Economía

Pedro Schwartz: «Trump gobierna como el matón de la clase, algo impropio de una democracia»

En «Cicatrices de la libertad» (Deusto), los profesores Thomas Baumert y Francisco Cabrillo dialogan con su maestro Pedro Schwartz sobre un amplio repertorio de temas que abarcan un vasto abanico de disciplinas: filosofía, derecho, economía, psicología, política o historia. Liberadas de los corsés de un planteamiento más formal, estas conversaciones distendidas permiten un acceso sencillo y atractivo al pensamiento liberal español del último medio siglo

Pedro Schwartz (Madrid, 30 de enero de 1935) es un político, economista y jurista español conocido por sus posiciones favorables al liberalismo económico
Pedro Schwartz (Madrid, 30 de enero de 1935) es un político, economista y jurista español conocido por sus posiciones favorables al liberalismo económicoArchivo

"Las cicatrices de la libertad" es un título potente. ¿Cuáles considera que han sido las principales cicatrices que ha dejado la lucha por la libertad en España y en su vida personal?

Tras la Guerra Civil, hubo un gran acuerdo entre los distintos partidos para cerrar las heridas del conflicto, pero hoy en día no está siendo así. El actual gobierno y sus socios están dando marcha atrás en ese camino, reviviendo constantemente el pasado en lugar de avanzar. No es una buena noticia.

¿Se refiere a que están dando marcha atrás en el camino del olvido porque no hacen más que resucitar a Franco?

La verdad es que Franco está muerto, según me han dicho (ríe). Entonces, ¿a qué viene resucitarlo? Ahora muchos hablan, pero en su momento no hicieron nada. Otros, entre los que me incluyo, sí luchamos por avanzar hacia la democracia y la libertad. Hay quienes hoy intentan ponerse medallas por haber combatido a Franco, cuando en realidad no movieron un dedo en su contra.

A lo largo del libro conversa con Thomas Baumert y Francisco Cabrillo. ¿Cómo fue el proceso de esas conversaciones? ¿Hubo algún momento especialmente revelador para usted?

La primera revelación fue mi propia resistencia a hacer una autobiografía. No me parecía que mi vida pudiera interesar a nadie. Sin embargo, ellos insistieron durante años en hacerme esas preguntas y generar estas conversaciones. Ahora que lo hemos hecho, creo que ha sido un acierto, porque hay cosas que cuento en el libro que nunca había compartido antes.

¿Y cuáles son esas cosas que nunca había contado?

Nunca había relatado en detalle mi infancia durante la ocupación alemana, ni ciertos episodios de la persecución a los judíos que presencié con mis propios ojos cuando tenía siete años. Recuerdo cómo en Viena, donde mi madre era cónsul de España, los bancos de los parques tenían la estrella de David y solo podían sentarse allí los judíos. También vi a la gente llevar la estrella de David en la solapa, algo que me impresionó profundamente y que me ha acompañado toda la vida. Los judíos estaban confinados en su barrio y no se podía hablar con ellos. El resto de la Segunda Guerra Mundial la pasé en Ginebra. Regresé a España para comenzar el bachillerato.

Su obra abarca desde la filosofía y el derecho hasta la economía y la historia. ¿Cuál de estos campos cree que ha influido más en su pensamiento actual?

Lo principal para mí siempre ha sido la libertad y la democracia. Mis padres eran seguidores de Don Juan, y lo que más me marcó fue el deseo de sustituir el régimen de Franco por una monarquía parlamentaria con libertades para todos. Mi padre fue denunciado y apartado de la carrera diplomática por sus convicciones. Me hace gracia ver a tantos "valientes" que ahora dicen haber combatido a Franco, cuando en su momento no hicieron nada. Desde mis años de estudiante en Londres, siempre creí en que el pueblo debía tener voz y libertad. Son ideas que han guiado toda mi vida.

Creció en la Viena del Tercer Reich y vivió la España franquista. ¿Cómo moldearon esas experiencias su visión sobre la libertad y el liberalismo?

De manera profunda. A medida que fui creciendo, y gracias a mis estudios en la London School of Economics, tuve profesores que reforzaron mis convicciones en favor de la libertad. Tuve la suerte de que el director de mi tesis fuera un liberal destacado y de trabajar con el filósofo Karl Popper. Todo ello fortaleció mi pensamiento, sumado a lo que observaba en Inglaterra y en esa universidad.

Fue testigo de la Transición española. ¿Cuáles cree que fueron sus mayores acierto?

El mayor acierto fue que todos los actores políticos entendieron que había que cerrar el capítulo de la Guerra Civil y no volver a abrirlo. Recuerdo cómo Santiago Carrillo, del Partido Comunista, decidió aceptar la bandera rojigualda en lugar de proponer otra distinta. Fue un gesto que sorprendió e impresionó a todos, porque simbolizaba el deseo de unidad y reconciliación. Fue una lección que hoy se está olvidando. Los antiguos contendientes podrían haber buscado venganza tras la muerte de Franco, pero en lugar de eso, apostaron por una democracia libre y abierta.

En el mundo actual, donde el populismo y la intervención estatal han ganado terreno, ¿qué futuro le ve a las ideas liberales?

Las ideas liberales siempre han tenido sus altibajos. Hoy vivimos una situación preocupante: el mundo parece dividirse entre dictaduras que se fortalecen y democracias que luchan por mantenerse. Basta con mirar lo que está ocurriendo en Ucrania, Rusia o China. El totalitarismo está ganando terreno y debemos resistir ese impulso autoritario.

¿Qué le diría a las nuevas generaciones que ven el liberalismo con escepticismo o lo asocian con la desigualdad?

La idea de que el libre comercio fomenta la desigualdad es errónea. Según la ONU, la pobreza extrema ha caído del 44% al 8% de la población mundial. En países como China e India, millones de personas que antes no podían alimentarse ahora tienen acceso a comida. Esa es la verdadera reducción de la desigualdad y es el resultado de la economía de mercado.

¿Qué opinión le merece Donald Trump?

Trump ha promovido algunas ideas acertadas, como la reducción de la intervención estatal en la economía, pero su estilo autoritario es cuestionable. Gobierna como el "matón" de la clase, lo que no me parece propio de una democracia. Es sorprendente cómo la gente votó por él de esa manera, lo que indica un hartazgo con el sistema anterior. Ahora vemos a políticos como Milei que buscan imitarlo.

¿Cómo ve a Europa?

Europa enfrenta enormes dificultades. Sus gobiernos tienen una inclinación preocupante hacia el intervencionismo, tanto en la economía como en la sociedad. No sé si seremos capaces de corregir esos errores. Además, la defensa es clave: con la guerra en Ucrania, está claro que Europa debe reforzar su capacidad de protegerse o estará en peligro.

¿Cómo ve la democracia española?

El nacionalismo es una de sus principales amenazas. Imponer el uso del catalán en la educación, por ejemplo, no favorece la armonía social. El gobierno actual está fomentando la crispación, y eso es preocupante. Además, el presidente se aferra al poder a cualquier precio. Como profesor universitario, mi opinión sobre él no es favorable, no solo por haber plagiado su tesis, sino porque ni siquiera la escribió él. En otro país, habría dimitido.

Ha participado en momentos clave de la política. ¿De qué decisiones se siente más satisfecho?

Voté a favor de la permanencia de España en la OTAN y propuse recortar un 10% de todos los gastos del Estado, excepto en defensa y monarquía. Mi partido no aceptó esa propuesta, pero sigo creyendo que era una medida acertada.