El Corte Inglés
Un finiquito de más de ocho millones de euros
Gimeno retira las demandas contra la firma pero mantiene la disputa accionarial con sus primas
Algo más de ocho millones de euros. Esa es la cantidad que ha sido necesaria para sellar la paz en la cúpula de El Corte Inglés.
Algo más de ocho millones de euros. Esa es la cantidad que ha sido necesaria para sellar la paz en la cúpula de El Corte Inglés. Después de meses de tensiones, destitución como presidente incluida el pasado 14 de junio, Dimas Gimeno alcanzó un acuerdo in extremis durante la noche del viernes para evitarse el mal trago de ver cómo la junta de accionistas aprobaba también su cese como consejero del grupo. A cambio de su dimisión y de retirar sus demandas contra la empresa, un jugoso finiquito de algo más de ocho millones de euros, si bien en un primer momento se llegó a hablar de una oferta de hasta diez millones.
Hasta llegar a este punto, varias reuniones con el nuevo presidente en busca de un acuerdo amistoso que sólo llegó apenas doce horas antes del inicio de la junta general de accionistas. Aunque en el orden del día estaba prevista la intervención de Gimeno, el pacto para su salida provocó que finalmente no tomase la palabra, como tampoco acudió al consejo que tradicionalmente precede a la junta. Sí estuvo presente en la reunión extraordinaria del viernes por la noche, en la que presentó su renuncia al cargo.
En cualquier caso, los problemas de Gimeno no han terminado con su salida del órgano de decisión de El Corte Inglés. El sobrino del anterior presidente Isidoro Álvarez mantiene su pugna accionarial con las hijas de éste por su herencia en la sociedad IASA, que posee el 22% de la empresa que era de Isidoro. El 69% de esta participación pertenece a Marta y Cristina Álvarez, primas de Gimeno, mientras que el otro 31% se reparte entre el propio Gimeno, su madre María Cristina Álvarez y su tío, César Álvarez. Es decir, casi el 7% del capital. Ya que el acuerdo afectaría exclusivamente a su salida de El Corte Inglés, quedan al margen por lo tanto las demandas interpuestas por Gimeno, su madre y su tío en relación con IASA. La intención de Gimeno es romper la sociedad conjunta con sus primas para controlar de forma directa la participación de su familia del 7%. De esta forma, aumentaría el poder de sus acciones de cara a lograr acuerdos con otros accionistas e incluso su atractivo ante una posible venta.
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