Los alcaldes de la DANA
Alcaldesa de Catarroja: «Estamos aún en situación de auxilio»
►Lorena Silvent asegura que «se tenía que haber declarado la emergencia y haber parado España»
Natural de Catarroja, Lorena Silvent es la alcaldesa de uno de los municipios más afectados por la catástrofe de la DANA. La ha sufrido como alcaldesa, y también como vecina. Entró en política por «vocación», la de querer ayudar a la gente, pero nunca pensó que algo tan devastador podría suceder. «En estos momentos es donde toma sentido esa entrega» y asegura que todo lo que está ocurriendo ahora, con la reconstrucción, prefiere tomarlo como un «gran reto».
«Nadie podía sospechar que ocurriría algo de esa magnitud», aunque recuerda que muchas veces se comentaba, cuando se hacían obras, que el barranco del Poyo «tenía un retorno de 500 años». «La capacidad que tiene de almacenaje es muy grande para que haya un desbordamiento. El problema es que aquí ha habido otros fenómenos naturales que han coincidido de manera que, todo lo que se podría pensar, se multiplicó por cien». Silvent destaca que, «con esa magnitud, ni los equipos de emergencia, ni el personal técnico, ni nadie» lo podía prever. «Nuestro barranco tiene la característica de que está en alto, normalmente esos barrancos suelen estar en bajo. Nunca se había pensado en algo de tanta magnitud», insiste.
La tragedia de la DANA cogió a la alcaldesa en el Consistorio. «Estaba en el Ayuntamiento de Catarroja, había tenido reunión con vecinos y, de repente, llamó la policía local, que estaba vigilando ese barranco al paso por Catarroja y dijeron que había detectado, por la parte del polígono industrial, que se estaba desbordando», recuerda. En ese momento, comenzaron a avisar a la gente de la zona y a desviar el tránsito y, unos minutos después, el barranco ya se había desbordado por toda la localidad: «El agua ya estaba por la parte más alta». El Ayuntamiento de Catarroja se convirtió en el refugio de casi 200 personas, durante toda la noche. Al día siguiente, sin comunicaciones, esperaron a que llegaran los equipos de emergencia. «Creamos una red de voluntarios y nos fuimos a localizar a los agricultores –para que les ayudaran con los tractores– y, a través de unos voluntarios de la UME, que son vecinos del municipio y estaban en periodo de descanso, creamos una vía de acceso, apartamos contenedores...» Los primeros en llegar fueron unos voluntarios de policía local de Xabia. «Les pedí cubas de agua. Sabíamos que la magnitud del problema era grande y no nos confirmaban cuándo iba a llegar el agua». «Sentí pánico», confiesa. «Lo peor llegó con el silencio de las seis de la mañana, al ver el municipio completamente devastado con todo lo que eso suponía».
La alcaldesa asegura que Catarroja todavía está «en fase de emergencia» porque «estamos aún en una situación de auxilio. Todo lo que tiene que suceder en un primer mundo aquí no está sucediendo». Y es que siguen conviviendo con el lodo, con un alcantarillado que no permite limpiar, con polvo en suspensión... «El nivel de salubridad no está en los mejores momentos y la zona afectada es muy grande».
«Me ha indignado que no se reconociera la magnitud de lo que ha sucedido y que no se actuara como se espera que se debe actuar en un país en el que vivimos con tantos recursos». Sus vidas se pararon, y Silvent dice que «la emergencia se tenía que haber declarado y haber parado España. Se tenía que haber declarado el nivel máximo y puesto todo el foco aquí».
Un mes después de la tragedia, aún no saben en Catarroja si la limpieza de los garajes se hará en un mes o en dos. Son 172 los garajes llenos de lodo, pero en el municipio solo hay un equipo trabajando, aunque «la diputación está encima de las empresas, pero no han comenzado los trabajos. Hay dos equipos de la UME, a los que les habían prohibido entrar que, de momento, les han permitido hacerlo hasta la planta -1». Tampoco saben cuándo abrirán los colegios porque las tareas «se están haciendo de manera tan aislada, que no hay nadie que tenga un servicio global y se ocupe de todo lo que necesita un colegio o una residencia». «Me causa una mala sensación esa falta de coordinación en un sitio donde no hay recursos». Por ello, piden que las ayudas «se coordinen bien para poder llegar a todo el mundo y a todas las necesidades».
El consistorio ha tramitado un total de 120 solicitudes de ayudas de la Generalitat, además de las que lo estén solicitando telemáticamente y éstas ya «se están cobrando». Por otro lado, las del Estado, que también son ayudas para las empresas y Pymes, se han tramitado unas 700 y están pendientes 500 porque están pidiendo refuerzo de personal para agilizarlo y «se están empezando a pagar».
Silvent pone en valor la ayuda de los voluntarios y recuerda que «los alcaldes estaban y están donde tenían que estar: «Al lado de los vecinos y ahí continuamos estando».
✕
Accede a tu cuenta para comentar