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Industria ferroviaria

El Gobierno veta la opa de Magyar Vagon sobre Talgo por cuestiones de seguridad nacional

El Ejecutivo siempre ha recelado de la operación por la supuesta proximidad de los directivos húngaros a Orban, líder afín a Putin. Las acciones del fabricante de trenes se desploman un 8,72% en bolsa

El Gobierno, como era su intención, ha vetado la opa presentada por el grupo húngaro Ganz Mavag (Magyar Vagon) sobre Talgo. El Consejo de Ministros ha tomado la decisión de no autorizar la operación tras el análisis que de la misma ha realizado la Junta de Inversiones Extranjeras del Ministerio de Economía, Comercio y Empresas (Jinvex), según han confirmado fuentes gubernamentales.

Según ha explicado el Ministerio de Economía, el análisis llevado a cabo por Jinvex ha determinado que la autorización de esta operación "conllevaría riesgos para garantizar la seguridad nacional y el orden público". No obstante, las razones por las que el organismo ha llegado a esa conclusión van a permanecer ocultas dado que el Consejo de Ministros ha declarado la información contenida en este expediente como clasificada.

El Ejecutivo se ha limitado a añadir que Talgo es "una empresa estratégica dentro de un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial de España", según ha añadido Economía.

El Ejecutivo asegura que Talgo es "estratégica" para la industria y la cohesión territorial

Tras la decisión del Gobierno, fuentes de Magyar Vagon han asegurado que el consorcio húngaro va a estudiar "acciones legales en España y en Europa para defender los intereses del consorcio y la legalidad de su oferta por Talgo". "La oferta cumple con todos los requisitos legales vigentes", según aseguran desde Magyar.

Con la decisión anunciada hoy, el Ejecutivo tumba una operación que nunca ha visto con buenos ojos. El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ya anticipó el pasado mes de marzo que el Gobierno haría "todo lo posible" para frenar la operación por las sospechas que tiene de que haya posibles vínculos entre la empresa húngara y la Rusia de Putin y la extrema derecha. El 45% del capital del consorcio húngaro que pretendía comprar Talgo está controlado por Corvinus, un fondo estatal húngaro, país ahora gobernado por Viktor Orbán, quien recientemente ha entrado en conflicto con la propia Unión Europea por su acercamiento unilateral a Rusia y su oposición a aceptar cuotas de refugiados. De hecho, el directivo de Magyar Vagon y cara visible del consorcio que presentó la opa, András Tombor, fue asesor del Gobierno húngaro que también lideró Orbán como primer ministro entre 1998 y 2002.

Dadas sus reticencias a la operación, el Gobierno encargó a la Junta de Inversiones Extranjeras evaluarla al amparo de la ley aprobada en plena pandemia para evitar que la caída en bolsa de las empresas fuese aprovechada por firmas extranjeras para tomar el control de compañías españolas. El plazo inicial en el que debía pronunciarse el Gobierno vencía el pasado 10 de agosto, pero la Junta de Inversiones solicitó nueva información y alargó el plazo por un máximo de tres meses más.

Apoyo de la dirección

La OPA sobre el 100% de Talgo presentada por el consorcio húngaro, que ofrece 5 euros por acción, supone valorar la compañía en 620 millones de euros y contaba con el respaldo de la dirección del fabricante español, que se había posicionado en contra de la otra oferta que se ha puesto sobre la mesa, la de Skoda. La compañía checa es el "mirlo blanco" que el Gobierno había encontrado para neutralizar la oferta húngara. Skoda propuso a Talgo una integración de sus negocios sin lanzar otra opa que la española rechazó y que, además, la ley impedía. Dado que los principales accionistas de Talgo, encabezados por el fondo Trilantic, estaban dispuestos a vender una participación mayoritaria de la compañía, a Skoda sólo le quedaba la opción legal de lanzar una contraopa que mejorase el precio de la de Magyar para hacerse con Talgo.

El movimiento de Skoda se entendió desde Magyar como un movimiento del Gobierno para torpedear su oferta, pues, en su opinión, la compañía húngara no tiene ni un proyecto industrial viable a largo plazo ni financiación para ejecutarlo. Curiosamente, desde el propio Gobierno, Puente también considera que Magyar no tiene la capacidad industrial para solucionar los problemas de producción a los que ahora mismo se enfrenta Talgo, cuya cartera de pedidos está en máximos. De hecho, hace unos días, una delegación del Ministerio de Transportes y de Renfe visitó las instalaciones de Magyar Vagon para analizar si se adaptaban a las necesidades de Talgo.

En medio de los rumores sobre el posible veto, la cotización de las acciones de Talgo ha sido suspendida durante varias horas esta mañana. Cuando han vuelto al parqué, cayeron más de un 10%, aunque al cierre de la sesión han corregido algo y se han dejado un 8,72%, hasta los 3,92 euros por acción, por lo que, a pesar de la decisión del Gobierno, continúan por encima de los 3,7 euros en los que cotizaba en noviembre del año pasado, antes de trascender la oferta de compra húngara.