Batacazo
La CUP se desploma y se queda sin grupo parlamentario
Denuncia una ola de «españolización» en Cataluña como defensa ante su debacle
Fracaso sin paliativos para la CUP, que ayer constató su total pérdida de influencia en Cataluña, después de haber quedado fagocitados por el independentismo a nivel nacional en 2023. Los cuperos dilapidan cinco escaños respecto a 2021 y contribuyen al desplome de la mayoría del independentismo. De hecho, aunque la CUP hubiese mantenido sus nueve diputados, el batacazo de Esquerra imposibilita una exhibición de la fuerza independentista. La CUP cede dos escaños en Barcelona, donde se quedan con tres, y logra su cuarto en Gerona, mientras que se ha quedado fuera de Lérida y Tarragona. Solo logran 127.108 votos y el 4,09% de los votos. Pierden hasta 62.816 votos y la posibilidad de tener grupo propio en el Parlament. Además, se quedan como séptima fuerza política en el Parlament, solo por delante de Alianza Catalana.
Su prioridad –fallida– en campaña era la de seguir manteniendo la llave de una mayoría independentista, y es que la alianza ERC, Junts y la CUP permitió la investidura de Pere Aragonès como president en 2021. Si en esta noche electoral hubiesen logrado ser útiles a Junts y ERC y contribuir a la reedición de la mayoría indepdendentista, habrían podido sostener el pulso al PSC y bloqueado una investidura de Salvador Illa. Y es que, en campaña, la candidata, Laia Estrada, ha ido abonando el terreno hacia un acuerdo con los postconvergentes, condicionando su apoyo a reactivar el procés.
El resultado de los anticapitalistas confirma la decadencia de un partido que llegó a tener su mejor resultado en 2015 con diez diputados y que tras su caída tras la repetición electoral reduciendo su representación a cuatro escaños, lograron su recuperación en 2021 remontando a los nueve diputados. Sus cinco confirman el fracaso total del proyecto que se encontraba inmerso en un proceso de refundación tras las derrotas en las urnas. Se quedan muy cerca de su peor resultado, que fue en 2012, cuando obtuvieron el 3,4 por ciento de los votos.
La propia candidata reconocía al final de la noche su estrepitoso resultado. «No son buenos en ningún caso», asumía en la sede del partido, donde relacionaban los resultados a la «españolización» en Cataluña. Se defendían ante una «oleada reaccionaria que está atravesando el país». "Los resultados que hemos obtenido no son buenos. Hemos perdido votos y apoyo, somos plenamente conscientes. A partir de mañana, los cuatro diputados nos ponemos a disposición del país para revertir esta situación", ha reconocido Estrada. Sobre la irrupción de Aliança Catalana en el Parlament, consideró que es "evidente la ola reaccionaria" que está atravesando Cataluña. "Todas las formaciones de izquierdas e independentistas tenemos que abordar este panorama", dijo.