Fiel a la naturaleza del acto que se celebró ayer en el Palacio Real, Felipe VI centró su discurso de la Pascua Militar en agradecer a los miembros de las Fuerzas Armadas su labor en este pasado año de pandemia sin olvidarse de realizar un encendido elogio de la Constitución, de su papel en nuestro sistema institucional y de sus lo durante su discurso en la celebración de la Pascua Militar en el Palacio Real. El párrafo fundamental de su discurso (o al menos el de mayor relevancia política) Felipe VI recordó que «la Constitución reconoce las libertades y los derechos y consagra los valores y el orden democráticos, también los deberes a los que todos estamos sujetos. La Constitución es el camino libre y democráticamente decidido por el pueblo español. Todos estamos incondicionalmente comprometidos con ella porque es el origen de la legitimidad de todos los poderes y de todas las instituciones del Estado; una legitimidad que se renueva cada día respetándola y observándola».

En un acto que supuso su reaparición tras el Mensaje de Navidad, y en el que coincidió con el presidente del Gobierno, la Ministra de Defensa e Interior, el Rey quiso transmitir su «felicitación, reconocimiento y gratitud a todos los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil que, con entrega, valor, lealtad, disciplina y humanidad, veláis por nuestra defensa y seguridad allá donde España, junto a sus aliados, lo necesite».

Las referencias a la lucha de la pandemia estuvieron presentes a lo largo del discurso del Rey. Concretamente, el Jefe de Estado, que ayer lució su uniforme Capitán General de la Armada, señalo que «es muy gratificante apreciar cómo, incluso en escenarios tan adversos como los que estamos viviendo por causa de la pandemia y sus consecuencias económicas y sociales, se van cumpliendo los objetivos y superando los retos planteados en el ámbito de la Defensa, aunque en ocasiones requieran ajustes». «Desde el pasado mes de marzo estáis realizando un trabajo extraordinario, combatiendo la pandemia y sus efectos allí donde se os ha necesitado, apoyando y animando a los ciudadanos, y aliviando el sufrimiento y la soledad de muchas personas y familias. Habéis reaccionado con iniciativa, inmediatez y eficacia, realizando cometidos difíciles y variados por toda España», dijo el Monarca en otro momento de sus palabras sobre este mismo tema. También hubo palabras de recuerdo a la Legión, que ha cumplido este año 100 años de historia al servicio de España. El Rey la describió como «una fuerza militar que atesora historia, tradiciones muy arraigadas y un enorme prestigio; que es fruto de su intenso empeño cada día y en cada misión, de su permanente disponibilidad para ser empleada en los escenarios más exigentes y de hacerse querer y respetar, honrando su espíritu y sus valores en todo momento y lugar».

Don Felipe fue recibido frente a la catedral de la Almudena, antes de entrar a la Plaza de la Armería, por el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que compartió unas breves palabras también con la Reina. El Jefe lucía en su uniforme las Grandes Cruces al Mérito Naval Militar y Aeronáutico, la Gran Cruz y Banda de la Orden de San Hermenegildo y el corbatín que le distingue como Gran Maestre de la Orden del Toisón de Oro, además del fajín encarnado con cinco entorchados. Poco después de entrar en la Plaza de la Armería el Rey saludó a la ministra Robles y al titular de Interior, Grande Marlaska.

Durante el discurso, como queda dicho, no hubo menciones a las polémicas que asedian a la Corona y todo se desarrolló en un tono eminentemente institucional. La ministra Robles sí que hizo referencia a la misiva que un grupo de militares retirados enviaron al Rey preocupados por la deriva en la que parece instalado el Gobierno, rehén del apoyo parlamentario que le brindan tanto de los comunistas de Unidas Podemos, como de las fuerzas políticas empeñadas en romper España, señaladamente Esquerra Republicana de Cataluña, aunque también el partido filoterrorista de extrema izquierda EH Bildu.

Antes de entonar el tradicional grito de «Viva España» en el Salón del Trono, el Rey tuvo unas últimas palabras de reconocimiento hacia los miembros de las Fuerzas Armadas: «Conocéis bien el profundo orgullo que siento de formar parte de la familia castrense, así como el altísimo honor que supone para todos nosotros servir a España. Y, en esta ocasión solemne, me alegra renovaros el permanente apoyo y aliento de la Corona», dijo Felipe VI.

Como es perfectamente lógico el acto central en Madrid ensombrece el resto de conmemoraciones que se hacen en otros puntos de España, pero lo cierto es que en prácticamente todas las capitales de provincia se celebra la Pascua. Incluída Barcelona. Concretamente este año el inspector general del Ejército, Fernando Aznar Ladrón de Guevara, agradeció el «sincero afecto de los catalanes» con la Operación Balmis, en que se han desplegado efectivos para controlar la pandemia. En su discurso durante el acto de celebración de la Pascua Militar en el Palacio de Capitanía General de Barcelona, reconoció que durante sus actuaciones recibieron «un trato exquisito de las autoridades, con notables muestras de hospitalidad y generosidad». La Capitanía General de Sevilla, sede del Cuartel General de la Fuerza Terrestre, el teniente general José Rodríguez García, destacó en su discurso su «más absoluto respeto y lealtad» al Rey, «como garante de los valores consagrados en la Constitución».