Andalucía
La reiteración causa hastío en el votante
Estamos a poco más de siete meses para que el país inicie un proceso electoral de gran envergadura, ya que el 26 de mayo de 2019 coinciden en la misma jornada elecciones municipales y europeas en toda España, así como autonómicas en trece Comunidades Autónomas, pues hay que tener en cuenta que Galicia, País Vasco, Cataluña y Andalucía celebran sus elecciones autonómicas de forma separada al resto.
En Cataluña debemos estar pendientes del 27 de octubre, fecha en la que se cumple un año de la convocatoria electoral realizada con la implantación del artículo 155 de la Constitución en la comunidad autónoma decidida por el Senado. Desde ese mismo día Torra puede disolver el Parlamento regional de forma anticipada. De ser así se podría votaría el domingo 21 de diciembre, como muy pronto, coincidiendo con la fecha en la que ya se celebraron elecciones el pasado año.
En Andalucía las elecciones autonómicas correspondería llevarlas a término en el mes de marzo de 2019. Pero se especula con un posible adelanto para evitar que la marca PSOE en Andalucía sufra por la erosión que experimenta el Gobierno de Pedro Sánchez y por la mejora del PP desde la elección de Casado como presidente popular. Susana Díaz estaría interesada en aprovechar, además, la crisis interna que existe tanto en el PP –que podría ser «sorpassado» por Ciudadanos– como en un Podemos a la baja. En este caso las fechas que se barajan son los domingos 2 o 16 de diciembre, ya que se descartarían los domingos 9 y 23, debido al puente de la Constitución/Inmaculada, en el primer caso y la cercanía a la Navidad, en el segundo. Festivos que invitan a abandonar las regiones y que favorecen la abstención. Por lo tanto, atentos a los días 8 y 22 octubre, fechas límite para convocar elecciones andaluzas en diciembre.
En Galicia y País Vasco corresponde celebrarlas en septiembre de 2020.
Si finalmente se adelantan en Andalucía y Cataluña, asistiríamos a una concentración de citas electorales en un mismo semestre, desde diciembre de 2018 a mayo de 2019: autonómicas andaluzas y catalanas, junto a las municipales, europeas y en otras trece autonomías.
Pero planea un posible adelanto electoral que anticiparía las elecciones generales a este referido semestre. La aglomeración de convocatorias electorales produciría un cansancio en el electorado.
Los españoles ya padecimos la reiteración electoral en 2015: en marzo de ese año se produjeron las autonómicas en Andalucía, en mayo se celebraron las elecciones municipales y autonómicas en 13 comunidades autónomas. En septiembre elecciones anticipadas en Cataluña. En diciembre las elecciones generales y seis meses más tarde, en junio del año siguiente, se volvieron a repetir. En septiembre las gallegas y vascas. Por lo que en el periodo 2015/2016 se concentraron todas las elecciones que se celebran en el ciclo de cuatro años.
El agotamiento del electorado quedó patente en las elecciones generales de junio de 2016, en las que votó 1.159.273 españoles menos que en las de seis meses antes, en las elecciones generales de diciembre de 2016. La participación cayó 3,2 puntos porcentuales. Esto supone que lejos del efecto «arrastre» que algunos presuponen a la coincidencia electoral se pueda producir el efecto contrario y se desincentive la participación.
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