Presupuestos
El Gobierno retira el techo de gasto para evitar otra derrota en el Congreso
Fuentes gubernamentales señalan que "por responsabilidad" se dan más tiempo para negociar y conseguir los apoyos de Junts
El Gobierno asume que su debilidad parlamentaria le está suponiendo un grave desgaste institucional. Lejos de la pretendida autonomía que Pedro Sánchez predica de sus socios parlamentarios, asegurando que está dispuesto a gobernar "sin el concurso del legislativo" -al que considera más "restrictivo" que "constructivo"-, lo cierto es que en Moncloa son conscientes de que necesitan una mayoría que no tienen y que sin ella la viabilidad de la legislatura es limitada.
El Ejecutivo tenía previsto llevar a votación este jueves en el Congreso de los Diputados el techo de gasto por segunda vez, tras el varapalo que sufrió en julio y anticipando el mismo resultado ha decidido rectificar. De este modo, el Gobierno optó por retirar del orden del día la votación de la senda de estabilidad, evitando así encadenar un nuevo traspié parlamentario y que se visibilice otra derrota en el marcador del hemiciclo. Aunque en la práctica, este movimiento es ya una derrota en sí mismo.
Fuentes gubernamentales argumentan esta marcha atrás como un ejercicio de "responsabilidad" para darse más tiempo para negociar y conseguir los números que hoy les faltan para que la senda de estabilidad pueda salir adelante y aprobar, en base a ella, los Presupuestos para 2025. Todo en el discurso resulta contradictorio, pues, hasta ahora, en el Ejecutivo se mostraban dispuestos a trabajar en unas nuevas cuentas con la senda vigente o incluso llegar a prorrogar las del ejercicio de 2023 si fuera necesario. Finalmente, ese esfuerzo de resistencia numantina se ha venido abajo.
La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha justificado la decisión de aplazar la votación para dar "una nueva oportunidad al diálogo y la negociación". En concreto, en el Gobierno rectifican también en su determinación de no cambiar la senda de estabilidad -la que se iba a votar el jueves es la misma que se tumbó en julio- y ahora se abren a introducir modificaciones para tratar de atraer a Junts. "Si aplazamos la tramitación de esta senda de estabilidad es para afrontar ese diálogo y para llegar a un acuerdo con Junts", reconoció la portavoz.
En Moncloa tratan ahora de dar la vuelta al argumento y señalan que "frente a los cálculos partidistas" de aquellos que se dedican a "votar en contra de todo lo que propone el gobierno de España", en esta ocasión lo que estaba en juego era algo "muy importante": 12.000 millones para políticas públicas. "Votar en contra de los 12.000 millones no es votar en contra del Gobierno, sino en contra de todos los ciudadanos de nuestro país", ha aseverado en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. Pese a poner todo el peso en el posicionamiento del PP, fuentes gubernamentales descartan que haya cualquier posibilidad de interlocución con los populares.
Fuentes socialistas reconocían ayer como muy "probable" el rechazo a la senda de déficit en el Congreso, ante la imposibilidad de contar con los siete votos de Junts. "Esto es un sinvivir", reconocía a este diario un dirigente socialista. Los posconvergentes llevan semanas anticipando sus intenciones y el PSOE hizo un último intento de reconducir la situación con un viaje el pasado fin de semana a Suiza para reunirse con Carles Puigdemont. La reunión no salió bien y la delegación encabezada por el secretario de Organización, Santos Cerdán, se volvió con el mismo "no" con el que llegaron.
Los socialistas han pasado en las últimas horas a cargar toda la responsabilidad del naufragio de la senda de estabilidad en el principal partido de la oposición, señalando que la del jueves no sería una derrota del Gobierno, sino de los ayuntamientos y comunidades autónomas que no percibirían hasta 12.000 millones de euros para gasto social. Pero finalmente han decidido asumir su propia responsabilidad y retirar el techo de gasto.
No es la primera vez que el PSOE se ve obligado a dar marcha atrás con una iniciativa para evitar que se tumbe en el Congreso. El pasado mes de mayo hizo lo propio con la reforma de la Ley del suelo, que no tenía asegurados los apoyos tras la negativa del PP a avalarla en plena precampaña de las elecciones europeas. A los movimientos preventivos para evitar visibilizar su debilidad se suman las muestras evidentes de la misma. El Gobierno ha perdido en las últimas semanas dos votaciones, a cuenta del reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de Venezuela (por los votos del PNV) y la toma en consideración de una iniciativa sobre alquileres de la que se descolgó Junts en el último minuto.