Debacle
Cs desaparece y se precipita al ocaso
Juan Marín asume su derrota y presenta su dimisión: «En política hay que llegar e irse con dignidad»
El «efecto Titánic» que, desde la moción de censura fallida de Murcia lleva arrastrando a Ciudadanos al hundimiento, con réplicas en Madrid y Castilla y León también se llevó por delante al partido que lidera Inés Arrimadas en Andalucía perdiendo los 21 escaños de 2018.
El partido naranja dio un paso más al «ocaso» y, el haber gobernado en coalición con Juanma Moreno, como vicepresidente, no fue vinculante, y no consiguió arrastrar los apoyos necesarios para seguir en el parlamento andaluz. Los dirigentes de Ciudadanos mantenían la moral alta y decían que tenían «buenas sensaciones» antes de conocer el resultado.
El debate electoral había dado posibilidades al candidato naranja que buscaba que los andaluces supieran que el cambio social, político y económico de Andalucía, lo había hecho Cs. Por ello, insistieron en que «autónomos, economía, regeneración, innovación, educación, políticas sociales, dependencia, turismo, justicia», dependieron de ellos. También se quedaron fuera sus consejeros, leales al partido, a pesar de que Juanma Moreno les tentó con incorporarles a su candidatura siempre que no se presentara la marca, pero declinaron el ofrecimiento. Espero que «valoren el trabajo que se ha hecho», fue la petición de Marín al ir a votar.
En la formación naranja confiaban en el último «salvavidas», el impulso necesario que le pronosticaban algunas encuestas augurando que era posible alcanzar la reedición del pacto y así, que Juanma Moreno no viera la necesidad de cambiar de socio, si se hubiera dado ese escenario. Ello les hizo confiar en una suerte de «resurrección» que les habría dado, al menos, el oxígeno territorial para seguir en pie. Juan Marín tampoco logró salvar su escaño y los andaluces dictaron sentencia dando la espalda a Cs.
Ser útiles y reeditar el «pacto de estabilidad» era el objetivo marcado por los de Arrimadas para cortocircuitar una «dependencia» de Vox en el Gobierno andaluz. Pero ese temor no caló en los electores andaluces.
Ni la cercanía de Juan Marín, ni el tratar de evitar «un gobierno de líos», ni el afán de Arrimadas por marcar que Cs es un partido «moderno» que, apuesta por «las reformas, valiente y que lucha por el futuro de los españoles» logró movilizar a sus votantes que se decantaron por otras opciones.
La caída de Ciudadanos hace peligrar, a nivel nacional, las siglas de un partido que se resiste al hundimiento final y que, liderado por Inés Arrimadas, mantienen la esperanza en «su denominación de origen», el de que es un partido liberal, y que hasta ahora no habían sabido transmitirlo y aún tienen una reválida más en las elecciones generales. Para ello se miran en el espejo de los partidos liberales europeos que consiguieron salir a flote tras una legislatura borrados del mapa político e insisten que todavía tienen opciones de ser útiles. «Los liberales somos luchadores y todo el mundo sabe que en España el proyecto liberal ha venido para quedarse y lo vamos a consolidar».
La líder de Ciudadanos no viajó hasta Andalucía para acompañar a su candidato en la noche electoral que siguió desde Madrid. Sin embargo, miembros de la Ejecutiva Nacional del partido como Edmundo Bal, Borja González, Daniel Pérez Calvo, Marina Bravo y Miguel Gutiérrez sí acudieron a esta comunidad para arroparle.
Marín, quien ha sido durante cuatro años uno de los políticos mejor valorados de Andalucía, siempre dijo que tras la política tenía a dónde ir. Fue relojero, tras heredar el negocio familiar cuando falleció su padre. Antes de campaña ya había asegurado que, si se producían unos malos resultados se habría acabado su tiempo en política, como así fue. Y es que, para él «a la política hay que venir llorado de casa».
El candidato de los andaluces valoró el resultado para Ciudadanos y comunicó que «presenta su dimisión. Dejo los cargos a disposición del partido porque estoy seguro que hay hombres y mujeres que, a partir de ahora, lo podrán hacer mucho mejor que yo». Continuará como vicepresidente en funciones hasta el relevo y se pone a disposición del partido como «un afiliado más de base». En política hay «que llegar e irse con dignidad». Juan Marín agradeció los apoyos obtenidos y celebró que «Vox se queda fuera del gobierno de Andalucía» felicitando así a Juanma Moreno por sus buenos resultados.