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Testigos

Filtración del novio de Ayuso: el juez indaga en los "escalones directivos" de Moncloa

Hurtado interroga en el Tribunal Supremo a dos ex altos cargos de Presidencia para identificar "el origen" de la divulgación del correo de González Amador

El exlíder de los socialistas madrileños Juan Lobato, tras declarar como testigo en el Tribunal Supremo Alberto R. RoldánPHOTOGRAPHERS

El Tribunal Supremo (TS) lleva hoy hasta las puertas de Moncloa su investigación sobre la filtración de datos reservados del novio de Isabel Díaz Ayuso. Dos exasesores de Presidencia comparecen como testigos después de que el análisis del móvil del que fuera líder de los socialistas madrileños Juan Lobato les situara en el epicentro de la divulgación del correo del 2 de febrero del pasado año en el que la defensa del empresario Alberto González Amador reconocía el fraude tributario por el que se le investiga.

Tras el examen de los mensajes de Lobato por parte de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el instructor citó a testificar a Francesc Vallés, ex secretario de Estado de Comunicación, y Pilar Sánchez Acera, exasesora de Moncloa (era jefa de Gabinete de Óscar López), que fue quien remitió a Lobato ese correo para que lo exhibiera en la Asamblea de Madrid el 14 de marzo de 2024 contra Ayuso (después de que su jefe de Gabinete hubiese filtrado a la prensa un correo en el que la Fiscalía aceptaba un pacto de conformidad con el empresario que hacía pensar que la iniciativa había partido del Ministerio Público, y no a la inversa).

Ambos son de las cuatro personas (aparte de Lobato) que según la UCO habrían tenido conocimiento de ese mensaje –aparte de la directora de Comunicación de la ministra de Vivienda, Laura Sánchez Espada, y el en esas fechas director de Comunicación del PSOE, Ion Antolín– «antes de ser publicado en ningún medio». Una «carta» (como se refiere al correo del abogado de González Amador en esos mensajes) que el instructor sospecha que fue filtrada a Moncloa desde la Fiscalía General del Estado.

"Posicionamiento referencial"

En ese informe, la unidad policial expone los motivos que finalmente llevaron al juez a citar como testigos a los dos exasesores de Moncloa. De Vallés dice que, a tenor de los mensajes analizados, «podría tener un rol superior de coordinación respecto a la información que se maneja sobre la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid» (ese correo clave con el que se pretendía desmontar el bulo de que la Fiscalía había propuesto un pacto a la pareja de Ayuso y que García Ortiz lo habría frenado por ser la pareja de la líder del PP en Madrid). Para la Guardia Civil, resulta «congruente» que sea «una de las personas que pueden indicar cuál es el origen de dicha información».

De hecho, la UCO sitúa a Vallés en un «posicionamiento referencial» en la «vertiente mediática relativa a la información que se maneja» en relación con la pareja de la presidente madrileña.

En cuanto a Sánchez Acera –que ya el 13 de marzo envió a Lobato informaciones sobre el novio de Ayuso advirtiéndoles: «Dice Francesc que estés en guardia permanente porque esto va a ir a más»–, el informe policial destaca que el email íntegro del abogado de González Amador no había sido publicado aún «cuando ya estaba en poder» de la directora de Gabinete de Óscar López, por lo que para los agentes «su procedencia no puede ser la publicación en medios de comunicación» (apuntando de nuevo indirectamente a la Fiscalía).

Y es que el correo íntegro se publicó a las 9:06 del 14 de marzo en ElPlural.com, 36 minutos después de que Sánchez Acera remitiese a Lobato una imagen del correo de la discordia a las 8:29:57.

El "dominio de la acción" de Sánchez Acera

La UCO puso de relieve las dudas de Lobato, quien era consciente de que publicar ese correo «podría constituir, al menos, algún tipo de irregularidad», por lo que quería cerciorarse de que ya se había difundido en prensa antes de que lo aireara en la Asamblea de Madrid contra Ayuso. No en balde, este hecho «le eximiría de cualquier responsabilidad».

Antes de su publicación, la Guardia Civil considera relevante que Sánchez Acera intenta tranquilizar a Lobato, escribiéndole: «Va a salir antes, para el control» (la sesión de control a la presidenta madrileña). Un convencimiento detrás del que la investigación policial ve un indicio de que el correo «habría sido facilitado a algún medio de comunicación para que lo divulgase antes del inicio de la sesión del Pleno». «A las 11 ya habrá salido todo el mundo con ella (con la carta)», le escribió también, lo que indica «un cierto dominio de la acción o de cómo sucederá».

Por todo ellos, la UCO considera que al menos los días 13 y 14 de marzo (según el análisis de los mensajes de Lobato) «distintos escalones directivos, a nivel regional y nacional, están al tanto de las informaciones que se publican» sobre el novio de Ayuso, «intentado coordinar actuaciones en este sentido». En este sentido, apunta a "otros estamentos de la Administración Estatal y/o del PSOE" que también sabían de la existencia de ese correo y "pretendían" que Lobato "lo hiciera público".

Hasta el punto de que, según recoge ese informe policial, el entonces líder de los socialistas madrileños trasladó a su jefe de Gabinete y a una diputada autonómica del PSOE a través de un chat que le había llamado «Santos» (Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE que Pedro Sánchez iba a pedir la dimisión de Ayuso para que «lo pidan ellos también». «Tiene que salir todo el PSM pidiendo la dimisión de Ayuso», le escribió el 13 de marzo por la mañana. Ese correo del 2 de febrero era la clave y ahora solo resta esclarecer si fue el fiscal general quien lo filtró para que Moncloa lo utilizara como arma arrojadiza contra Ayuso.