Un voto exterior casi intrascendente

En plena campaña, con el auge de las fuerzas de la izquierda agitado, en gran medida, por el CIS de Tezanos -tres encuestas para estos comicios, cada cual más alejada del resultado final-, el voto de la Galicia exterior se presumía decisivo en según qué escenario. En el que arrojaron las urnas resulta, sin embargo, intrascendente. O casi.

Porque siempre hay un casi. En este caso, localizado en la provincia de Ourense donde, según el reparto que establece la ley d´Hondt, el último diputado se lo quedó el domingo electoral el PP con 10.768 votos frente a los 10.713 sufragios alcanzados por el PSOE para esa acta.

Una mínima diferencia que, en caso de enjugarse, permitiría a los socialistas un leve consuelo, el de alcanzar los dos dígitos en el Parlamento llegando a los 10 diputados. Ahí reside la única emoción de esta jornada, en la que ha comenzado el recuento del voto y cuyo resultado se sabrá hacia el mediodía.

Cabe recordar que algo más de 476.000 residentes en el exterior podían ejercer su derecho al voto. Una elevada cifra que al final se plasmó en una participación de 29.300 gallegos del exterior, el 6,15%, porcentaje bajo, aunque claramente superior al 1,17% registrado en 2020, cuando todavía estaba vigente el ‘voto rogado’, un complejo sistema que dificultaba enormemente el ejercicio de este derecho.

Del total de votos emitidos, casi 6.150 se localizan en la provincia de Ourense. A ellos les corresponderá el honor de decidir si baila ese último escaño.

En el resto de Galicia, la provincia de A Coruña es la que más votos recibe del exterior, con 10.924 papeletas emitidas; seguida por la de Pontevedra, con casi 8.826 sufragios; y cerrando Lugo con cerca de 3.300 sufragios.

Por países, Argentina suma 7.900 votantes, seguida de Suiza, con 4.476. Después vienen Francia (2.331 votos), Uruguay (2.300) y Venezuela (1.840).

En cualquier caso, y pase lo que pase, la mayoría absoluta del PP está garantizada. Salvo Ourense, los populares sólo podrían perder otro escaño, que tampoco necesitarían para gobernar en solitario, en Pontevedra, donde aventajan al PSOE en más de 6.400 votos con apenas 8.800 papeletas en juego.