Perfil del votante
Objetivo del PP: convencer de que es el voto útil de la derecha
En dos años consiguen posicionarse como la principal alternativa al gobierno de Sánchez, algo que no estaba tan claro en 2019
El fin del bipartidismo supuso la eclosión de formaciones políticas que surgieron al calor de la crisis económica, los cambios tecnológicos, el conflicto catalán o el imparable proceso de globalización. En este contexto, surgieron en la derecha española dos formaciones –Ciudadanos y Vox– que protagonizan una batalla con el Partido Popular por el voto conservador. Sin embargo, esta fragmentación del voto dificulta las aspiraciones del PP –el partido con mayor apoyo– de llegar a la Moncloa. Con el declive del cambio de sistema, los sondeos prevén una vuelta al bipartidismo. Prueba de ello es el reciente resultado de las elecciones en la Comunidad de Madrid que certificaron la decadencia de Ciudadanos y la consolidación del PP. Aunque los expertos consultados por LA RAZÓN insisten en que este esquema no es extrapolable a otras comunidades autónomas, los populares celebraron esta semana su Convención itinerante para dar el pistoletazo al curso político y posicionarse como la principal alternativa al gobierno de Pedro Sánchez, algo que no estaba tan claro cuando Pablo Casado asumió el liderazgo.
El objetivo de los de Casado es unificar al votante de derecha en torno a las siglas del PP. Eduardo González Vega, profesor y consultor del CIGMAP de la Universidad Camilo José Cela, explica a LA RAZÓN que los populares buscan «un punto de inflexión comunicativo», es decir, tras el protagonismo que supuso el arrollador triunfo de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid llegó el verano y «esa ola en la que venía montada la popularidad del PP de Casado se ha bajado». De ahí que con esta Convención busquen «empezar de manera formal el nuevo curso político, lanzando un mensaje de que está aquí el PP». En opinión del experto la idea que quieren trasmitir es que «aquí está unido el centro derecha».
En este sentido, González Vega señala que Pablo Casado «ha conseguido algo importante que es posicionarse como la principal alternativa a Pedro Sánchez». Recuerda que cuando se presentó a las elecciones por primera vez en 2019 no estaba tan claro porque por un lado se presentaba un Albert Rivera en horas altas y, por otro, Vox se encontraba en fase ascendente. «Dentro de que todavía necesita consolidar esa alternativa, creo que su principal virtud es haberse convertido en la única alternativa a Pedro Sánchez», subraya.
En su opinión, Pablo Casado «intentará buscar la utilidad del voto porque necesita, según el sistema español, aglutinar el mayor número de votos para que la división del centro derecha no le perjudique, por lo que se presentará como la utilidad del voto para que los desencantados del PP vuelvan y los que se fueron a Vox mediten sobre la utilidad de su voto para echar a Pedro Sánchez de la Moncloa.
Para conseguir esta gesta necesita encandilar al votante de derecha cuyo perfil ha analizado LA RAZÓN con los datos del CIS. El perfil del votante popular ha cambiado en los últimos 25 años. Basta comparar los barómetros del CIS de 1996 y los de 2021. Una de las evoluciones más significativas es el componente laboral, el 47, 1% de los votantes del actual PP son trabajadores, frente al 38,7% en 1996. Pero proporcionalmente más ha crecido el peso de los pensionistas, que en este cuarto de siglo han subido del 20,4% al 36,6%. Trabajadores y pensionistas suponen hoy el 83,7% del voto popular, cuando en 1996 eran el 59, 1%. También se ha modificado la edad del votante, en 1996 estaba prácticamente dividida en tres bloques muy igualados de votantes: 18/34 (32, 9%), 35/54 (31, 7%) y desde 55 años (35, 4%). Pero en la actualidad el peso de los menores de 35 años se ha reducido drásticamente, hoy solo son un tercio de los que fueron en 1996, se ha reducido del 32, 9% al 10, 5%. En la actualidad el 52, 4% del votante del PP tiene 55 y más años.
En opinión de Manuel Mostaza, sociólogo experto en análisis demoscópicos, y director de Asuntos Públicos de Atrevia, el perfil se va modificando porque «la sociedad va cambiando» De ahí que la radiografía del votante del PP, al igual que la del PSOE, «se parece a la sociedad española». Es un votante maduro, le votan más personas de entre 40 y 50 años más que los jóvenes, situación que también está relacionada con el envejecimiento de la sociedad. En cuanto a su ideología, se ubica entre el centro y la derecha moderada. «Parece que la fuga de votantes a Ciudadanos, después de los resultados en la Comunidad de Madrid y lo que dicen las encuestas, se ha contenido. Ahora, el agujero lo tiene por la derecha. Tanto el perfil más conservador como el más joven, es ahí donde Vox le está disputando con éxito un territorio de votos, excepto en Madrid, aunque es un escenario poco extrapolable», explica el experto.
Tradicionalmente los principales puntos sobre los que se ha fijado el votante de derecha en los programas electorales son la estabilidad económica, la seguridad y estabilidad territorial. A ellos, se han ido sumando ideas más centradas en aspectos de liberalismo como es la elección de centros educativo o sanidad. Así según, los datos del CIS post electoral de noviembre de 2019, un 36,3% de los votantes del PP situaron al paro como el principal problema, le sigue, para el 27,7% de los encuestrados, los políticos y los partidos. Cierra el podio los problemas económicos que preocupan al 7,8% y la independencia de Cataluña, que lo señalan el 5,3%. No en vano, la cuestión catalana ha sido el gran terremoto de la política española, sobre todo de la derecha. El votante exigió mano dura en la gestión de esta crisis que amenazaba la unidad territorial y encontró tanto en el partido de Santiago Abascal como en las filas de Rivera las propuestas firmes que buscaba.
Por otro lado, en una escala del 1 al diez –donde el uno son las ideas más a la izquierda y el 10 más a la derecha– se sitúan entre un 7 y 8. A la pregunta de cómo se definen, el electorado del Partido Popular se describe como conservador, liberal y democristiano.
Sobre la situación actual del partido, Manuel Mostaza explica que «en general, le pasa también al PSOE, los partidos cuando están en un momento en alza o ganador como podía ser el PP en 2011 o el PSOE en 2019 tienen una marea favorable y ahí la marca suma. A mayores, siempre un candidato que sume es mejor que otro intercambiable o irrelevante». En este punto, sobre el liderazgo de Pablo Casado señala que hacer oposición «no es fácil» porque «no cuentas con el BOE ni la proyección mediática de los ministerios». En el caso del PSOE 22, uno de los gabinetes más grandes de Europa. En su opinión, celebra que Casado apueste por hacerse un hueco en la agenda mediática gracias a la convención y además que territorialice el partido, en el sentido de no mirar solo hacia Madrid sino también al resto de comunidades.
Nunca el centro derecha ha tenido tantos votantes ni tanto porcentaje de voto, pero no alcanza la mayoría absoluta por la Ley d´Hondt. Unificar el centro derecha bajo un líder y unas siglas ya lo lograron Fraga y Aznar. En 1989 el Presidente Nacional de PP confió a Aznar la candidatura a la presidencia del Gobierno, que alcanzó en 1996 tras unificar a todo el centro derecha entorno a su persona. El PP necesita conseguirlo de nuevo y para eso tiene que atrar el voto de Vox y Cs al Partido Popular.
Dicen que las elecciones no las gana la oposición sino que las pierde el Gobierno. Los próximos meses serán cruciales para el proyecto de Casado que tiene la difícil misión de aglutinar a todo el centro derecha bajo una sola sigla. A día de hoy se antoja complicado pero no imposible. El PP es, sin duda, la fuerza emergente como partido nacional. Es el que más voto recupera con respecto a las últimas generales, con casi dos millones de papeletas, y crece, principalmente, gracias al hundimiento de los naranjas, que se dejan un millón de votos. Pero la estabilidad de Vox apunta por dónde puede avanzar la pugna entre Pablo Casado y Abascal.
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