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Casado, a los barones: «Seré como la reina madre»

Las cuatro horas del pulso del PP. Feijóo denunció la ruptura del partido con los votantes y con la sociedad y el coste de hacer política «con galones»

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, en la sede del PP en Génova
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, en la sede del PP en GénovaAlberto OrtegaEuropa Press

Más de cuatro horas de reunión. Con un Pablo Casado abatido en lo personal. Roto, coinciden en describir los barones que el miércoles por la noche estuvieron con él reunidos hasta entrada la madrugada. Más de cuatro horas de debate, en donde el mayor punto de tensión no estuvo en la supuesta resistencia de Casado a dimitir, que no fue así, sino en el pesado clima de desconfianza. Con dos miedos: a que el ex secretario general Teodoro García Egea planeara todavía algún movimiento para interferir en el congreso extraordinario y a que hubiera filtraciones de la conversación. Todos se vigilaban entre sí, como en una película de Hércules Poirot.

De hecho, el momento más tenso tuvo lugar cuando empezó a hablar Casado y, justo entonces, saltó un tuit anunciándolo. Después de que habían hecho casi un proceso de incautación de móviles, y con todos mirándose por el rabillo del ojo para ver quién podía atreverse a wasapear, ese tuit les levantó en tromba, con Feijóo a la cabeza. Tal fue la tensión que hubo incluso acusaciones de posibles grabaciones, y hasta cambio de sala, bajo una sospecha constante dentro del grupo territorial y que apuntaba a García Egea. Casado lo negó, tuvo que negarlo también su directora de Comunicación, María Pelayo, y la reunión volvió a retomarse. En mitad del debate, Feijóo, molesto, también advirtió de que iba a desmentir una de las versiones que circulaba respecto a queél quería evitar un congreso: esta posibilidad nunca estuvo tampoco encima de la mesa. El líder gallego ya optó a su congreso regional con primarias, y aunque todavía no ha confirmado su candidatura, en respeto a los procedimientos internos, su elección quiere que sea conforme a los Estatutos y en un congreso, en el que se pronuncien los militantes. Al «negrito» al que apuntan como presunto filtrador es el líder de Castilla-La Mancha, Paco Núñez.

A este cónclave todos los barones llegaron con dos acuerdos firmados, por unanimidad. Que el congreso tenía que ser rápido y apoyo a una única candidatura de Feijóo. Durante la ronda de intervenciones, el punto de inflexión fue el turno del presidente de Murcia, Fernando López Miras, porque él tampoco dejó lugar a dudas sobre su posicionamiento. Las bases no hubieran permitido a sus dirigentes regionales desmarcarse del movimiento contra la dirección de Casado, y así lo explicó López Miras. «Te he apoyado desde el primer momento. Pero me debo al partido en Murcia». Esta crisis, que ha sonado a levantamiento de los coroneles tiene más de revuelta a la francesa, de las bases, y viene cuajándose desde hace mucho tiempo por la manera de gestionar la organización por parte del mando.

En ese sentido, Feijóo, que fue el último en tomar la palabra, planteó ante sus compañeros que el problema va mucho más allá de la crisis de estas semanas, del presunto espionaje y de la ejemplaridad de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Temas que sobrevolaron, pero en los que nadie entró directamente. La crisis, dijo el líder gallego, afecta a la ruptura del partido con los votantes, con la sociedad y hasta con los afiliados. Y de manera indirecta se dirigió a Casado para advertir de que éstas son cuestiones que nunca se deben dejar en manos de nadie.

La tensión y la presión sobre Casado para que quedara clara la hoja de ruta de su despedida estaba motivada, sobre todo, por la desconfianza con la que los presidentes autonómicos llegaron a Génova después de la entrevista de García Egea con Ana Pastor, en La Sexta, y en la que apuntó a que veía posibilidades de que hubiera otra candidatura, un 7,5 sobre 10, y que era el momento de que hablase la militancia. Los barones sabían que García Egea había estado manteniendo contactos, almuerzos y cenas con gente del partido, y todavía no han apagado del todo sus sospechas sobre la posibilidad de que el exnúmero dos intente algún «movimiento» de cara al congreso. Casado no pidió seguir en el cargo. Sólo reclamó que se le permitiese dejar la Presidencia de la misma manera que lo habían hecho sus antecesores. Llegó en un congreso y quiere irse en un congreso, y les dio su palabra de honor de que actuará como «una reina madre», como lo hizo Rajoy cuando convocó el congreso de la sucesión. «No haré ni diré nada». En una intervención desconexa, en la que por varias veces pareció romperse, se defendió: «No he hecho nada ni me merezco esto. Ni mi familia. No sé si habré sumado o restado. Podré haber hecho algo mal, pero no he hecho nada malo».

Los asistentes tuvieron la sensación de que el todavía presidente nacional «estaba fuera de la realidad», y, en cierta forma, la gestión de estos últimos días, después de las advertencias que ha venido recibiendo, apunta en esa misma dirección. El partido queda en manos de un hombre de confianza de Feijóo, Esteban González Pons, que será el presidente del comité organizador, en el que habrá un representante de todas las comunidades autónomas. Como coordinadora general, Cuca Gamarra, portavoz en el Congreso de los Diputados con Casado, si bien las decisiones importantes, prácticamente ya todas, se adoptarán en el comité del congreso a celebrar y bajo la decisión de González Pons. Es un veterano del partido, diputado, senador, portavoz en el Parlamento Europeo, y marginado en la nueva etapa que arrancó cuando Casado llegó a la dirección nacional.

Las precandidaturas a la Presidencia se deben presentar entre los siete y quince días siguientes a la convocatoria del congreso «conforme a lo que se señale en el acuerdo de convocatoria». A falta de conocer la letra pequeña y de si mantiene estos plazos, Núñez Feijóo tendría que dar un paso al frente entre el 8 y el 16 de marzo.