Banco Popular
Economía descarta rescatar al Popular e insiste en su solvencia
Asegura que la entidad requiere de «una solución privada»
Banco Popular tendrá que buscar en los mercados la solución a sus problemas. Si, en algún momento, a sus dirigentes se les ha pasado por la imaginación recurrir a algún tipo de rescate público para sortear su delicada situación, el Gobierno cerró ayer esa puerta. La secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Irene Garrido, advirtió de que Banco Popular requiere una «solución privada» y descartó una recapitalización preventiva como la que están acometiendo las autoridades italianas con su banca.
Garrido aseguró que la situación de la entidad española y las transalpinas es «totalmente diferente». «Tenemos una banca totalmente saneada que no se ve afectada por este tipo de acontecimientos. Se ha llevado a cabo un proceso de reestructuración. Creo que no tiene comparación», enfatizó Garrido.
La número dos de Economía, como hizo el pasado lunes el responsable del departamento, Luis de Guindos, insistió en que Popular es un banco solvente según las indicaciones que han recibido tanto del Banco de España como del Banco Central Europeo (BCE) y que siguen «muy de cerca» las alternativas planteadas para garantizar su viabilidad. Emilio Saracho, presidente de Popular, planteó el lunes una nueva ampliación de capital que le aporte los recursos suficientes para apuntalar su solvencia, ahora en el límite de lo exigido, y desarrollar su nueva estrategia, basada en el negocio de las pymes y banca minorista. La ampliación podría realizarse a finales de año y estaría dirigida a inversores mayoristas. Saracho tampoco descartó una fusión en último extremo.
Desde que el lunes se anunció la nueva ampliación –la cuarta en cinco años–, las acciones del Popular han sufrido un severo castigo en bolsa. Al derrumbe contribuyó también la decisión de la agencia de calificación de riesgo S&P de rebajar la nota de la entidad a grado de especulación con calidad pobre. Ayer, los títulos del banco cayeron un 4,37% y marcaron un nuevo mínimo en 0,634 euros, a pesar de que, en una jornada marcada por la volatilidad, en algunos momentos llegaron a repuntar un 5%. Esta corrección a la baja se suma a las que ya experimentó la entidad el lunes y el martes, cuando se dejó un 9,61% y un 9,67%, respectivamente. Desde comienzos de año, el desplome ha sido del 30,94%. La capitalización de la entidad ha caído hasta los 2.661 millones. Los expertos creen que hasta que el banco no concrete sus planes, su acción será víctima de una gran volatilidad.