Cataluña
Cataluña inicia la campaña bajo el síndrome de la consulta
Todos los caminos de la política en Cataluña confluyen en el mismo punto: la consulta soberanista. Cada semana se realizan análisis en las reuniones del Gobierno catalán, cada pleno del Parlament incluye debates en torno a la votación de autodeterminación y, por supuesto, las próximas elecciones se interpretarán en clave soberanista. Concluido el escrutinio de los comicios europeos del próximo 25 de mayo, la lectura de los partidos políticos en Cataluña se realizará en términos de independencia. Algún dirigente nacionalista aparecerá en público y dirá que ha vencido el «derecho a decidir» y algún otro proclamará que «el ensayo general de consulta» pretendido por el Govern de CiU ha fracasado.
La campaña de las europeas se inició la pasada medianoche con la consulta soberanista –virtual e incierta– omnipresente. CiU buscó desde el primer momento reforzar su proyecto de consulta. Artur Mas, en el mitin inaugural, pidió llenar las urnas porque «todos saben que una parte de la partida de lo que pretende el pueblo catalán pasa por Europa y por el mundo», mientras que Josep Antoni Duran Lleida pidió el voto para CiU –y no para ERC– porque los adversarios del derecho a decidir sólo desean ganar a CiU.
Pero la interpretación será bien distinta en caso de que las encuestas oficiales no se equivoquen y ERC sea la vencedora de las europeas. Llegado ese extremo, los adversarios de CiU proclamarán que la apuesta de Artur Mas únicamente ha servido para hacer el trabajo sucio a Esquerra y para confirmar que los catalanes han optado por lo original antes que por la copia.
En este contexto, la postura del PP es inequívoca. Los populares se presentan en Cataluña como el único freno posible al soberanismo, pero intentarán que en su campaña también aparezcan los primeros –y tímidos– signos de recuperación económica. El PSC, por su parte, proseguirá su particular via crucis. Nada hace sospechar que los socialistas catalanes puedan levantar cabeza ya que las divisiones internas continúan desangrando al partido de Pere Navarro.
Todo ello hay que analizarlo junto a la participación. En las últimas europeas no alcanzó el 40% en Cataluña. Ahora el objetivo es superar, al menos, la media de toda España.