Lisboa
El PSOE, a 24 horas de la moción: «Perdiendo estamos ganando»
El PSOE asume la dificultad de que su censura prospere tras la ronda de contactos, pero confía en el apoyo final del PNV. Sánchez se abre a pactar unas elecciones si es elegido bajo la consigna de «o Rajoy o cambio».
El PSOE asume la dificultad de que su censura prospere tras la ronda de contactos, pero confía en el apoyo final del PNV. Sánchez se abre a pactar unas elecciones si es elegido bajo la consigna de «o Rajoy o cambio».
Pedro Sánchez lleva desde el viernes calentando motores tras poner patas arriba la política española y desde el lunes ha puesto la directa de cara a la moción de censura que empezará a debatirse mañana en el Congreso de los Diputados. Ha marcado su línea de actuación ante el Comité Federal del PSOE y ante el Grupo Parlamentario Socialista, al tiempo que ha llamado personalmente a Andoni Ortuzar –PNV–, Pablo Iglesias –Podemos–, Marta Pascal –coordinadora general del PDeCAT, que llegó ayer a Madrid–, y Joan Tardà –ERC–. A todos ellos, Sánchez ha transmitido un mensaje que ha repetido, al menos en tres ocasiones, ante los diputados de su partido: «Censura, estabilidad y elecciones» porque «el sí a la moción de censura no es un sí al PSOE, es un sí a una democracia». Para los socialistas la prioridad es «ganar la moción» para poner fin a un gobierno al que consideran incapaz de asumir sus responsabilidades, mostrándose abiertos a negociar un calendario electoral ya con Pedro Sánchez en La Moncloa. Esto también ha llegado a Joan Baldoví de Compromís de la mano de José Luís Ábalos –encargado de la coordinación de la moción de censura en el Congreso–, al que ha agradecido el apoyo de su formación a la iniciativa, y a José Manuel Villegas, el número dos de Ciudadanos, con el que está manteniendo conversaciones.
La hoja de ruta de los socialistas «es meridianamente clara», en palabras del propio Sánchez: «Consenso en moción de censura; consenso en la necesidad de estabilizar y normalizar la vida política e institucional de nuestro país; y lógicamente, que luego los españoles y españolas, con su voto decidan qué rumbo dar a este país», es decir, consenso en torno a la convocatoria electoral. «La dicotomía es muy clara», afirmaba un dirigente: «O Rajoy, o cambio». Otro apuntaba: «Hemos de recuperar la dignidad de la política, de las reglas de juego y la de la democracia».
En las filas socialistas se están viviendo estos días con «ilusión» porque «el partido se ha puesto en primera línea y ha asumido sus reponsabilidades y ahora toca que el resto de fuerzas políticas asuman las suyas», apuntaba un cercano colaborador del líder socialista. En esta línea, Pedro Sánchez preguntaba a sus diputados: «¿En qué posición queda la democracia española si el próximo sábado Rajoy sigue siendo presidente del Gobierno? ¿En qué posición queda la democracia española cuando se conozcan próximas sentencias vinculadas con la Gürtel o vinculadas con otros casos de corrupción que ahora mismo están siendo juzgados en la Audiencia Nacional?».
Los socialistas saben que está complicado que la moción salga adelante «pero perdiendo, estamos ganando» y aprovechan sus cartas: «El nerviosismo en Moncloa es evidente. Nos acusan de todos los males, pero mienten. Es responsable Pedro de que suba la prima de riesgo en Italia, Grecia o Portugal mucho más que en España, o de que caigan las bosas de Lisboa, Milán o Varsovia, muy por encima de lo que cae el IBEX», se pregunta un diputado socialista. En esta línea, otro diputado señala a la bancada morada: «Pablo Iglesias quiere bajar el perfil de la moción para no quedar desubicado. Sabe que puede salir y busca su protagonismo».
El equipo de Sánchez está trabajando a marchas forzadas la preparación de la moción, «las partidas de ajedrez son largas y debes contemplar todos los escenarios posibles», aseguran, pero su leit motiv se sustenta en que España afronta «una situación de emergencia institucional, provocada por la ausencia de responsabilidades políticas del presidente del Gobierno» y pedirán a la Cámara «una respuesta bien sencilla sobre si se considera o no que Rajoy debe continuar siendo presidente el próximo sábado», como apuntó Pedro Sánchez a sus diputados. Los socialistas insisten que esperaron 24 horas a que Rajoy moviera pieza tras la sentencia del «caso Gürtel» y que «no quedó más remedio que actuar por el silencio ensordecedor». El tiempo se acaba y Sánchez empieza a desvelar algunas cartas. Su equipo está encerrado en la sede socialista de la calle Ferraz ultimando los detalles, tanto del discurso del candidato, que volverá al hemiciclo del Congreso tras su dimisión para no abstenerse en la investidura de Rajoy, como del discurso que asumirá Margarita Robles al inicio del debate.
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