«Valientes por tierra y por mar». Este es el lema de la Infantería de Marina española, la más antigua del mundo. Una unidad de élite cuyo principal teatro de operaciones es el agua, principalmente en aquellas misiones de proyección del poder naval sobre tierra. De ahí que lo más habitual sea ver a sus efectivos desembarcando en alguna playa o a bordo de los buques de la Armada que patrullan los diferentes mares del mundo, tanto con la OTAN como la UE. Sin embargo, sus capacidades van más allá y no han sido pocas las ocasiones en las que han desplegado en tierra firme, alejados del que es su medio natural. Las más recientes, Afganistán, Irak o Mali, terrenos desérticos y secos donde han demostrado su efectividad. Ahora, han vuelto a dejar atrás el salitre y la cubierta de un buque para desembarcar en el centro de Rumania, en la ciudad de Cincu, a 350 kilómetros de la playa más cercana, donde pisan barro y nieve en una nueva misión para ellos y para las Fuerzas Armadas españolas: el refuerzo del batallón multinacional liderado por Franciaen este país como medida de disuasión frente a Rusia.
Son 205 efectivos, pertenecientes a la Brigada de Infantería de Marina «Tercio de Armada», que llegaron al país a lo largo del pasado mes de noviembre para materializar el compromiso adquirido por España en la Cumbre de la OTAN de Vilna (Lituania) de 2023, donde nuestro país se comprometió a liderar el batallón de Eslovaquia y a reforzar este.
Y para cumplir con esta misión, además del personal, nuestro país también aporta diferentes capacidades y vehículos, los cuales fueron trasladados en barco desde la base naval de Rota (Cádiz) hasta el puerto de Alejandrópolis (Grecia), desde donde continuaron su viaje hasta Cincu en tren.
Subgrupo Táctico Mecanizado
En concreto, España despliega en suelo rumano, bajo las órdenes del capitán José Manuel Carrilho, un Subgrupo Táctico Mecanizado con 40 vehículos, entre los que destacan 14 de Combate de Infantería (VCI) «Mowag Piranha» y 16 de Alta Movilidad Tácticos «URO Vamtac ST5», los cuales están equipados con misiles contra carro «Spike», ametralladoras pesadas o morteros de 81mm. Además, también se ha trasladado una decena de vehículos ligeros y camiones.
Militares españoles, durante unas maniobras en RumaníaEMADEMAD
Y entre las capacidades que aportan los infantes de marina también hay equipos de Controlador de Ataque Terminal Conjunto (JTAC), de desactivación de explosivos (EOD), de tiradores de precisión y de reconocimiento con el dron «Parrot».
Fue el pasado día 2 cuando oficialmente arrancó su misión, con su integración en el batallón multinacional que lidera Francia (bajo el nombre de operación «Aigle») y en el que también hay efectivos de Bélgica, Luxemburgo y Rumanía. En total, unos 1.500 uniformados que ya trabajan codo con codo para garantizar la seguridad en este punto del Flanco Este, en un país fronterizo con Ucrania y Moldavia y a orillas del Mar Negro. Y para ejercer esa disuasión como fuerza terrestre permanente, cuentan para ello con armamento de todo tipo, destacando el sistema de defensa antiaérea francés «Mamba».
Los militares españoles se preparan para un ejercicio bajo la nieveEMADEMAD
Tal y como apuntó en unas declaraciones recientes el coronel francés Jean Michelin, jefe del grupo de combate multinacional, «el contingente español va a reforzar nuestra capacidad de combate, ya que vamos a contar con una unidad de maniobra adicional».
De momento, una vez superada la fase de adaptación, los infantes españoles ya han participado en una serie de ejercicios, como el «Eagle Fury», para poner a punto las capacidades del batallón, o en otros de limpieza de trincheras o en ambiente invernal, pues este contingente, que estará seis meses en Rumanía, tendrá que soportar nevadas y gélidas temperaturas de hasta diez grados bajo cero.
Y como ocurre en los otros siete batallones que la OTAN tiene en el Este (España aporta efectivos al de Letonia y lidera el de Eslovaquia), el de Rumanía también está preparado para escalar a brigada si la situación lo requiere para hacer frente al desafío ruso. Para ello, el mando francés cuenta con un elemento avanzado de un Estado Mayor de brigada para, en un plazo muy corto de tiempo, aumentar las capacidades y el número de efectivos hasta cerca de 3.000.
Cazas y un radar: los otros apoyos españoles
Misión militar RumaníaTania NietoLa Razón
►Los 205 infantes de Marina no están solos en Rumanía. En el país también se encuentran desplegados prácticamente 200 efectivos del Ejército del Aire que contribuyen a garantizar la seguridad aliada en esta tensa zona, donde cada vez es mayor la presencia de la OTAN y de las Fuerzas Armadas españolas.
Los últimos en llegar han sido unos 150 efectivos yseis cazas «Eurofighter» del destacamento «Paznic» que han relevado a los F-18 españoles en el marco de la Policía Aérea de la Alianza. Su misión, desde Constanza, es la de proteger el espacio aéreo aliado ante la constante presencia de aeronaves rusas sin identificar en sus inmediaciones.
Muy cerca, en Schitu, está el destacamento «Tigru», con 39 militares que vigilan las 24 horas los cielos rumanos con un radar de alerta temprana.