Ministerio de Industria
La industria española reclama precios más competitivos
La industria española cuenta con unos costes energéticos superiores a los de la Unión Europea y Estados Unidos. Según datos de la Asociación de Empresas con gran consumo de energía (AEGE), soporta un sobrecoste del suministro eléctrico de hasta el 30% frente a sus competidores internacionales, mermando su competitividad. A lo largo de la última legislatura el Gobierno afrontó una intensa reforma energética con el objetivo esencial de eliminar el déficit que acumulaba el sistema y los futuros riesgos del mismo. El éxito alcanzado en la consecución de este objetivo, ha generado sin embargo un nuevo incremento del coste final que soporta el consumidor industrial (que ya acumula desde 2003 un crecimiento del 124%). Esto ha llevado a la industria española a solicitar una segunda reforma, que tenga la clara vocación de reducir los costes energéticos que asume la economía productiva y situarlos en niveles atractivos respecto a los países de nuestro entorno competitivo. Para lograrlo, la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, que representa a los sectores industriales estratégicos para el desarrollo de la economía y el empleo en España generando el 50% del PIB y 4 millones de empleos, plantea una serie de propuestas: Eliminar de las tarifas de acceso los costes regulados ajenos a la distribución y el transporte; reducir la imposición energética industrial, disminuyendo progresivamente la presión fiscal energética en todos los escalones de la Administración; consolidar el impulso a la interconexión del Mercado Energético Europeo, para hacer efectivos los compromisos adquiridos por la UE de incrementar la interconexión hasta el 15% en 2020 y hasta el 20% en 2030; aumentar la transparencia y competencia del mercado del gas y desarrollar la estrategia española de gas natural licuado y almacenamiento de gas; por último impulsar el desarrollo de una política de cambio climático efectiva y realista en la UE. En este último punto recuerda que en los Acuerdos de París, la UE en su paquete de clima y energía para 2030 «estableció una serie de objetivos que no tenía suficientemente en cuenta la adecuada protección para nuestras instalaciones más eficientes».
El pasado marzo se creó un Grupo de Trabajo Interministerial para la elaboración de la futura ley de Cambio Climático y Transición Energética, en aras de garantizar la competitividad de la economía, la creación de empleo y la sostenibilidad medioambiental. En esta nueva ley que está por desarrollar, la AEGE, que representa los intereses de 27 compañías industriales con más de 20.000 millones de euros de facturación –consumen más del 11% de la electricidad total en España–, defiende la necesidad de proteger a la industria electrointensiva (EI) para evitar su deslocalización. Las industrias de metales no férreos, siderurgias, químicas, gases industriales y otros, son intensivas en el consumo de energía eléctrica, donde el coste de la electricidad alcanza hasta el 50% del coste de producción de estas empresas.
Fernando Soto, director general de AEGE sostiene que «nuestra competitividad se ve lastrada por la falta de armonización de nuestros costes eléctricos en referencia a los de nuestros principales competidores europeos, por eso pedimos que se adopten medidas que mejoren esa desventaja competitiva. La industria básica con gran consumo de energía es un pilar clave del desarrollo y crecimiento de la actividad económica nacional y necesitamos competir en igualdad de condiciones».
Soto pone como ejemplos a Francia y Alemania por haber reconocido la figura de la industria electrointensiva en sus regulaciones y pide que se tenga en cuenta en los debates donde se analice cómo desarrollar la transición energética en España.
El coste del gas, de vital importancia
Verónica Riviere, directora general de GasIndustrial, la asociación para un gas industrial competitivo, cita dos acciones que se podrían llevar a cabo para mejorar la competitividad de las empresas españolas en términos de gas: La interconexión con Francia, «que es escasa y nos hace ser una isla energética a nivel europeo», y los peajes «que son los más altos en comparación con Europa». Según Riviere, una industria mediana española paga el doble en costes regulados de gas que una francesa, el triple que una británica y seis veces más lo que una alemana. Riviere espera que la futura ley de cambio climático y transición energética tenga en cuenta que el coste del gas es vital para la industria.
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