Viaje a Ribadeo
Tres años de cárcel para “el Pequeño Nicolás” por simular ser enlace entre el Gobierno y la Casa Real
La Audiencia de Madrid aplica a Gómez Nicolás, para quien la Fiscalía pedía una pena de siete años de prisión, las atenuantes de anomalía psíquica y dilaciones indebidas
Segunda condena de prisión para “el Pequeño Nicolás”. Después de que la Audiencia de Madrid le impusiera el pasado junio una pena de 21 meses de prisión por falsificar su DNI para que un amigo le suplantase en el examen de selectividad de 2012, este mismo tribunal ha condenado ahora a Francisco Nicolás Gómez Iglesiasa tres años de cárcel por hacerse pasar por enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real ante un empresario durante un viaje a Ribadeo (Lugo) en agosto de 2014.
La Sección 17 de la Audiencia Provincial le impone una pena de nueve meses de prisión por usurpación de funciones públicas y otros dos años y tres meses por cohecho activo, con las atenuantes de anomalía psíquica y dilaciones indebidas, informan fuentes jurídicas. La Fiscalía pedía para él una condena a siete años de cárcel.
La misma condena de tres años de prisión impone la Sala a uno de los agentes municipales que le acompañaron en ese viaje, Jorge G. H., en su caso como autor de un delito de cohecho pasivo (por la remuneración que percibió de Gómez Nicolás). El tribunal absuelve sin embargo al otro policía.
El delito de usurpación de funciones públicas, razona la Audiencia de Madrid, “requería un tanto de gestión, cosa que se manifestó en actuaciones previas -llamadas-” que se tradujo incluso a posteriori en “gestiones verificadas con un pretendido fundamento de seguridad nacional”. No fue, por tanto, “una actuación fugaz en la que se presentase aparentando ser un cargo menor”.
“Florida ideación delirante”
El tribunal le aplica la atenuante de alteración psíquica y recuerda que ya durante la instrucción quedó constancia forense de la “florida ideación delirante de tipo megalomaniaco” de Gómez Iglesias “sin conciencia de enfermedad ni de necesidad de seguir tratamiento”.
La Sala interpreta lo ocurrido “sólo desde la manifiesta inmadurez propia de los pocos años” del acusado y teniendo en cuenta “la existencia de determinado trastorno que habría de generar una interpretación peculiar de la realidad”. Y es que, subraya, su ardid “estaba condenado a descubrirse”. No obstante, precisa que esa limitación de facultades “no pasaría de leve” por lo que únicamente le aplica una atenuante simple, y no un eximente.
Para los magistrados, sin embargo, “no resulta acreditado, de manera cierta, el empleo de las acreditaciones falsas” por parte de la comitiva (en el domicilio de “el Pequeño Nicolás” se intervinieron tarjetas identificativas falsas para vehículos del Ministerio del Interior).
El tribunal absuelve a Gómez Iglesias del delito de malversación que le imputaba la Asociación de la Policía Municipal Unificada (por la supuesta utilización de medios como pinganillos o rotativos acústicos y luminosos de la Policía Municipal de Madrid en el citado viaje). El tribunal se inclina por pensar que esos efectos pertenecían al agente que acompañó a “el pequeño Nicolás” a Ribadeo. “No se sabe qué es lo que se cogió del Ayuntamiento de Madrid, no se sabe si lo que se cogió pudo haber sido del propio Ayuntamiento o no, no hay constancia de ello, o si se trataba de determinados elementos privados de alguno de los acusados”.
Pagos por la “protección privada”
Sí le condena por un delito de cohecho activo al entender que uno de los dos agentes que le acompañaron, Carlos P. L. D., “habría venido a percibir determinada cantidad de dinero, de 400 euros”, que le entregó el otro policía que formaba parte de la comitiva, Jorge G. H. Una entrega de dinero que, según la Audiencia, “solo podría tener como fundamento el hecho de remunerar los servicios de éste” después de que Gómez Iglesias hubiera pagado a su vez a Jorge G. H. -a quien también se condena por un delito de cohecho pasivo, del que sin embargo se absuelve a su compañero- “por la actividad desarrollada”.
Según recoge la sentencia, Jorge G. H. realizó para “el Pequeño Nicolás” un actividad “de protección privada” que les estaba “vedada por el hecho de ser funcionario público”
Esta resolución no es firme, y puede ser recurrida ante la Sala Penal del Tribunal Supremo, por lo que Gómez Nicolás -que resultó absuelto de un delito de injurias y calumnias al Centro Nacional de Inteligencia (CNI)- no tendrá que entrar en prisión (dado que la anterior condena tampoco es firme aún).
Gómez Iglesias propuso organizar una reunión al presidente de Alsa, al que le hizo creer que actuaba en calidad de enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real. El encuentro, al que según le aseguró Gómez Iglesias iba a acudir “una persona muy importante de la Casa Real”, se celebró el 13 de agosto de 2014 en un restaurante de Ribadeo. Para la Fiscalía, “el Pequeño Nicolás” quería ganarse su confianza “sin que conste con certeza si pretendía obtener de él un beneficio económico directo” o que se le encomendase “algún tipo de intermediación en la adjudicación de alguna concesión pública” o cualquier otra finalidad.
“Quería tirarme el pisto”
Según declaró Gómez Iglesias en el juicio, él nunca se presentó como un enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real. “Quería tirarme el pisto con el empresario y hacer un viaje pomposo”, aseguró. “Por la edad que yo tenía entonces (20 años) lo que quería era asemejarme a los mayores y parecer que era una persona importante, pero nunca una autoridad”, insistió en la vista oral. “El Pequeño Nicolás” sí admitió que alquiló cuatro vehículos con los que la comitiva se dirigió al municipio gallego y que contactó con un cabo de la Policía Municipal de Madrid perteneciente al grupo de Escoltas y Protección.
Eso sí, negó que utilizara acreditaciones falsas del Ministerio del Interior y que telefoneara a la Policía Municipal de Ribadeo para pedir que escoltara a la comitiva ante la esperada presencia de una alta personalidad de la Casa Real en ese almuerzo. “Yo no era ninguna autoridad”, recalcó. “No tengo capacidad para que me escolte la Policía Local cuando entro a una localidad”.
Según su versión, no esperaba obtener ningún beneficio económico con esa cita, sino únicamente conseguir que participara en los ciclos de conferencias que él organizaba. “Como yo hacía actos con empresarios y me parecía uno de los más importante del sector del transporte, yo quería que él tuviera la apariencia de que yo tenía poder”, explicó.
Gómez Nicolás aseguró que está en tratamiento psiquiátrico -por trastorno de personalidad y narcisismo- desde hace años. “Yo hice eso porque quería aumentar mi poder e impresionarle para que me hiciera caso”. Sólo pretendía, añadió, darse “aires de grandeza”.