Muchos de los líderes históricos del PSOE, con Felipe González y Alfonso Guerra en cabeza, se opusieron a la amnistía solicitada por Carles Puigdemont como requisito para respaldar la investidura de Pedro Sánchez. Incluso algunos miembros del ala sanchista del PSOE consideraron que esta medida era contraria a la Constitución, hasta que se convirtió en una condición esencial para que su líder continuara en el cargo en La Moncloa. De entre todos ellos, llama ahora la atención Carmen Calvo, la recién nombrada presidenta del Consejo de Estado y que ahora se verá en una encrucijada a la hora de valorar la amnistía, ya que en su día aborreció de ella.

Hay que recordar que la por aquel entonces vicepresidenta segunda del Gobierno, Carmen Calvo, compartía la opinión de que la amnistía para los separatistas condenados por los eventos del 1-O era contraria a la Constitución. Durante una sesión de control al Gobierno en el Senado el 27 de abril de 2021, expresó su punto de vista argumentando que "la amnistía no es una opción en un Estado constitucional y democrático, ya que implicaría la abolición efectiva de uno de los tres poderes del Estado, que es el Poder Judicial".

Sin embargo, siguiendo la hoja de ruta socialista, a finales de octubre la dirigente socialista ya justificaba la reunión de Santos Cerdán con el expresidente catalán Carles Puigdemont en Bruselas. Encuentro encaminado a sentenciar la investidura de Sánchez.

Tras el pacto con los de Puigdemont, mostró su cambio radical de postura: "Si el PP y su líder no son capaces de leer bien la situación y dar repuesta clara y democrática, es cuando tenemos un problema. Qué parte de las reglas constitucionales de la Democracia no acepta el PP? ¿Los resultados? ¿La formación de gobierno? ¿La tramitación de una ley?". Hacía referencia a la futura ley de amnistía.