El desafío independentista
La Fiscalía pedirá reactivar euroórdenes de tres fugados
Quiere que Antoni Comín, Clara Ponsatí y Lluís Puig sean detenidos y entregados
La Fiscalía del Tribunal Supremo ultima la petición al juez instructor del «procés», Pablo Llarena, para que reactive las euroórdenes para su detención y entrega de los ex consejeros de la Generalitat Toni Comín y Clara Ponsatí, aunque se estudia extender la solicitud también a Lluís Puig. En cambio, tal como adelantó en su edición de ayer LA RAZÓN, descarta hacer lo propio respecto a la ex responsable de Agricultura del Govern Meritxell Serret y a la ex portavoz de la CUP Anna Gabriel.
Comín y Ponsatí se encuentran actualmente huidos en Bélgica y Escocia, respectivamente. El primero de ellos fue procesado por el juez Llarena por los delitos de rebelión y malversación, mientras que la ex consejera de Enseñanza lo fue por rebelión. Por ello, las euroórdenes que se pudiesen cursar serían para solicitar la entrega por sedición, a la vista de la sentencia del Supremo que condenó a nueve líderes independentistas catalanes por ese mismo delito.
En cuanto a Puig, el instructor le imputaba en el auto de procesamiento sendos delitos de malversación y desobediencia. Son, exactamente, los mismos delitos por los que fue procesada Meritxell Serret, respecto a la cual no se va a instar al instructor que dicte ninguna euroorden. Por ello, en el caso de Puig existen más dudas de que se pudiese acordar la misma porque, además, según fuentes jurídicas, con los criterios establecidos en esa sentencia del Supremo respecto al delito de malversación, «difícilmente se podría sostener ya ese mismo, por lo que quedaría en desobediencia», que no conlleva pena alguna de prisión, sino de multa e inhabilitación.
Un caso que presenta ciertas diferencias respecto a Comín y Ponsatí es el relativo a la ex secretaria general de ERC Marta Rovira, fugada en Suiza. Pese a que también fue procesada por rebelión, el hecho de encontrarse en país helvético hace mucho más complicada su entrega, porque, entre otras razones, no accede a aceptar ninguna euroorden. Por ello, habría que acudir a cursar una petición de extradición, algo que resultaría muy complicado que prosperase y sería un largo proceso. Por ello, lo previsible es dejar todo en suspenso hasta que decidiese, en su caso, buscar cobijo en un país de la UE, donde entonces sí resultaría viable la euroorden.
Respecto a Anna Gabriel, nunca se ha planteado cursar ninguna euroorden, ya que solo está procesada por desobediencia. Por este motivo, podría regresar tranquilamente a España, donde eso sí, tendría que comparecer ante el juez Llarena para quedar posteriormente en libertad. Y lo mismo puede aplicarse en lo que afecta a Meritxell Serret.
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