Defensa

La Armada adquiere minas y baterías de torpedos para el submarino S-81, antes de su entrega definitiva a finales de este mes

Las minas de combate son armas submarinas que utilizan sensores avanzados para detectar y dañar buques y submarinos intrusos, protegiendo áreas estratégicas

Vista del submarino 'Isaac Peral' S-81, en la Flotilla de Submarinos del Arsenal de Cartagena, a 30 de noviembre de 2023, en Cartagena, Región de Murcia (España). La Armada recibe hoy el submarino S-81 Isaac Peral por parte de Navantia en Cartagena (Murcia). El sumergible, que se construye en las instalaciones de Navantia en Cartagena, iba a ser entregado en el primer semestre de 2023, pero finalmente se retrasó. El programa de submarinos convencionales oceánicos S-80 de última generación sup...
La Armada recibe en Cartagena el submarino S-81 Isaac Peral en presencia de RoblesEdu BotellaEuropa Press

La Armada sigue dando los pasos necesarios para poner en servicio el submarino S-81 Isaac Peral, a un año de que le fuera entregado. Durante todo este tiempo ha ido realizando todas las pruebas necesarias de navegación con la tripulación y, paralelamente, se ha procedido a definir y adquirir su armamento. En este caso, se ha cerrado la compra de minas y baterías de torpedos de ejercicio de cara a las próximas pruebas de armamento.

Por un lado, la Jefatura de Apoyo Logístico (JAL) ha adquirido un lote de minas de fondo multi influencia a la empresa española SAES por 1,3 millones de euros. La licitación, que no especifica las unidades compradas, fija un plazo de dos meses para la entrega. Las nuevas minas, con los últimos avances tecnológicos, están diseñadas por su empleo desde los nuevos tubos lanzatorpedos de los submarinos S-80, algo que no es posible con las anteriores, empleadas en los S-70. Este pedido se enmarca dentro del acuerdo marco suscrito por la Armada y SAES a finales de 2023.

El motivo de la compra es que las actuales minas MCC-23D fueron diseñadas para los submarinos de la clase S-70 y son incompatibles para los tubos lanzatorpedos de la nueva clase S-80. La compañía diseña y produce minas de fondo y orinque, tanto en su versión de combate como de ejercicio. En cuanto a las minas de fondo, ofrece dos tipos de minas, las unidades de perfil bajo, o lo que es lo mismo, minas de forma troncocónica, y minas cilíndricas, diseñadas, aunque no limitadas, para ser lanzadas desde los tubos lanzatorpedos de los submarinos.

Las denominadas minas navales inteligentes Minea de SAES desarrolladas para las distintas profundidades y características en aguas litorales y profundas. Estos sistemas, según la propia empresa, son capaces de medir las distintas influencias del blanco con sus sensores de precisión para su detección. Estos sensores permiten medir las influencias magnéticas, eléctricas, acústicas, de presión y sísmicas (sísmicas sólo en minas de perfil bajo y de fondo). “No obstante, la verdadera inteligencia de la mina reside en el procesado de dichas influencias. Los avanzados algoritmos implementados en la mina son capaces de interrelacionar las distintas firmas de influencia”, explica la empresa.

Las minas de combate de SAES son armas submarinas que utilizan sensores avanzados para detectar y dañar buques y submarinos intrusos, protegiendo áreas estratégicas. Se encuentran ocultas en el fondo del mar y se activan cuando un buque identificado como intruso, pasa sobre ellas. Poseen capacidad de discriminación de blanco.​

SAES es una empresa española y ha participado en numerosos programas como proveedor principal o en colaboración con importantes empresas como Airbus, Navantia e Indra en distintos proyectos, como sonares, integración sonares en el sistema de combate, apoyo técnico, y simulador táctico para el submarino S-80 español; asistencia técnica y equipos para las fragatas F-100 y y las futuras F-110; sistemas ASW para aviones P-3M y C-295 de diferentes países, incluido España; sistemas ASW para corbetas clase Visby y helicópteros A-109/HKP15; minas navales de entrenamiento para diferentes países incluído España.

El mismo órgano ha adjudicado recientemente a AEG Power Solutions Ibérica el suministro de 1.104 elementos para baterías de los torpedos de ejercicio DM2A4 de los submarinos S-80 por 1,2 millones de euros. Estos elementos corresponden a seis baterías de ejercicio. En este caso, la licitación indica que el material llegará a lo largo de la primera mitad de 2025.

Los torpedos de los submarinos S-80 de la Armada requieren una serie de baterías para su correcto funcionamiento. La variante de ejercicio es utilizada para el adiestramiento de las dotaciones y posee capacidad de registro para realizar una evaluación y análisis posteriores al lanzamiento. Está diseñado para que pueda flotar, con el fin de ser recuperable.

La conversión de un torpedo de combate a uno de ejercicio y viceversa es sencilla y rápida, realizándose en el taller de torpedos de la propia Armada. Consiste en sustituir la sección de combate por la de ejercicio y la batería primaria por la batería de ejercicio.

Estas adquisiciones coinciden con la decisión de cancelar el proceso de compra del misil sub-Harpoon para los submarino S-80 y el inicio del estudio para la integración del NSM, como adelantó Infodefensa.com.

Desde que la Armada recibió el S-81, la tripulación ha efectuado más de cien días de navegación para evaluar el comportamiento de los distintos equipos y sistemas a bordo y conocer en profundidad la plataforma. El buque también ha pasado en varias ocasiones por el astillero de Navantia en Cartagena para afinar distintos sistemas y personal de la compañía ha embarcado durante las navegaciones para hacer comprobaciones. La Flotilla de Submarinos ha realizado también algunas pruebas como el lanzamiento de maquetas de torpedos en el Arsenal de Cartagena donde puso a prueba los tubo lanzatorpedos del sumergible.

La entrega definitiva está prevista para finales de este mes de noviembre, como adelantó el diario La Verdad de Murcia. Este mes también estaba prevista la entrega de la bandera de combate, un acto que al final se ha aplazado por las inundaciones de la DANA.

Por delante todavía queda la evaluación y calificación operativa, dos procesos que deben pasar todos los buques de la Armada antes de su entrada en servicio para certificar que cumplen con las capacidades y requisitos exigidos y que la tripulación cuenta con el nivel de adiestramiento. El objetivo final es alcanzar la máxima operatividad. Junto con estos exámenes, el S-81 llevará a cabo en 2025 un crucero de resistencia.

El S-81, el primero de los cuatro submarinos de la serie S-80 que Navantia construye para la Armada, es un submarino convencional oceánico de nueva generación, con diseño y construcción completamente español. Destaca por su propulsión anaeróbica AIP denominado BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology), de tercera generación, que consta de un reformador de bioetanol para producir hidrógeno, que a su vez reacciona con oxígeno en una pila de combustible generando electricidad. Este sistema permite extender su autonomía en inmersión hasta tres semanas, lo que reduce sustancialmente su nivel de detectabilidad.

Es un submarino altamente automatizado que gracias al sistema de control de plataforma de última generación desarrollado por Navantia Sistemas permite ser operado por una tripulación reducida (32 marinos y 8 plazas para el embarque de personal adicional), capaz de alcanzar una velocidad en inmersión superior a los 19 nudos, y una cota máxima de inmersión mayor de 300 m. Tiene aproximadamente 80 m de eslora, 7 m de diámetro y cuenta con un desplazamiento en inmersión de unas 3.000 toneladas.