Banco Popular
Draghi declaró inviable al Popular al no haber reducido sus activos tóxicos
«Rentabilidad escasa y fuga de depósitos», señaló en un informe el día previo a la quiebra
«Rentabilidad escasa y fuga de depósitos», señaló en un informe el día previo a la quiebra.
El Banco Central Europeo (BCE) consideró en la evaluación realizada el pasado 6 de junio sobre la situación de Popular que la entidad no había reducido sus créditos dudosos y que tenía un deterioro sustancial de liquidez por la disminución de depósitos. El BCE publicó ayer información no confidencial de su análisis, realizado justo antes de su quiebra, el pasado 7 de junio y de su posterior venta a Banco Santander por un euro.
La entidad supervisora asegura que el Popular había fracasado al afrontar sus créditos dudosos por valor de 37.000 millones de euros, con un ratio de cobertura del 45%, pese a las provisiones de 5.700 millones de euros en 2016. «Pese a un stock de deterioros de valor de 17.000 millones de euros en el primer trimestre de 2017, no se había logrado una reducción significativa de los créditos dudosos», según el BCE.
También considera que el Popular, al que el propio BCE supervisó durante los meses anteriores a su quiebra, «había experimentado un deterioro sustancial de su posición de liquidez, por una disminución de su base de depósitos».
Salidas en efectivo
Asimismo, «la entidad supervisada ha estado confrontada con salidas de efectivo en todos los segmentos de clientes», según el BCE. El 6 de junio el BCE determinó que el Banco Popular estaba quebrando o iba a quebrar de acuerdo con el Artículo 18 (1) de la Regulación del Mecanismo de Resolución Único. «La rapidez a la que se está perdiendo la liquidez y la incapacidad para generar más liquidez indican que la entidad será incapaz en el futuro próximo de pagar sus deudas».
La resolución es el proceso de reestructurar bancos en quiebra con el mínimo impacto en la economía real y en las finanzas públicas y en la zona del euro las dirige el Consejo de Resolución Única. El BCE determinó que iba a quebrar e informó al Consejo de Resolución Única, que adoptó la resolución que implicaba su venta a Banco Santander.
El organismo presidido por el italiano Mario Draghi asegura en su informe que el Popular tenía una rentabilidad escasa, la calidad de sus activos era mala y tenía una cobertura baja del 45% comparada con otros bancos similares.
También destaca que desde enero el Popular había sufrido una «cobertura negativa de los medios» de comunicación y que la sustitución de su consejero delegado, que llevaba menos de un año en el cargo, desencadenó otra ola de salidas de depósitos. El organismo también señala como negativos los anuncios realizados por el entonces presidente de Popular, Emilio Saracho, sobre la necesidad de realizar otra ampliación de capital o acometer una operación corporativa.
El BCE añade que la salida de depósitos del 31 de mayo fue «especialmente relevante». Explica que no objetó proporcionar a la entidad provisión urgente de liquidez el 5 de junio a petición del Banco de España pero que, incluso, con esta ayuda, la situación de liquidez no era suficiente para cumplir con sus obligaciones el 7 de junio.
El Popular apenas tenía capacidad de encontrar financiación en el mercado o mediante operaciones de banca central.
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