Los ministros de Agricultura de la UE se reúnen mañana en Bruselas con un objetivo prioritario: dar respuesta a las demandas de los agricultores y ganaderos comunitarios expresadas mediante las protestas que llevan protagonizando desde hace más de tres meses en muchos de los Estados miembros. Por otro lado, volverán a analizar la situación de los mercados de los principales productos que sufren más perturbaciones, como es el caso de los cereales. En el primer grupo, los debates se centrarán en el paquete de propuestas que ha presentado la Comisión Europea el pasado día 15, que incluye una revisión del reglamento sobre los planes estratégicos nacionales de la PAC que han elaborado los Estados miembros. También estudiarán un documento de trabajo, con un calendario para reforzar la posición de los agricultores y ganaderos en la cadena de suministro alimentario. En el segundo bloque destaca el análisis sobre las importaciones ucranianas de cereales. Mientras tanto, la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo y los expertos agrícolas de los Estados miembros trabajan contra reloj para adoptar sin modificarlas las propuestas de la Comisión antes de que acabe abril, cuando los eurodiputados celebrarán su último pleno.

En paralelo, en España, cuando se van a cumplir dos meses desde que comenzaron las movilizaciones, Luis Planas y su equipo más directo no han presentado todavía a los representantes del sector unas propuestas formales y por escrito que sirvan de base para negociar y atender las reivindicaciones que han planteado las tres organizaciones agrarias reconocidas (ASAJA, COAG y UPA), la Unión de Uniones (pendiente de reconocer) y las diversas plataformas que han surgido en la mayoría de las provincias, configurando así una especie de «ejército de Pancho Villa». El único papel que hay sobre la mesa es el que han remitido los servicios de a las comunidades autónomas con una serie de propuestas para flexibilizar el Plan Estratégico Nacional (PEPAC). Sin embargo, en él no se abordan las otras reivindicaciones que afectan al Ministerio, ni tampoco las relativas a los otros departamentos del Gobierno, especialmente a los Ministerios para la Transición Ecológica, el de Hacienda, el de Trabajo y también el de Seguridad Social. Las organizaciones agrarias habían planteado diversas peticiones que han caído hasta el momento en saco roto.

Cereales y aceite

Algunas de ellas se refieren a los bajos precios en origen que se registran en algunos productos. Un ejemplo claro son los cereales. En el mercado interior español las cotizaciones son en estos momentos entre un 25 y un 30 por ciento más bajas que hace un año. En los últimos doce meses la tendencia ha sido claramente a la baja como consecuencia de la confluencia de una serie de factores que se pueden resumir en dos: abundancia de la oferta procedente del exterior y a precios muy competitivos. Y eso a pesar de la escasa cosecha nacional. Sin embargo, durante la última semana, la situación se ha dado la vuelta y abundaron las subidas en la mayor parte de las lonjas, especialmente a partir del martes. A ello no son ajenas las medidas que se pretenden adoptar para frenar la entrada de cereales procedentes de Ucrania que tienen previsto adoptar en Bruselas y también la imposición de aranceles a las mercancías de Rusia y Bioelorrusia anunciadas a finales de la semana pasada por parte de la Comisión Europea.

Y, si lo cereales están al alza, aunque partiendo de niveles de muy bajos, las cotizaciones en origen del aceite de oliva llevan un mes orientadas a la baja de forma muy clara, aunque, eso sí, desde unas cifras que ha sido históricas. Ello se ha debido en gran parte a las lluvias que han caído en los últimos días en las principales zonas productoras, especialmente en Andalucía, que han hecho que los olivos se recuperen en parte de la sequía de las dos últimas campañas. Ahora toca esperar que la floración de los árboles no se vea afectada por las altas temperaturas. Los meses de abril y mayo van a ser claves y nos darán una idea de cual puede ser la producción de la campaña 2024-25. De momento, los precios en origen del aceite virgen extra hace ya varias semanas que perdieron el nivel de los 9.000 euros por tonelada y ahora se sitúan entre 8.100 y 8.500 euros, mientras que los vírgenes cotizan por debajo de los 8.000 euros por tonelada. Ahora toca esperar que estos recortes se trasladen a los precios en destino que pagan los consumidores.