Banco de España
Escrivá, el gobernador humilde: «Recuerda que eres mortal»
El exministro toma posesión en el Banco de España sin presencia del Gobierno y con banqueros, y desde el principio, rediseña un Banco de España a su medida y ajusta el organigrama
Otmar Issing, alemán, fue el economista-jefe del Banco Central Europeo (BCE) y tuvo a sus órdenes a José Luis Escrivá, el nuevo gobernador del Banco de España. Cuando se enteró de su nombramiento le felicitó con un «no olvides lo que has aprendido». Ayer, en el acto de su entronización pública al frente de la institución, habló de humildad, independencia y transparencia. Consciente de la polémica por llegar al puesto desde el Gobierno de Sánchez, logró que no hubiera ministros en un acto en el que siempre los ha habido, al menos desde 1984, cuando tomó posesión Mariano Rubio. Entonces, incluso asistió el presidente del Gobierno, Felipe González. Luego, lo habitual fue que al menos el titular de Economía asistiera a una cita protocolaria, pero relevante. Escrivá dijo ayer que aboga por el «refuerzo de la independencia» del Banco de España y «por la transparencia y la rendición de cuentas». Además, quiere enarbolar la bandera de la reforma de la Ley de Autonomía de la institución, y ha encargado a la consejera Lucía Rodríguez, que estudie cómo debería actualizarse la norma, después de que Fernando Fernández, el único miembro del Consejo del banco elegido a propuesta del PP, declinara ocuparse del asunto.
La tradición no escrita reza que los banqueros rinden pleitesía desde el minuto uno al gobernador. Los tiempos, sin embargo, ya no son los mismos. Los grandes bancos no están bajo la disciplina del Banco de España, sino del BCE. No obstante, nadie quiere conflictos y menos con asuntos espinosos por medio. Por eso, Carlos Torres, presidente del BBVA, y Josep Oliu, presidente del Sabadell, aplaudieron y se fotografiaron con Escrivá, todos sonrientes y con la procesión por dentro. No decide, pero en plena OPA, quizá su opinión influya. José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, no faltó y recordó que ya era al tercer gobernador que recibía, después de Hernández de Cos y Linde. Los que le conocen, cuentan que Escrivá esperaba sobre todo que estuviera Ana Botín, presidenta del Santander, que se hizo esperar, pero al final apareció no sin haber rematado con algo de urgencia una reunión de consejo, aunque por si acaso envió por adelantado a José Antonio Álvarez, vicepresidente del grupo. Alejandra Kindelán, presidenta de la patronal bancaria, y José María Méndez, director general de la CECA, no podían faltar. Las antiguas cajas sí son inspeccionadas por el Banco de España, igual que Abanca, con su presidente, Juan Carlos Escotet, también en primera fila. Los exgobernadores Luis Linde y Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), el de la crisis de las cajas, acompañaron a su sucesor, mientras otro ex, Jaime Caruana, no acudió por asuntos personales, pero almorzó el día anterior con Escrivá. Antes, Hernández de Cos, gobernador saliente, se despidió. José María Álvarez –secretario general de UGT–, Andreu Mas-Colell –padre intelectual de varios economistas «indepes», David Vegara –ex secretario de Estado con Zapatero–, Cani Fernández –presidenta de la CNMC– y Rodrigo Buenaventura –CNMV–, destacaban entre quiénes rodearon al nuevo gran jefe del Banco de España.
Los gobernadores de los bancos centrales, en la práctica, tienen un poder casi absoluto en las instituciones. Escrivá ha llegado al sillón de gobernador con ganas de hacer cosas y con rapidez. Ayer, tras la entronización, el consejo del Banco de España aprobó el nuevo organigrama de la entidad, una reorganización, en teoría «ligth», de la dirección. Hay, sin embargo, sutilezas notables. Ángel Gavilán sigue al frente de la dirección general de Economía, pero pierde la parte estadística, que dependerá de María Teresa Ledo, nueva directora general, que reportará al mismo Escrivá. La recién nombrada subgobernadora tampoco estará a cargo, como su predecesora Margarita Delgado, de la inspección bancaria, ni acudirá a las reuniones del Mecanismo Único de Supervisión, sino que lo hará la directora general Mercedes Olano. Cambios que transfieren más poder a Escrivá que, como la mayoría de sus predecesores, diseña un Banco de España a su medida, convencido desde hace años de que es la persona ideal y con más experiencia para ocupar ese cargo, aunque sabe que debe demostrar independencia y humildad y, como hizo ayer, mostrar su lado más amable a pesar de su fama de trato difícil y autoritario. Tiene todo el poder del Banco de España, menor al de otras épocas, pero todavía notable, y la duda es si hay alguien a su lado que le susurre «recuerda que eres mortal», como ocurría con los generales romanos mientras eran vitoreados por las masas tras una victoria militar. Otra versión del «no olvides lo aprendido», el consejo de Issing.
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