Mercado inmobiliario
El drama de la vivienda y la juventud en un dato: los hogares jóvenes con casa en propiedad se hunden a la mitad en veinte años
Pasan del 70% al 36% desde el año 2000, según un estudio de la Fundación Afi
Mucho se habla de la imposibilidad de muchos jóvenes españoles para acceder a una vivienda en propiedad. Pero pocas veces se ha concretado la magnitud de ese drama en un solo dato, tal y como ha hecho la Fundación de Analistas Financieros (Afi). En un estudio recientemente publicado bajo el título "Finanzas de los hogares 2000-2022", Afi asegura que el porcentaje de hogares jóvenes -menores de 35 años- con vivienda principal en propiedad se ha desplomado desde casi el 70% a principios de siglo a un 36% en 2020, con un claro desplazamiento hacia el alquiler, así como a la cesión de vivienda por parte de familiares, como alternativas.
Como explica el análisis, los hogares españoles han mostrado siempre una clara preferencia por la vivienda en propiedad frente al alquiler. Y la siguen mostrando. De hecho, más del 70% de las familias tienen casa en propiedad, frente a la media del 60% de la zona euro. De entre las grandes economías europeas, sólo Italia supera a España en este aspecto. Esa preferencia, añade, se extendía décadas atrás a todas las cohortes de edad, incluidas las más jóvenes. Pero eso, añade, está cambiando conforme avanza el siglo, especialmente entre los colectivos de menor edad. Y lo está haciendo, como explica la Fundación Afi, por una combinación de factores tantos laborales como económicos.
En el caso de los jóvenes, explica, operan circunstancias como "la menor estabilidad laboral de los que se incorporan al mercado laboral y su mayor movilidad geográfica, factores ambos que redundan en una menor predisposición y/o capacidad para cometer la compra de una vivienda". En el cuarto trimestre de 2022, la temporalidad en los jóvenes de entre 18 y 24 años de edad rozaba el 51%, mientras que si la edad se eleva hasta los 29 años, roza el 40%, según el informe "Jóvenes y Mercado de Trabajo" publicado en marzo pasado por la Secretaría de Estado de Empleo y Economía Social.
Junto a ello, y en términos puramente financieros, "el encarecimiento de la vivienda en relación con la capacidad adquisitiva de las cohortes de edad más jóvenes, así como la necesidad de acumular un mayor ahorro previo, también actúan como claro lastre para la adquisición de la vivienda". A este respecto, el portal inmobiliario idealista publicó recientemente un análisis en el que calculaba el ahorro previo necesario para la adquisición de una vivienda. Cualquiera que quiera comprar una debe contar en su bolsillo con fondos equivalentes al 20% del valor de tasación que no financia la banca y otro 10% para gastos e impuestos. Unos porcentajes que, según idealista, equivalen a 43.367 euros de media para una vivienda de dos dormitorios, cantidad que supera los 114.000 euros en el caso de Palma de Mallorca y los 80.000 en los de Madrid y Barcelona.
Mayor brecha
El hundimiento de hogares jóvenes con vivienda en propiedad está provocando que la brecha en términos de riqueza entre este colectivo y otros de mayor edad se esté ensanchando. Los activos reales (vivienda en propiedad y resto de activos reales) representan en torno al 80% de la riqueza total de los hogares españoles. Un porcentaje que llegó a ser casi del 90% antes de la crisis financiera de 2008 por el elevado valor de la vivienda. De hecho, la Fundación Afi asegura que la riqueza neta mediana es mucho mayor entre los hogares que poseen vivienda principal (170.000 euros) principalmente por el peso de este activo. Frente a ello, el 25% de hogares españoles que viven en otro régimen de tenencia (alquiler, cesión gratuita...) tienen unos valores medianos de riqueza neta mucho menores, de apenas 3.500 euros.
En este punto, el estudio destaca que los que tienen fundamentalmente vivienda principal en propiedad son hogares con cabeza de familia con más de 55 años, que siguen superando el 80%.
La vivienda en propiedad es lo que ha determinado en buena medida que, en términos generales, la riqueza per cápita de los hogares españoles haya evolucionado en paralelo que la de sus homólogos europeos a pesar de una mantenimiento de una tasa de ahorro sistemáticamente inferior y más volátil que la de sus vecinos europeos en los últimos veinte años. A ese mejor comportamiento agregado de la riqueza de los hogares españoles ha contribuido la "importante revalorización de los activos detentados por los hogares españoles, y muy especialmente los de naturaleza inmobiliaria" por su mayor presencia en el patrimonio de los españoles frente a sus vecinos europeos.
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