El personaje

Félix Bolaños: El político de los pactos

«Somos el Gobierno de los acuerdos, esto es política útil», reivindica el «triministro»

Gonzalez Pons y Bolaños
Gonzalez Pons y BolañosIlustraciónPlatón

Es el gran negociador del Gobierno. Con los agentes sociales, los independentistas, las autoridades europeas y el partido de la oposición. Félix Bolaños, el «triministro» de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, se define a sí mismo como «un político del acuerdo», y reflexiona sobre el último suscrito con el PP para la renovación del CGPJ como una victoria de todos, del Estado de derecho, la reputación de España como país, demuestra que se puede dejar atrás la crispación y llegar a pactos entre diferentes.

«Somos el Gobierno de los acuerdos, esto es política útil», asegura Bolaños, unos de los ministros con más poder dentro del Ejecutivo y de total confianza de Pedro Sánchez. Sus largas conversaciones en un tira y afloja con Esteban González Pons han dado fruto, el ministro afirma sentirse muy satisfecho y anuncia que se pueden alcanzar otros pactos con los populares: «Seguiremos haciendo política de verdad, para mejorar las Instituciones y la vida de las personas».

Arquitecto jurídico del Gobierno, auténtico «fontanero» de Sánchez, Bolaños aguanta cualquier chaparrón y con astucia logra finalmente un acuerdo. Su oratoria en el Congreso es directa y hábil para navegar sobre la frágil minoría parlamentaria del PSOE. Por sus manos han pasado los grandes asuntos de la legislatura: exhumación de Franco, la coalición con Podemos, los indultos del «procés», las conversaciones con Cataluña, el estado de alarma, los Presupuestos, el escándalo «Pegasus» y ahora la renovación del CGPJ. Con un perfil discreto, serio y perseverante, hace de la cautela su norma de conducta. Antítesis de su antiguo amigo, Iván Redondo. El titular de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes no es tan locuaz como su antecesora Carmen Calvo.

Su objetivo es actuar en la sombra, con absoluta lealtad a Sánchez, y engrasar la «fontanería» monclovita con mucha disciplina y poco ruido. Prueba de su carácter es la frase que pronunció el día de su toma de posesión: «Ser ministro ni se puede pedir, ni se puede rechazar». Amigo en su día de Iván Redondo, las suspicacias comenzaron durante las negociaciones para la renovación del CGPJ, que Bolaños tenía avanzadas. Según algunas fuentes, la filtración por parte de Redondo de dos nombres inadmisibles para el PP, José Ricardo de Prada y Victoria Rosell, dieron al traste con todo. Entonces los dos influyentes asesores del presidente alejaron posturas y libraron una batalla que acabó con la salida de Redondo y el ascenso a ministro de Bolaños.

Félix Bolaños nació en Madrid, hijo de dos emigrantes en Múnich, dónde trabajaban en una fábrica. A su regreso de Alemania se instalaron en Móstoles y Félix se educó en centros públicos. De carácter introvertido se licenció en Derecho por la Universidad Complutense, sacó el primer puesto en los cursos de la Abogacía y Derecho Laboral, ingresando por oposición como letrado en el Banco de España. Militante del PSM, fue secretario de la Comisión Federal de Ética y Garantías, de la Fundación Pablo Iglesias, del Consejo de redacción de la revista Temas y Patrono de la Fundación Sistema vinculadas a Alfonso Guerra. Conoció a Sánchez en el PSM y en 2018 llegó a La Moncloa como Secretario General de la Presidencia.

Figura clave en el conflicto con Cataluña, dio estructura jurídica a los indultos del «procés», está casado con Fátima Rodríguez, a quien conoció muy joven en el pueblo de su padre, Villafranca de los Caballeros. Tienen un hijo y, según su entorno, Bolaños lleva una vida casi ascética, dedicado al trabajo, lectura de decretos e informes jurídicos. Negociador de asuntos delicados a su estilo: sin que se note.