Empresas
No persigas agradar en exceso para triunfar en una entrevista de trabajo
Existen las preguntas trampa y es importante preparárselas para conseguir escapar de situaciones incómodas
Juan pasa siempre la primera criba de selección cuando acude a una oferta de trabajo y, sin embargo, no consigue superar la entrevista final. Empieza a estar desesperado, pero quizás uno de sus fallos es no haber sabido poner en valor su talento, o haya resultado demasiado aburrido en la entrevista, o tal vez quiso agradar demasiado. Existen múltiples motivos por los que uno puede ser descartado en una entrevista de trabajo, por eso cuanto mejor nos preparemos mayores serán nuestras probabilidades de éxito. Lo primero que hay que tener en cuenta es que sí que existen las preguntas trampa con el ánimo de ver como escaparía el entrevistado de una situación incómoda.
Septiembre suele ser tradicionalmente el mes en el que la gente se plantea cambiar de empleo. Casi un 28% de los trabajadores españoles lo desea, lo que equivale a más de 5,3 millones de ocupados, según un análisis de Randstad. El 19% de los empleados reconoce que está barajando cambiar de trabajo aunque aún no ha comenzado la búsqueda, mientras que un 9% afirma estar buscando activamente una nueva oportunidad laboral. Son los mayores de 45 años los que más se plantean cambiar de empleo tras su reincorporación, concretamente el 29,5%. El factor principal por el que cambiarían de empleo es el salario (58,6%), seguido por la conciliación de la vida profesional y personal (47,1%). Si usted está entre ese 28% de personas, le vendría bien conocer cuáles son los fallos que, en opinión de los «headhunters», se comenten con más frecuencia en las entrevistas de trabajo. Carlos Recarte, «managing partner» de Recarte & Fontenla destaca los siguientes fallos:
1.Escuchar poco e interrumpir
2.Hablar en primera persona
3.Hablar demasiado rápido
4.Vestirse de forma poco adecuada
5.Apropiarse de éxitos ajenos
6.Falta de coherencia en los argumentos
7.Hablar demasiado y no centrar el tema
8.Dudar en las contestaciones
9.Utilizar muletillas al hablar
10.Hablar mal o criticar a la empresa
11.Llegar tarde a la entrevista
12.Descuidar el lenguaje
13.No apagar el móvil
Volviendo a las preguntas trampa, la más frecuente que se suele plantear es: «¿Cuál es su mayor defecto?» En estos casos, Ovidio Peñalver, socio director de Isavia Consultores, aconseja que «si no se sabe qué responder, se puede recurrir a un “ahora no lo tengo claro”, aunque siendo una evasiva lo mejor es no abusar de ella». Otra forma de salir airoso de esta pregunta trampa es desmontándola: “Quizás se espera que responda esto, pero en honor a la verdad diré....”. Otro ejemplo: si uno destaca como defecto que, a veces, le cuesta sintetizar, a continuación puede añadir algo positivo. Es decir si destacamos una experiencia negativa a continuación digamos algo positivo para minimizar cualquier posible debilidad». Otra pregunta trampa puede ser: «¿Está usted dispuesto a trabajar todos los días hasta las 22 horas? Podríamos responder que “no me gustaría que fuera lo normal”, pero siempre con una comunicación verbal suave», sostiene Peñalver.
Existe una pregunta que suele provocar resbalones: ¿Cuál es el mayor error que has cometido en tu trabajo? Es una pregunta dura porque uno se expone a reconocer que no manejó bien una determinada situación. Para estos casos, Recarte aconseja ser sinceros y evitar culpar a otras personas, de la misma manera que Peñalver recomienda reconocerlo y, al mismo tiempo añadir que «con este error he capitalizado este aprendizaje».
Existen otras preguntas trampa y esto es lo que Recarte aconseja responder:
¿Qué crees que puedes aportar a la empresa? «Una respuesta pobre, puede cargarse al candidato. Si por ejemplo dice, puedo aportar capacidad de trabajo y ya está, sería una contestación muy estándar que no le diferencia de otros candidatos».
¿Por qué razón te planteas cambiar de empresa? «Como en los casos anteriores hay que buscar motivos que no sean el de “escapar” de la anterior situación profesional, sino que tengan que ver con una reflexión sobre la carrera profesional, alineamiento cultural, alineamiento con el contenido del puesto, etc.».
¿Por qué dejó su último trabajo? «Algunos empiezan a criticar a sus ex jefes, compañeros o a la empresa. Es mejor enfocarlo como que “la empresa no me permitía desarrollarme muchos más profesionalmente y quiero seguir creciendo”».
Si les preguntamos a tus ex jefes y compañeros, ¿qué crees que opinarían de ti? «Es bueno ser honesto en la contestación. Pedir “feedback” a los compañeros y jefes puede ayudarnos a identificar nuestras fortalezas y debilidades».
¿Cómo te ves en cinco años? «Esta pregunta busca conocer la visión más estratégica de la persona para ver si busca una posición estable o es más ambiciosa».
¿Tienes alguna pregunta? «“No”, no es la respuesta correcta. Si no se hace ninguna puede demostrar apatía y falta de interés. Es un buen momento para profundizar en el contenido del puesto, la cultura de la empresa, próximos pasos a dar en el proceso, etc.».
¿Estás en algún proceso de selección? «Lo que busca el entrevistador con esta pregunta es saber tu grado de motivación para el puesto y en caso de ser el candidato idóneo acelerar el proceso de contratación».
¿Seguirías trabajando si te toca la lotería? «Una buena respuesta es afirmar que el dinero es un factor importante, pero no es el único».
No es aconsejable querer agradar demasiado al entrevistador, porque como apunta Ovidio Peñalver, «podríamos resultar histriónicos y pecar de “deseabilidad social”: “Deseo caerte tan bien que caigo en el ridículo”. No soy auténtico, no tengo que transformarme tanto. Tampoco es aconsejable ser muy ambicioso e inflar nuestras habilidades sin poner casos concretos, porque suele fastidiar bastante al entrevistador».
Los candidatos deben saber que hasta un 80% de la comunicación no es verbal por lo que es importante cuidar el lenguaje corporal. «Deja tu marca después de la entrevista, que tu presencia sea memorable empieza desde tu imagen externa, ropa, perfume, hasta tu presencia interna, en calma, presente (no pensando en la siguiente pregunta o la siguiente entrevista). Controla la velocidad de tu historia, e intenta no acelerarte, respira y tómate tu tiempo», aconseja Montse Ventosa, socia directora de Grooooow. Y por último, la naturalidad y espontaneidad es siempre un grado.
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