Elecciones catalanas
Cataluña, siete candidatos, cero presidentes
Marta Madrenas, alcaldesa de Gerona, es la última propuesta de Puigdemont para relevarle
El abecedario amenaza con resultar insuficiente para albergar la multiplicidad de candidaturas que surgen en el seno soberanista para alumbrar un «Govern efectivo».
El abecedario amenaza con resultar insuficiente para albergar la multiplicidad de candidaturas que surgen en el seno soberanista para alumbrar un «Govern efectivo». Al «plan A» de Carles Puigdemont, que ha intentado ser investido hasta dos veces desde el «exilio»; se suman el «B» de un Jordi Sánchez al que el juez Llarena no permitió acudir a la investidura y el «C» de un fracasado Jordi Turull que entró en prisión al día siguiente de que la CUP boicoteara su votación de investidura. Sigue el plan «D» en forma de Josep Rull que nunca llegó a materializarse, tal como el «E» de Elsa Artadi y los «F» de varios alcaldes. A todos ellos se suma ahora la opción «G», de Gerona. La cuna del independentismo se ha convertido en fábrica de presidenciables y Carles Puigdemont mira ya a su alcaldesa, Marta Madrenas, para que después de sucederle en el Gobierno de la ciudad haga lo propio en el de la Generalitat de Cataluña.
El movimiento surge como respuesta al globo sonda lanzado por ERC de nombre Ernest Maragall como candidato de consenso para superar el bloqueo político. El hermano de Pasqual Maragall tiene 75 años y un perfil capaz de aglutinar el apoyo de los «Comunes» y de algunos sectores de JxCat, aunque otros lo rechacen porque quieren que el nuevo president milite en las filas convergentes. Por ello, fuentes del entorno de Puigdemont comenzaron ayer a deslizar el nombre de Marta Madrenas en diversas conversaciones para sondear el respaldo que podría llegar a obtener.
Después de asumir que Jordi Sánchez no era un candidato viable, el ex president comenzó a perfilar una posible alternativa. El descarte de Elsa Artadi se produjo por falta de confianza, ya que la delfín convergente se significó demasiado y comenzó a realizar movimientos que molestaron a Puigdemont. Tras este fracaso el ex president viró hacia el ámbito municipal y junto a su círculo más cercano tomó la decisión de que quien le sucediera debía ser un alcalde. Tampoco entonces, Madrenas fue su primera opción. Se pensó en el regidor de Mollerussa (Lérida), Marc Solsana, que contaba con el aval del partido, pero no así de los «hooligans» de Puigdemont que no veían con buenos ojos su pertenencia a la Ejecutiva del PDeCAT. Albert Batet, alcalde de Valls (Tarragona) fue el siguiente tapado en la terna para recoger el testigo del ex president huido, pero tampoco generó el suficiente consenso como para que su nombre superara la mera quiniela. Es ahora cuando empieza a sonar Madrenas. La alcaldesa de Gerona tiene un perfil beligerante y de enfrentamiento con el Estado que sigue la estela marcada por Puigdemont.
Madreras es una independentista acérrima, por lo que de su postulación se deduce que lo que busca el ex president es dar continuidad a su pulso con el Ejecutivo central. Por sus actos los conocereis. La regidora cambió de nombre la plaza de la Constitución de Gerona por plaza del 1 de octubre de 2017, se opuso a que el Ejército participase en el Salón de la Juventud, Expojove, y en recientes fechas llamó al levantamiento e incitó actos vandálicos frente a la subdelegación del Gobierno provincial. Una algarada que motivo que el delegado del Gobierno, Enric Millo, pusiera los hechos en conocimiento de la Fiscalía para que abriera una investigación si lo consideraba oportuno.
Este continuo baile de nombres comienza a hacer mella ya en el ánimo de las filas de JxCat en las que cunde la desazón y se abandonan a la desesperanza. «Esto es como el túnel del terror, pero sin salida», comenta hastiado a LA RAZÓN el entorno de Puigdemont. Por su parte, desde ERC se mantienen a la espera, «hasta que terminen de ponerse de acuerdo todas las facciones postconvergentes», para tomar una decisión que contribuya a superar el bloqueo político en el que han sumido a Cataluña desde hace más de cinco meses, cuando el Gobierno puso en marcha el artículo 155.
Los intentos infructuosos de JxCat y ERC por postular un candidato de consenso han situado a Cataluña en un bloqueo político que dura ya más de cinco meses, desde que Moncloa aplicase el artículo 155 y se disolviera elParlament y convocara las elecciones del 21-D. Desde entonces se suceden las propuestas sin éxito.
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