Congreso
El «escaño 35» genera tensión entre Podemos y Alberto Rodríguez
El partido admite que quiere sustituirlo, mientras que el ex diputado canario denuncia «presiones» de la dirección morada
Tres meses y 22 días. Es el tiempo que lleva vacío el “escaño 35″ de Podemos. Desde el pasado 22 de octubre, que fue cuando Alberto Rodríguez se vio obligado a abandonar su escaño después de que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, le retirara su condición de diputado en aplicación a la sentencia del Tribunal Supremo, que le había condenado a 45 días de prisión (sustituidos por el pago de una multa económica que cubrió y a una pena de inhabilitación por dar una patada a un agente en una protesta en Tenerife contra la política educativa del PP en 2014. Tras este tiempo, Podemos desea ya contar con un sustituto, a pesar de que respeta los tiempos de Podemos Canarias y su entorno por el “golpe” que –dicen-supuso la salida del ex diputado canario, mientras que el propio Rodríguez denuncia presiones de los morados para cubrir su escaño.
Lo normal es que, tras este proceso de interinidad en el Congreso de los Diputados y que afecta al espacio confederal, el escaño ya debería haberse cubierto. Según la Ley Electoral (LOREG), en su artículo 164 se precisa que, en casos similares, el escaño será atribuido al candidato o al suplente de la misma lista, a quien corresponda, atendiendo a su orden de colocación. Sin embargo, hasta ahora, las dos candidatas a diputadas en la lista de Podemos Canarias han renunciado a ejercer su derecho de representación a los ciudadanos canarios que votaron el 10-N por Unidas Podemos. La tercera en la lista, Patricia Mesa, según ha podido saber este diario, no contesta ni a las llamadas del partido ni tampoco a la Junta Electoral Central. Por tanto, el proceso de sustitución se encuentra parado y sin visos a reactivarse en el corto plazo ya que no existe jurisprudencia al respecto y el citado órgano tan solo puede trasladar a la mesa del Congreso la decisión de la candidata a diputada –es decir sí accede al escaño o lo rechaza-. A todas luces, Patricia Mesa, afín a Alberto Rodríguez, trata de ganar tiempo y esperar a la resolución del recurso de amparo que presentó su defensa ante el Tribunal Constitucional. Una estrategia que incluso reconocen en su equipo cercano. No les importa esperar –blindando el escaño- hasta que se resuelvan los recursos con el objetivo de que el propio Rodríguez pueda volver a su escaño. Incluso la dirección de Podemos Canarias también se ha pronunciado en ese sentido, incluso si los recursos de amparo al Constitucional se dilatasen en el tiempo durante toda la legislatura.
El respeto de Unidas Podemos con Alberto Rodríguez sigue siendo total. De hecho, la propia líder de Podemos, Ione Belarra, acusó a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, de “prevaricar” al ejecutar la sentencia del Supremo. Sin embargo, tanto el propio Alberto Rodríguez como su equipo más cercano acusan a los morados de “presionar” para que el escaño sea repuesto. El ex diputado canario cargó hace unos días contra la dirección morada al denunciar que había “estructuras” que le están “culpando” y “atacando” de que su escaño siga vacío.
Podemos es consciente de que necesita cubrir ya esta eventualidad que les hace contar con tan solo 34 escaños. De hecho, varios dirigentes ya se han pronunciado así en público. El último fue el portavoz morado en el Congreso de los Diputados, Pablo Echenique, que explicó que desde el grupo confederal están haciendo todo lo que pueden por ocupar su puesto, sin embargo, respetan la decisión de Podemos Canarias. De hecho, en el partido enfatizan que “si en estos momentos falta un diputado no es culpa de Unidas Podemos, que ha hecho todo lo posible. Es responsabilidad de la presidenta del Congreso y del Tribunal Supremo que arrebataron el acta a un diputado electo después de una sentencia injusta y sin pruebas”.
La necesidad de cubrir el escaño se pudo ver en la votación de la reforma laboral, donde de no ser por el “error” del diputado del PP, la iniciativa habría quedado derogada. En este caso, el “escaño 35″, les habría salvado del rechazo del Congreso si el PP no se hubiese equivocado. El partido, sin embargo, resta importancia a este hecho y recuerda que la votación de los Presupuestos Generales salió adelante contando con 34 escaños, y achaca la ajustada votación de la reforma laboral al hecho de que se prefiriera contar con el aval de la patronal y sindicatos a avenirse a las exigencias del bloque de la investidura.
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