Revolución IA: las empresas digitales ya emplean a casi medio millón de españoles

¿Recuerdan al parlanchín C3PO, con su diplomático porte dorado, y al bonachón y anticuado R2D2, ambos personajes relevantes de la saga primigenia de Star Wars? Pues en unos pocos años los verán caminando por las calles, acompañando a nuestros ancianos y ayudándonos en las tareas laborales diarias.

Al menos eso aseguran los gurús de la Inteligencia Artificial. ¿Está España preparada para sobrevivir a esta nueva revolución que va a cambiarlo todo? La Inteligencia Artificial propone cambios nunca vistos en apenas 30 años, con máquinas que evolucionan solas y la nueva frontera de la IA física, que avanzará hacia esos droides.

La pugna entre ChatGPT y la china DeepSeek, capaz de competir por un 7% del coste de la inteligencia artificial estadounidense, planteó la duda sobre la inacción de Europa en la carrera tecnológica. ¿Dónde estaba la UE y España? Sin embargo, aunque Europa esta rezagada en esta “carrera de Fórmula 1”, como la define Larry Ellison, cofundador y presidente de Oracle, tampoco está aletargada.

Europa no compite en recursos frente a proyectos como en el que participa Oracle, que comparte con OpenAI (la matriz del ChatGPT, respaldada por Microsoft), el fabricante de microchips Nvidia y el conglomerado financiero japonés Softbank el denominado “Stargate”, el plan de Trump para liderar y extender la IA en Estados Unidos y el mundo. Sin embargo, el caso de DeepSeek ha demostrado que con la IA es posible competir con planteamientos “low cost”.

De hecho, uno de los padres de la IA, el empresario, científico e informático alemán Jürgen Schmidhuber, aseguró que cada cinco años, la IA será “diez veces más barata”. “Todo el mundo tendrá IA relativamente barata mejorando sus vidas”, afirmó en el reciente Mobile World Congress de Barcelona.

La realidad es que España está a la vanguardia europea con un 84,4% de los trabajadores utilizando activamente la inteligencia artificial (IA). A España le siguen Suiza (82%) e Italia (76,7%) pisándole los talones y los Países Bajos (66%) y Alemania (67%) mostrando un ritmo más moderado, según los datos recabados por EY en su último barómetro sobre IA.

Con esta penetración, un 41% de directivos empresariales en España señala que la IA ha beneficiado a sus empresas ya sea mejorando la eficiencia de costes o elevando las ganancias, y un 19% reconoce que ha contribuido positivamente en ambos aspectos.

Supercomputación española

La cuestión es si esta euforia por la IA va acompañada de desarrollos tecnológicos propios. A principios de año, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el lanzamiento de ALIA, la primera IA española, un proyecto liderado por el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, que atesora, el MareNostrum 5, equivalente a 380.000 portátiles trabajando conjuntamente, y que cuenta con 4.480 chips acelerados de última generación y dos sistemas en la lista de los 20 supercomputadores más potentes del mundo. Se trata de los primeros pasos, pero España trata de no quedarse rezagada en un entorno para el que cuenta, además, con el recurso de las energías renovables, que están atrayendo a los centros de datos globales.

Las estimaciones apuntan a que el desarrollo de la IA podría aportar entre 100.000 y 120.000 millones de euros a la economía española en la próxima década, un 8% del PIB, según un estudio de Implement para Google. Hay sectores, como el del marketing, donde la confianza en el desarrollo de la IA es total, con el 91% de los ejecutivos apostando por ello.

Los sectores vinculados a la energía (80%), industria y movilidad (77%), agricultura (73%) y seguros (72%) también son optimistas en los avances de la IA en su actividad.

En este contexto, un 72% de los trabajadores cree que la IA podría asumir algunas de sus responsabilidades laborales. La inquietud respecto a cómo la inteligencia artificial puede alterar el mercado laboral lleva a que un 49% perciba «una amenaza real de que sus empleos se vean afectados por la IA». Y es que un 60% de los profesionales estima que tal escenario es bastante factible, mientras que un 18% lo ve como algo seguro.

¿Pero cuál es el impacto real hoy en el mercado laboral?

153.000 afiliados más en cinco años

La base de afiliados a la Seguridad Social adscritos al sector digital volvió a batir su techo en enero de este año, alcanzando las 492.736 personas y dejando la barrera del medio millón al alcance de la mano. De 87 actividades, los servicios digitales son la sexta que más empleo ha creado.

Sin embargo, la tendencia en términos de creación de empleo se esta enfriando, con un crecimiento interanual (diciembre de 2024) del 2,1% y un promedio anual del 3,3%. Desde 2022, el ritmo de contratación viene acortándose un punto porcentual por año, según los datos del barómetro TIC Monitor, elaborado por Fundación VASS y el Centro de Predicciones Económicas Ceprede. El indicador de clima laboral a corto plazo muestra un equilibrio casi total entre empresas optimistas y pesimistas, en este aspecto.

Pese a todo, el sector de servicios digitales se mantuvo en 2024 como uno de los más dinámicos de la economía española, con un ritmo de expansión del 5,3% en términos reales (descontando el efecto de los precios). A pesar de quedar por debajo de los dos años anteriores, claramente expansivos (+12,1% en 2022 y +7,6% en 2023), este segmento de actividad se mantuvo por delante del crecimiento medio de la economía, más de dos puntos por encima del 3,1% de 2024.

«Si bien es cierto que la incorporación de talento mantiene una tendencia de crecimiento cada vez más modesta, la realidad es que la expansión no cesa. El sector ha pasado de los 315.000 afiliados en 2019 a los 468.000, en promedio, durante 2024. Son más de 153 mil nuevos efectivos en cinco años», señala Antonio Rueda, director de la Fundación VASS y responsable del TIC Monitor.

Sin embargo, aunque España es el país donde los encuestados se muestran más positivos con el desarrollo de la Inteligencia Artificial (el 88,5% percibe su desarrollo como prometedor o muy prometedor, trece puntos por encima de la media) y el 54% de los encuestados españoles consideran que la inversión en IA es una prioridad para las empresas, hay países europeos, como en el caso de Alemania, donde el escepticismo con la IA es más que notable.