mano».
A. G. Mateache - Los nietos de Franco están a la espera de que el Gobierno esclarezca cuáles son las enmiendas que tiene pensado registrar a fin de que «no haya enaltecimiento» en la catedral de la Almudena y, por tanto, evitar que la inhumación del cadáver se produzca allí. «Cuando saquen los cañones ya veremos», explica Luis Felipe Utrera-Molina, albacea universal de la familia y el abogado en quien los nietos de Franco confían para defender sus derechos frente a la iniciativa del Ejecutivo de sacar el cuerpo del Valle de los Caídos. Asegura Utrera-Molina que el Ejecutivo sigue sin ponerse en contacto con ellos, por lo que no han tenido ningún avance de las medidas concretas que espera dar el Gobierno, por lo que consideran que «la prudencia exige esperar y en función de lo que digan, actuar».
Lo que no significa que la familia de Franco tenga intención alguna de dar un paso atrás. «Que no haya ninguna duda de que la familia irá a los tribunales», asevera el abogado. «La familia irá hasta el final, como si tiene que ir a Estrasburgo».
Una de las alegaciones presentadas hasta la fecha por la familia es el derecho a la intimidad que establece el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, por el que el tratamiento después de la muerte «afecta directamente al derecho a la vida personal y familiar de sus allegados». Además, sostiene que a los nietos no les compete decidir si habrá enaltecimiento o no a su abuelo en la catedral de la Almudena, pero sí defender su derecho por ley a enterrar el cuerpo en la cripta de la catedral, en la que la familia dispone de cuatro enterramientos, dos de ellos ocupados por la hija de Franco y su marido, y los otros dos libres, en los que los nietos tienen intención de enterrar a su abuelo si la exhumación propuesta por el Ejecutivo prospera, e incluso no descartan llevar allí también a su abuela, Carmen Polo, enterrada actualmente en el Pardo, para que descansen juntos como era deseo del matrimonio. «El Gobierno no puede tomar la Justicia por su mano, tiene que respetar los procesos hasta que haya una resolución en firme, ya que si no estaría incurriendo en un delito de prevaricación», afirma el albacea universal de la familia. «No se pueden violentar los derechos de unos particulares», concluye, refiriéndose a la familia de Franco. Y se pregunta dónde está el límite en esta estrategia. «Fernando VII no se caracterizó por ser precisamente un demócrata. ¿También vamos a exhumarlo?».
La postura férrea de los nietos en cuanto al destino de los restos de su abuelo en caso de ser sacados del Valle de los Caídos no parece que fuera contemplada inicialmente por el Ejecutivo. En el decreto ley publicado por el Gobierno el pasado mes de agosto se resolvía que el Consejo de Ministros, tras un acuerdo motivado, procedería al traslado «con indicación», en caso de que procediese la exhumación, «del destino que vaya a darse a los restos mortales afectados». Este periódico ya publicó que, según fuentes eclesiales, la Iglesia había advertido al Ejecutivo de la posibilidad de que la familia de Franco optase por la Almudena y no por el Pardo –destino que prefiere el Gobierno de Sánchez–, ya que la catedral de la plaza de Oriente dispone de una mayor seguridad. Pero el Gobierno desoyó esta advertencia hasta darse de bruces con un futurible escenario en el que que la plaza de Oriente vuelva a ser lugar de peregrinación para los simpatizantes de Franco. La alarma llegó al punto de que la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, acudió recientemente al Vaticano para pedir que Roma intercediera, llegando incluso a afirmar posteriormente una «colaboración mutua» entre el Ejecutivo y la Iglesia para impedir que el cuerpo de Franco descansara en la Almudena. En un gesto prácticamente inédito, el Vaticano desmintió a Calvo, y precisó que en ningún momento se había pronunciado al respecto. Por tanto, la única vía a la que puede recurrir el Gobierno es seguir aportando enmiendas para conseguir su «medalla» de convertirse en el primer Gobierno que consigue exhumar a Franco, pero la familia no se lo pondrá fácil.