Ministerio de Defensa

El Ejército necesita 60 millones al año para adecentar sus cuarteles

Pocas duchas, agua caliente que falla, militares obligados a limpiar... Las bases rozan «niveles críticos».

Los años de crisis dejaron, en muchos cuarteles, imágenes como esta de los baños de la madrileña base de «El Goloso», precintados porque se caía el techo
Los años de crisis dejaron, en muchos cuarteles, imágenes como esta de los baños de la madrileña base de «El Goloso», precintados porque se caía el techolarazon

Pocas duchas, agua caliente que falla, militares obligados a limpiar... Las bases rozan «niveles críticos».

Es el Ejército con más efectivos de las Fuerzas Armadas. Prácticamente dos de cada tres militares pertenecen a Tierra, que cuenta con 74.268 uniformados. De ellos, un 33% (24.508) vive permanentemente en alguno de los 296 cuarteles o residencias con los que cuenta. Cuarteles como el que visitó la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien tras conocer las condiciones de vida en la madrileña base de «El Goloso», dijo: «Dejan mucho que desear». Si bien no todos los acuartelamientos están en las misma condiciones –la antigüedad de «El Goloso» o la bicentenaria «Zarco del Valle» contrastan con la modernidad de la base «Príncipe»–, la gran mayoría necesita más de una mejora. Y en el Ejército han cuantificado cuánto necesitarían para, al menos, lavarles la cara: 60 millones al año para mantenimiento preventivo y correctivo, 35 más que lo asignado para 2018.

Tal y como explican a LA RAZÓN desde el Estado Mayor del Ejército, con la crisis, «una de las partes más perjudicadas han sido las infraestructuras, su mantenimiento y la inversión». Lo que ha provocado es «una degradación constante de las condiciones de vida», una situación que no sólo impide «mantener un estandar para el personal militar similar al del resto de la Administración», sino que genera una «situación preocupante» que rozaba «niveles críticos». Incluso algún oficial les pone nota: «Un 5». Y avisan: «El Goloso no es de los peores».

Pero Tierra se anticipó y en los últimos años ha elaborado diferentes planes para solucionarlo, aunque se han ido chocando con las restricciones: el de 2017 fue «limitado» por «falta de recursos» y el primero para este año «está aún pendiente de financiación». Sin embargo, ante una posible revisión del ciclo económico, el Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME), general Francisco Javier Varela, se ha marcado como prioridad «impulsar las actuaciones para mejorar las condiciones de vida», algo que «repercutirá positivamente en la moral y motivación del personal». El resultado es un plan para el ciclo 2019-2024, con el que busca «resolver las principales deficiencias». Y no son pocas:

VESTUARIOS

Pocas duchas, taquillas pequeñas, espacio insuficiente, instalaciones antiguas y problemas puntuales de agua caliente o humedades son los problemas más comunes. La queja más habitual es la dispersión de los mismos dentro de la unidad.

ALOJAMIENTOS

En cuanto a la capacidad, salvo en plazas saturadas como Madrid, es suficiente. Y los que albergan a los efectivos de Tropa y Marinería son los mejor valorados. La cosa cambia en las residencias de mando o en los centros docentes. La queja más recurrente es la falta de conexión a internet, que nunca ha existido. Se registran problemas puntuales de climatización y falta de modernización de unos sanitarios que, en muchas ocasiones, están fuera de las habitaciones. Se han detectado «grandes carencias» y es necesario reponer el mobiliario, «de 30 años de antigüedad».

SERVICIO DE LIMPIEZA

«Durante la crisis, el personal de tropa ha seguido realizando tareas de limpieza de forma generalizada. Una situación que no puede continuar más tiempo». Así confirma el Ejército que «el nivel de prestaciones» del servicio externalizado de limpieza «es insuficiente». Es «recurrente la queja» sobre la poca superficie que limpian, «lo que obliga a usar personal militar».

INSTALACIONES DEPORTIVAS

Existen grandes diferencias según el acuartelamiento, pero el «problema general es que son antiguas o simplemente no existen». Necesitan mantenimiento y, sobre todo, la dotación de material.

PUESTOS DE TRABAJO

Antigüedad y escasez del mobiliario adaptado a cada puesto concreto son los principales problemas, además de la mala climatización. Donde más preocupación hay es en los «puestos de trabajo de ocupación permanente, como los cuerpos de guardia, que no están en las mejores condiciones», o los de «ocupación prolongada, como aulas, talleres y almacenes».

De lograr esos fondos, comenzarían a trabajar en los acuartelamientos de mayor entidad, es decir, las bases de las brigadas, que albergan un mayor número de efectivos y, sobre todo, son unidades de la Fuerza. A partir de ahí vendrían otras que albergan también a la Fuerza y los centros docentes.